De repente, el mundo ha cambiado. Casi sin darnos cuenta, nos hemos encontrado aislados en casa para tratar de parar el Covid-19, una enfermedad que ha puesto patas arriba nuestra existencia. “Estamos viviendo una situación inesperada, desconocida y para la que no estábamos preparados”, señala Estefanía Egea Miguel, neuropsicóloga. Sin embargo, nuestro cerebro cuenta con una habilidad que puede ayudarnos en un momento así: la flexibilidad cognitiva, la capacidad para adaptarte a los cambios.
Mercedes García, directora del Instituto Psicobiológico
“A veces nuestras vidas cambian sin avisar y no las podemos controlar. Tener una buena flexibilidad cognitiva para adaptarnos a una nueva situación hará que aceptemos las circunstancias inesperadas de la mejor manera posible”, apunta Egea Miguel, que trabaja en CogniFit, empresa que realiza ejercicios clínicos de estimulación cognitiva. A su juicio, “todos en mayor o menor medida y con más o menos sufrimiento estamos asumiendo esta situación gracias a la capacidad de nuestro cerebro para aceptar y adaptarse a las nuevas circunstancias. En estos momentos es cuando la flexibilidad cognitiva tiene mayor importancia”.
Según explica Riso en El arte de ser flexible (Planeta), quienes tienen una mente rígida se muestran inamovibles ante el cambio y se aferran a sus ideas. Los que poseen una mente líquida no tienen una idea prefijada, pero les faltan puntos de referencia y fundamentos claros. Por último, las mentes flexibles se moldean como la arcilla: tienen ideas propias, pero están abiertas al cambio. En la cultura oriental a estas personas se las compara con el junco que, ante un vendaval, se inclina pero no se quiebra. Son mentes que destacan por su flexibilidad cognitiva, la mejor compañera para afrontar una situación como la que vivimos.
Debatir con alguien de opiniones contrarias, enseñar conceptos a otra persona o dejar de usar el corrector de texto también ayuda a trabajar la flexibilidad cognitiva. Ante la crisis, Egea anima a “manejar de forma inteligente los cambios y librarnos de los pensamientos negativos y rígidos. Conseguiremos mayor equilibrio y mejor humor”. Para ordenar nuestras vidas, aconseja crear una nueva rutina: “Poner nuevos horarios, mantener el orden, despegarte de las redes sociales al máximo y acercarte más a ti mismo y a las actividades que deseabas realizar”. Dejar de estar sobreinformados es primordial; mejor resetear la mente y trabajar la aceptación como forma de inteligencia. “Nuestro cerebro es vago y busca rutinas donde sentirse cómodo. Obligarlo a dejar su zona de confort te ayudará a mejorar tu flexibilidad cognitiva y, por ende, tu relación con el mundo”.
Por eso a veces los niños pueden mostrarse tercos y sentirse incómodos ante el cambio. En la infancia pueden comenzar los problemas de rigidez mental: “Algunos niños tienden a reproducir lo aprendido de forma rígida y estricta. Eso puede provocar una baja tolerancia a la frustración. Es un problema que hay que trabajar”, apunta la neuropsicóloga. Para mejorarlo, propone utilizar el juego simbólico con cambio de roles o inventar aventuras con juguetes. Además, hay que estar alerta porque, con la madurez, podemos perder esa plasticidad mental y volvernos más tercos y asustadizos ante el cambio.
Lo explica la psicóloga, bióloga y experta en inteligencia emocional Mercedes García, directora del Instituto Psicobiológico. Ser como un junco es una habilidad que poseían esos grandes pensadores cuya sabiduría nos sigue asombrando –desde Confucio a Concepción Arenal–. La demostraron al saber adaptarse a los cambios, ponerse en el lugar de los demás y ser sumamente empáticos. Gracias a ello han conseguido pasar a la historia como personas sabias, dignas de nuestro respeto. “ Tener una mente flexible ayuda a vivir de una forma más inteligente, sin complicarse innecesariamente la vida, pero también a tomar mejores decisiones alejadas de creencias rígidas –señala Mercedes García–. Permite ser más tolerantes con los demás y con nosotros mismos y nos hace tener menos prejuicios”. Más felices, en definitiva. Además, como decía Charles Darwin, no sobreviven los más fuertes sino los que mejor se adaptan al medio en el que viven. En un mundo en profundo cambio y con una crisis global como la que ha provocado el Covid-19, el objetivo debería estar claro: “Sé un junco, my friend”. Así, saldremos de esta juntos... y más flexibles.
20 de enero-18 de febrero
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