Si crees que la adolescencia es una etapa complicada , en todos los niveles y sentidos, atenta a la juerga que te espera a los treintaytantos.
- Los niveles de grasa empiezan a aumentar, aunque comas lo mismo.
- Aumenta la flacidez en brazos y piernas.
- El metabolismo desciende, por lo que quemas menos calorías por minuto.
- Comienzan los problemas de huesos si no los cuidas.
- Bajan los niveles de melatonina lo que supone dormir peor, entre otras cosas.
- El cerebro envejece, es decir que las neuronas disminuyen paulatinamente.
- La calidad y cantidad de tus óvulos serán menores.
Podríamos seguir, pero sería bastante deprimente. Así es el envejecimiento, de modo que haz algo para mejorar tu vida mientras tus células se tornan más adultas.
A los 35 es una buena edad para comenzar a hacerte un tratamiento estético esporádico, ya que la producción de colágeno y elastina comienza a descender. Los más recomendados en esta etapa, según el doctor Simón Dray, de la Clínica Dray, “son los que se enfocan en la hidratación y la prevención de signos de envejecimiento”. Una opción es la mesoterapia facial (aplicación de vitaminas) o tratamientos ricos en plasma plaquetario. “Es el momento de tratar la piel con productos inductores de colágeno y elastina para que el organismo las fabrique de forma natural”.
Es a partir de esta edad cuando los expertos recomiendan comenzar a tomar suplementos, pero no sin receta, sino a grandes dosis y bajo control médico. El doctor Iván Moreno, médico internista de la clínica Neolife en Madrid, aconseja “mirarse los niveles de melatonina a partir de los 35-40 mediante un análisis de saliva para valorar su estado. De este modo, se puede administrar la melatonina en la dosis y la hora del día adecuada”. Eso sí, siempre bajo la lupa de un profesional.
Puesto que la ley de la gravedad no hace excepciones y trata a todos los traseros por igual, es tu responsabilidad intentar mantenerlo en su sitio el máximo tiempo posible. Una sugerencia es practicar 'Booty Shape Movement'. Es una disciplina muy completa –ya que los ejercicios están integrados dentro de una coreografía–, con la que trabajan principalmente el glúteo. En una sesión se queman entre 500 y 800 kilocalorías y según su creadora, Erika Sanz, “puedes hacer más de 500 sentadillas en una sola clase, divirtiéndote y sin darte prácticamente cuenta”.
Márcate el objetivo de un libro al mes y llévalo a cabo. La temática la pones tú y este hábito te ayudará a mantener en forma a tu cerebro y mejorar la memoria.
Es hora de ir dejando atrás los procesados y el azúcar añadido y pasarse a los platos con ingredientes cargados de nutrientes. Es decir, menos bollería industrial y snacks de bolsa y más cacao puro, semillas y frutos secos. “Las legumbres, las almendras, el aguacate y las aceitunas son esenciales dentro de una alimentación saludable. Las legumbres te proporcionan proteínas saludables, fibra y minerales mientras que las grasas te harán sentir satisfecho, moldearán tu cerebro y tus células”, advierte La coach holística Beatriz Larrea.
La meditación propone parar y aceptar cada situación tal cual es. De esta forma es más fácil ser y estar feliz. Belén Colomina, psicóloga y experta en mindfulness, afirma que: “Cuando aparece un momento de calma o un espacio de claridad, podemos observar nuestras reacciones con mayor lucidez y hacer elecciones con más discernimiento, considerando nuestra situación desde la confianza”.
Si tú estás bien, lo reflejaras en tu entorno y eso incluye a las personas que te rodean. De vez en cuando, una escapadita en soledad te hará mucho bien porque conectas contigo misma, desconectas del resto y recargas las pilas a tope. Consejo: visita un spa y regálate algún tratamiento detox que te deje como nueva. Una recomendación: en Niwa Hotel&Spa saben cómo cuidarte de manera slow y muy saludable. Además, por su localización, puedes aprovechar y visitar los campos de Lavanda de Brihuega.
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