vivir
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La pregunta es si podemos controlar nuestros movimientos y actitudes después del sexo... ¿Pueden ellos decidir no empezar a roncar en el minuto uno? ¿Y pueden ellas parar de hablar del futuro de la relación justo en ese minuto? Por lo visto hombres y mujeres hacen cosas muy diferentes. Pero para ambos, resulta válido un consejo: No se tome muy en serio la actitud postcoital pues puede ser motivo de conflicto. Sea tolerante y piense que los miembros de la pareja están en manos de las endorfinas y de otras hormonas.
Así suceden las cosas: Tras el estampido de placer (y hormonas) del orgasmo, ocurre el apagón. El hombre, exhausto, se duerme. Mientras ella, desconcertada, decide que es el mejor momento para reforzar el vínculo afectivo. Intereses encontrados y antagónicos.
En el libro '¿Por qué los hombres se duermen después de darse un revolcón?', el doctor Billy Goldberg le echa la culpa a un cóctel de hormonas: la oxitocina, la prolactina y la vasopresina que conspiran en conjunto para que el cuerpo masculino caiga rendido por la fatiga.
Por lo visto la biología impone sus leyes, y si en ellos algunas áreas del cerebro se ralentizan, en ellas se sobreexcitan. El resultado son estas actitudes post coitales diametralmente opuestas:
Síntomas: Grandes confesiones (de las que con toda probabilidad te arrepentirás), preguntas impertinentes, hablar sin parar de temas sin importancia.
También puede ser que solo sea uno de los miembros de la pareja quien sienta la llamada salvaje de la oxitocina mientras la otra parte duerme plácidamente.
Síntomas: Desparrame de caricias y proximidad física. Es muy propia de las mujeres. Intensifica el placer y afianza la relación siempre que ambas partes estén en sintonía. De lo contrario el efecto puede ser... letal.
Síntomas: La persona se duerme como un tronco. Fin de la cita. Es más frecuente en los hombres debido a la descarga de prolactina que se produce durante el orgasmo. Es un asunto estrictamente biológico, así que no debe hacerse una interpretación negativa del asunto. Ya se despertará.
Síntomas. No sabe no contesta. No es una reacción frecuente pero en algunas personas el orgasmo produce un estado de confusión y pérdida de memoria transitoria. La causa es la reducción de oxígeno en la sangre que va al cerebro.
Síntomas: Colgarse del móvil como si le fuera la vida en ello. Es una reacción francamente frecuente y no es la más agradable, pero sí, hay gente que necesita mandar un WhatsApp, ver su Facebook o revisar su email. Algunos también necesitan dejar constancia gráfica de la jugada, hacerse selfies y colgarlos en Instagram o en Twitter con el hashtag #Aftersex. Ahí lo dejo.
Síntoma: Lágrimas abundantes con sollozos ahogados.
En ocasiones el orgasmo de la mujer viene acompañado por lágrimas, lo que causa un gran desconcierto a la pareja masculina. Aquí decimos lo mismo que con el ataque de sueño de los chicos. Es un asunto de hormonas que no hay que tomarse muy en serio. Algunos psiquiatras creen que es una reacción exagerada de la amígdala, la parte del cerebro que rige las emociones. Y no, tampoco llora porque haya tenido el mejor sexo de su vida. Menos lobos, caperucita. A saber por qué llora. Ni ella misma lo sabe.
Síntomas: Salir corriendo con la ropa a medio poner y sin apenas despedirse. Algunas personas se visten apresuradamente, lo recogen todo y buscan una excusa para largarse. Esta actitud es igual de desconcertante tanto para el que se va como para el que se queda. Otra vez la biología interfiere en la voluntad de los humanos. No te lo tomes a pecho. O sí...