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Cada uno gestiona el estrés del día a día como puede (o como quiere, tutoriales de belleza incluidos), pero lo que está claro es que nunca está de más aprender nuevas técnicas que nos ayuden a mantener las situaciones estresantes bajo control. La que os explicamos hoy la bautizaron expertos de la Universidad de Michigan, que hicieron un estudio sobre su efectividad, como la técnica del diálogo interno en tercera persona. Los psicólogos de esta investigación comprobaron que cuando nos enfrentamos a una situación que percibimos como difícil o desafiante hablarnos en tercera persona a nosotros mismos puede ayudar a controlar el estrés que nos provoca. ¿Quieres saber qué tienes que decirte?
Esa vocecita que tienes en la cabeza y que te envía mensajes te puede poner las cosas más fáciles o más complicadas de lo que te pueda parecer a simple vista. Vivimos en un diálogo interno constante del que podemos ser conscientes o no, pero ya es hora de escuchar a esa voz y darnos cuenta de cómo nos habla.
Existen diálogos internos cimentados en la ansiedad que resultan determinantes para generar aún más ansiedad y miedo: son la pescadilla que se muerde la cola. Si ante un problema nuestra mente nos envía mensajes sobre todo lo malo que puede pasar (aunque no ha pasado todavía ni tiene por qué pasar), se dedica a recordarnos lo mal que se nos dan esas situaciones concretas, lo poco que le importa a los demás lo mal que lo vamos a pasar o lo lejos que estamos de solucionar el problema a la perfección, no cabe duda, tenemos convivimos con una mente en modo autoboicot y así es muy posible que cualquier situación estresante se nos lleve por delante.
Frente a este tipo de mensajes altamente problemáticos los expertos de la Universidad de Michigan proponen una solución: contarnos a nosotros mismos el problema que nos estresa hablándonos en tercera persona. De alguna manera este modo de “alejarse” de la situación estresante y de la respuesta emocional que nos provoca nos ayuda a reducir el nivel de estrés, controlar mejor nuestras emociones y nos permite descubrir nuevos puntos de vista para afrontarla.
Hablar de uno mismo en tercera persona al más puro estilo Aída Nízar puede ser, por lo tanto, una ventaja a la hora de manejar el estrés. Al hacerlo de esta forma nuestro cerebro asimila la información de una manera más cercana a cómo asimila los problemas ajenos, con distancia psicológica y esa puede ser la ventaja que necesitas para concederte un respiro. Por eso, la próxima vez que te enfrentes a un problema que te angustia y estrsada no pienses, “¿qué voy a hacer para solucionarlo?”, piensa más bien “¿qué puede hacer ella para solucionarlo?”. Según los psicólogos de Michigan, funciona.