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Laura Wasser: la reina del divorcio

Es la mejor abogada matrimonialista que el dinero puede pagar. Implacable, glamourosa y maestra de la negociación, Angelina Jolie es la última estrella que ha confiado en ella para su separación.

Laura Wasser / Getty

Ixone Díaz Landaluce Madrid

Una caja de pañuelos de papel sobre la mesa y un cuadro de mensaje apocalíptico (The end) sobre el sofá reciben a los clientes en el despacho de Laura Wasser en Los Ángeles. Ante su mesa se derraman muchas lágrimas. Cuando un matrimonio se rompe, los ricos y famosos también lloran pero, al menos, ellos cuentan con la mejor abogada matrimonialista que el dinero puede pagar. En Hollywood todo el mundo la conoce como queen of disso, la reina de las disoluciones (matrimoniales).

Por algo Angelina Jolie, que ya contrató sus servicios cuando se separó de Billy Bob Thornton en 2003, volvió a llamarla nada más decidir que quería pedirle el divorcio a Brad Pitt tras de 12 años de relación y dos de matrimonio.

Negociar divorcios millonarios es un arte: hay muchas propiedades en juego, muchas obras de arte en las paredes, muchas joyas en la caja fuerte y muchísimo dinero en el banco. Y luego, como en cualquier otro divorcio, hay que acordar los términos de la custodia de los niños. E, incluso, de las mascotas.

No tiene fama de despiadada, sino de eficaz y pragmática. Si puede, evita los juzgados.

“Puedo entenderlo cuando se trata de un perro, ¿pero un loro?”, escribía Wasser sobre uno de sus casos en su biblia para divorciarse con estilo It doesn’t have to be that way: How to divorce without destroying your family or bankrupting yourself [No tiene que ser así: cómo divorciarse sin destruir tu familia ni arruinarte], publicada en 2013.

Wasser sabe lo que signifi ca divorciarse en Los Ángeles. Creció en Beverly Hills y compartió instituto con muchos niños de papá y algunas futuras estrellas, como el actor David Schwimmer o la productora Jenji Kohan. Sus padres, como la mayoría de los de sus amigos, se divorciaron siendo ella adolescente.

Fue, eso sí, una separación amistosa. Su padre, Dennis Wasser, también es abogado matrimonialista. Ha gestionado los divorcios de estrellas como Mia Farrow, Clint Eastwood o Jennifer Lopez y llamó a su hija Laura Allison para que sus iniciales fueran L.A.W. (“ley” en inglés).

Hasta que Laura nos separe:

En estos momentos, sus clientes más conocidos son Angelina Jolie, Johnny Depp y Jennifer Garner, los tres en proceso de divorcio.

Angelina Jolie y Brad Pitt / Gtres

Litigante precoz

Con nueve años, Laura se presentó ante sus padres: quería negociar una paga para su hermano pequeño. Logró su meta y su padre le dio, además, un porcentaje del “sueldo” de su hermano. El adiestramiento precoz dio fruto: estudió Derecho y entró en el bufete familiar en 1995. El primer divorcio que tramitó fue el suyo. Se había casado precipitadamente con un compañero de universidad (un madrileño de la alta sociedad que ahora vive en España) que se convirtió en su exmarido antes de su primer aniversario.

Wasser saltó a los titulares por primera vez en 2001, tras defender a Stevie Wonder de una exnovia que le había demandado por contagiarle un herpes. Más tarde, tramitó la separación de Britney Spears y las celebrities empezaron a frecuentar su despacho. Conectaba bien con los clientes famosos: era divertida, estilosa y hablaba su mismo lenguaje.

No ejerce de psicológica con sus clientes. "¿Qué se yo de relaciones?", dice.

Incluso parecía una de ellos, con su larga melena castaña y su fi gura de top model siempre sobre unos Louboutin o unos Manolos. Solo las faldas tubo por debajo de la rodilla que rematan el look profesional la delatan. Eso y sus honorarios: cobra 850 dólares la hora, exige un anticipo de 25.000 dólares y, se dice, raramente representa a nadie con menos de 10 millones de dólares en el banco.

Ha gestionado algunos de los divorcios más sonados de los últimos tiempos. Ha representado a Melanie Griffi th en su civilizada separación de Antonio Banderas, a Heidi Klum en su divorcio de Seal, a Ashton Kutcher cuando su matrimonio con Demi Moore se fue a pique, a Ryan Reynolds cuando Scarlett Johansson y él tiraron la toalla, a Mariah Carey, Kim Kardashian, Christina Aguilera…

En 2011, llevó uno de los divorcios más caros de la historia de Hollywood: el que le dio a Robyn Moore la mitad de la fortuna (425 millones de dólares) de su ex, Mel Gibson. Y logró que ella se llevara también el 50% de los derechos de la filmografía del actor. De forma vitalicia.

5 Claves para divorciarse sin arruinarse ni perder las formas:

Según It doesn’t have to be that way, la guía de divorcio que escribió Laura Wasser (y que sigue inédita en España), estosson los cinco puntos básicos para separarse con elegancia... y sin arruinarse por completo.

