Después de las fiestas, en las que hemos gastado de más (y eso se nota en la temida cuesta de enero), llega el periodo de rebajas y seguimos comprando, dando lugar a más consumo y emociones asociadas. Pero, ¿qué es eso del consumo emocional y cómo puede afectar a tu vida?
No solo hemos estado gastando dinero en las últimas fiestas navideñas, las emociones también pasan factura. Y es que las reuniones familiares, los compromisos, obligaciones y también las ganas de repartir amor entre los que más quieres pueden ser factores agotadores y que te dejen emocionalmente tocada. Todo este consumismo material y psicológico puede controlarse, la clave es el consumo consciente, que no siempre fácil pero vamos a ayudarte a crear unas pautas.
La Socióloga Alicia Aradilla explica que: “El consumo emocional se cierra con las rebajas. Es el momento de los autoregalos, los caprichos o el acceso a lo inaccesible el resto del año para uno mismo”. Y es que las rebajas llegan en un momento en el que ya estás tocada tanto en tu bolsillo como en tu energía emocional con tu entorno, es fácil por tanto que se te vaya la mano con los descuentos.
La experta plantea 4 claves para ayudarte a que no te excedas en las rebajas:
Seguramente tienes varios pares de zapatos en tu haber, varias chaquetas en tu armario, blusas, jeans… Así que pregúntate si realmente necesitas esa prenda o complemento. No te estamos diciendo que te quedes con un único par de zapatos, la pregunta sería si realmente lo necesitas y vas a usar eso que tienes delante a precio de ganga. De lo contrario se convertirá en un chollo que conservará su etiqueta intacta hasta el día que decidas deshacerte de él.
Este punto de vista sociológico es muy interesante, Aradilla propone que intercambies dinero por tiempo, es decir, ¿Cuánto tiempo te ha costado reunir el dinero necesario para comprar ese objeto/prenda/complemento? ¿Crees que compensa el esfuerzo y el trabajo que has realizado como intercambio? Hazte esa pregunta de forma honesta, tal vez te sorprendas de tu propia respuesta.
Otro enfoque a tener en cuenta y un gran indicador de compra. Esto se refiere a si esa compra nos va a aportar un valor de uso que nos cubra una necesidad real o bien una necesidad simbólica que ya teníamos cubierta. Por ejemplo, si compras un primer reloj tendría para ti un valor de uso, sin embargo cuando compras uno o más relojes después de ese primero te aportarían un valor simbólico ya que tenías las necesidades cubiertas con ese primer reloj.
En este caso tampoco te estamos diciendo que tengas que tener una cosa de cada sino que te preguntes qué te aporta lo que estás comprando para no acumular cosas que luego no vayas a utilizar.
El consumo consciente también supone tener en cuenta factores como saber en qué lugar de la escala está tu consumo, dónde se ha producido el producto, si la empresa cumple con requisitos éticos con los que comulgas y preguntarte también ante una ganga quién o qué está pagando el precio que tú no pagas (el mediambiente, el trabajador…)
Aunque las rebajas son una gran tentación, y seguro que puedes encontrar chollos o hacerte con esa pieza de la que estabas profundamente enamorada por mucho menos dinero, son también una estupenda oportunidad para conseguir un consumo más consciente dejando a un lado el consumo loco e impulsivo que puede llevarte a momentos de frustración, tristeza y ansiedad.
Disfruta de las rebajas pero, sobre todo, valora tu tiempo por encima de todas las cosas, es lo único que no vas a poder comprar jamás.
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