vivir
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Desde que éramos pequeñas nos han hecho creer que la vida solo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. Que la felicidad consiste en tener pareja y formar una familia. Sin embargo, estar soltera no es nada malo. Simplemente debemos saber sacar el máximo partido a esta situación y ante todo, tener amor propio.
Probablemente, muchas mujeres se sientan identificadas con Bridget Jones. Su gran miedo era no morir sola e interpreta la soltería como un lastre que le impide ser feliz. Si te acercas a los treinta y no tienes pareja, los tópicos tienden a definirte como una persona amargada y obsesiona por encontrar pareja.
La verdadera felicidad no puede depender de alguien que te de compañía. Tu felicidad reside en ti misma, solo tienes que valorarte por lo que eres y apreciar tu vida de soltera. Te mostramos 5 razones por las que te alegrarás de estar soltera.
El acelerado ritmo de la sociedad en la que vivimos nos obliga en muchas ocasiones a olvidarnos de nosotras mismas. Cuando convives son alguien, esa persona ocupa una importante parte de nuestro tiempo. Sin embargo, al estar soltera puedes dedicarte en exclusiva a ti. Cuídate, no solo físicamente, también debes hacerlo en el ámbito emocional. Quiérete por todo lo que eres y no dejes la felicidad en manos de nadie.
Rompe con la zona de confort porque hay todo un mundo por descubrir. Sabemos que es un auténtico desafío pero ampliando tu círculo social aumentan las emociones positivas, disminuyes el estrés y te ayuda a sobrellevar situaciones complicadas.
Eres libre para hacer lo que quieras en el momento que quieras porque no tienes que dar explicaciones. Viajar, apuntarte a clases de salsa, saltar en paracaídas, ir al teatro, practicar submarinismo… Nadie te lo impide, así que despídete de la vergüenza y atrévete a todo.
La soltería te permite pasar más tiempo con amigos y familia. Invertir en ellos tendrá recompensas infinitas a corto, medio y largo plazo.
Tienes toda la vida para conseguir tus sueños. El éxito laboral requiere tiempo y dedicación y en consecuencia se antepone a formar una familia.