Educar no siempre es fácil e intentando hacerlo lo mejor posible, podemos pasar a nuestros hijos ciertos comportamientos que pueden suponer un problema en su desarrollo emocional. Uno de esos problemas que se da en mayor grado entre las mujeres es la necesidad de caer bien a todo el mundo, importándote en exceso lo que piensen de ti para tu propia autoestima. O lo que es lo mismo, no saber decir 'no'. Durante la infancia, estamos tan preocupados de enseñar a los niños a compartir, ayudar y apoyar a los demás, que quizá no le damos la importancia debida a poner en valor lo que queremos nosotros mismos. Eso se llama asertividad y puede trabajarse para que no te suponga un problema.

Hay personas que están tan acostumbradas a priorizar los deseos de los demás, que ni siquiera se dan cuenta de qué es lo que ellos quieren realmente. La baja autoestima puede empujarnos a decir 'sí' y dejarnos llevar, antes que decir 'no' y arriesgarnos a que la otra persona pueda enfadarse y no querer proponernos más planes. Dicho de otro modo, decir siempre sí, te permite encajar socialmente pero todo tiene un peaje, y en este caso el peaje eres tú mismo. ¿Por qué has de sentirte culpable por declinar una invitación o no poder hacerle un favor a alguien? ¿Acaso vuestra relación se basa en el intercambio de favores? Porque si es así, quizá debas replantearte esa relación.

Prestar nuestra ayuda y ser generosos es recomendable, pero también lo es priorizarnos y mirar por nosoros mismos. Puedes ser flexible, pero no a costa de tus propios deseos, que son tan legítimos y tienen tanta valía como los de los demás. Sí, la teoría está muy bien pero, ¿cómo lo haces para no cargar con la culpa? Vamos a darte unos consejos pero recuerda que lo principal es reforzar tu autoestima para que te pongas al mismo nivel que los demás, incluso un poco por encima en determinadas situaciones:

1. Antes de responder, piensa en lo que vas a decir: Puede parecer una tontería, pero muchas veces contestamos sí por inercia sin haber reflexionado realmente si queremos hacerlo o no. Tener tiempo para pensar puede ayudarte a identificar mejor tus propias necesidades y responder acorde con tus propios deseos.

2. Sé amable: No por dar una negativa significa que tengas que ser brusco con la otra persona. Si dices que no amablemente, tú te sentirás mejor y la otra persona no tiene por qué tomárselo mal.

3. Propón una alternativa: Puedes decir que no te apetece acudir a lo que te están proponiendo, pero sí querrías compartir otra actividad con la otra persona. Es una forma de que se de cuenta de que no le estás rechazando a él/ella, sino a la actividad en sí.

4. Ten firmeza: De este modo evitarás ser manipulado. Es un mecanismo muy habitual, sobre todo si la otra persona tiene más autoestima que tú. Mantente firme y, si quieres decir no, no cambies de postura.

5. Pierde el miedo a las críticas: No le vas a gustar a todo el mundo, igual que a ti no te cae todo el mundo bien. No pasa nada, es mejor ser tú mismo que lo que los otros quieren que seas.

6. No des demasiadas explicaciones: No es necesario dar demasiadas explicaciones, si no quieres, no quieres y punto. A veces, le damos tantas vueltas a qué decir o cómo justificar una negativa que nos generamos una ansiedad innecesaria.

Y, sobre todo, tranquila, no te vas a quedar sola por decir que no. Los demás no sólo te quieren por estar siempre accesible, y si es así, quizá deberías construir nuevas relaciones en las que tus sentimientos y preferencias sean valoradas. Practica, a la larga te sentirás mucho mejor.