  1. 1

    Piensa siempre en tus hijos y en su bienestar. “Muchas parejas dicen que los niños son su prioridad, pero durante el proceso se olvidan de ese factor”, dice Wasser.

  2. 2

    Trata de ser amable y razonable con tu ex. “Recordar que un día os quisisteis ayuda a mantener las formas durante las negociaciones financieras”.

  3. 3

    Controla tus emociones. “El divorcio es un acto jurídico. El miedo, el dolor o la ira no deben interferir con él”.

  4. 4

    Tu abogado no es tu psicólogo, ni su despacho tiene un diván. No le llores.

  5. 5

    Concéntrate en tu trabajo, tus hobbies, tus otras responsabilidades... En resumen: no dejes que el divorcio controle tu vida.

Reglas de oro

Los divorcios escandalosos son su punto fuerte. Cuando Maria Shriver descubrió que Arnold Schwarzenegger había tenido un hijo con una de sus empleadas, lo primero que hizo fue llamarla. Antes, ya había fi niquitado el matrimonio de Tom Cruise y Nicole Kidman y ahora representa a Johnny Depp en su muy poco civilizado (y muy escandaloso) contencioso con Amber Heard, mientras gestiona la separación amigable de Jennifer Garner y Ben Affleck.

Laura Wasser rechaza a los clientes que llegan a su despacho en busca de venganza o con la intención de destrozar al otro. De hecho, no tiene fama de despiadada, sino de efi caz, rápida, pragmática y gran negociadora. Una de sus especialidades es evitar por todos los medios pisar los juzgados. Cerrar un acuerdo extrajudicial es más indoloro... y barato.

Otra de sus reglas de oro es no ejercer nunca de psicóloga de sus clientes. “Siempre les digo que un terapeuta es mucho más barato que yo. Además, ¿qué se yo sobre relaciones? Tengo dos hijos con dos hombres diferentes”, ha reconocido.

En un divorcio nadie gana, solo se puede llegar a un buen acuerdo”

Laura Wasser - Abogada

Después de su matrimonio fallido, Laura juró que no volvería a caer. No se casó con los padres de sus hijos, pero todos (incluidas las nuevas parejas de sus ex) celebran Acción de Gracias juntos. No solo eso: ella y sus ex negociaron la custodia con acuerdos verbales, sin fi rmar un solo documento. Claro que puede que ella sea la excepción.

“En un divorcio nadie gana, solo se puede llegar a un buen acuerdo”, suele decir. Y en eso, todos –celebrities y simples mortales– están en el mismo barco. “Todo el mundo sufre la misma ansiedad, tristeza y odio cuando un matrimonio se termina. Da igual que unos tengan que pensar con quién irán a la ceremonia de los Oscar y otros con quién asistirán a la fi esta de Navidad de la ofi cina. No importa cuánto dinero tengan, siempre temen no volver a ver a sus hijos”, ha dicho en alguna ocasión.

Eso sí, los divorcios de las estrellas tienen un protocolo especial. Las grandes separaciones se producen tras los Oscar porque nadie quiere aparecer solo en la alfombra roja. Es habitual anunciarlas un viernes por la tarde o antes de un puente, cuando la actividad informativa es más relajada. Y, si es posible, se hacen públicas de dos en dos. O de tres en tres.

“A mis clientes siempre les digo: “Tengo otro caso, no te puedo decir quién, pero deberías esperar y anunciarlo al mismo tiempo”. Por otra parte, cada tipo de cliente tiene sus necesidades. La abogada ha explicado que los músicos son “muy emocionales”, que los actores son pragmáticos y quieren “terminar cuanto antes”, que los deportistas de élite se comunican solo con mensajes de texto y que todos tienden a hablar demasiado de sexo (sin escatimar en detalles) en su despacho.

Clientes históricos:

Wasser representó a Melanie Griffith, a Heidi Klum y a Tom Cruise, entre otras rupturas célebres.

Melanie Griffith y Antonio Banderas / Getty

Sin comentarios

Wasser, en cambio, tiene fama de discreta. Ofi cialmente, nunca habla de sus clientes con la prensa, más allá del pertinente comunicado ofi cial de la ruptura. Sin embargo, es íntima amiga de Harvey Levin, creador de TMZ, el medio con las exclusivas más jugosas de Hollywood, incluido el anuncio de la separación de Angelina Jolie y Brad Pitt apenas 15 horas después de que la demanda de divorcio fuera depositada en el juzgado. “No hablo con la prensa. Ni siquiera con Harvey”, declaraba recientemente al New York Times, defendiéndose de los rumores.

Y, desde que la noticia saltó a los medios, las negociaciones del divorcio se han mantenido en secreto. En juego: una fortuna común valorada en 550 millones de dólares, una docena de propiedades y, sobre todo, la custodia de los seis hijos en común de la pareja. Habrá que ver si Wasser vuelve a lograr mantener el caso alejado de los juzgados y de los focos.