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En sus más de cinco años de vida Tinder no solo ha logrado revolucionar el mundo de las apps para ligar, sino que también ha dado un vuelco a la forma de entender el enamoramiento. Sin embargo, antes de intimar más con una cita deberías preguntarte estas cinco cosas.
Las enfermedades de transmisión sexual son una cosa sería. Como sería muy raro pedir un test y una analítica en la primera cita, lo más sensato es exigir el uso del condón. Esto debe ser una condición obligatorio para llevarte a la cama a un cuasi desconocido.
Sí, Tinder está lleno de casados, y aunque se trata de tener sexo casual, siempre conviene saber el terreno que se está pisando. Es importante saber el riesgo emocional que asumes porque es cierto que a veces estos encuentros se complican y acaban en relaciones tóxicas. Tienes derecho a preguntarlo directamente, y si quieres hacerlo broma porque te resulta más fácil, empieza así, pero luego pregunta seriamente. Evita malos ratos, o al menos minimiza el riesgo de sorpresas en el futuro.
El ego descontrolado es un rasgo que hace inviable cualquier relación. Presta atención a si habla demasiado tiempo de sí mismo, de su coche, de sus ex, de su trabajo o del dinero que gana. Incluso provócalo con algún piropo. Una persona con un ego bien construído agradecerá el elogio y pasará a otro tema, pero sí 10 minutos después todavía continúa soltando flores sobre sí mismo enciende las alarmas.
Igual es una exageración, pero cuando uno queda con desconocidos se arriesga a encontrarse con personas con desequilibrio emocional o demasiado agresivas. Es algo que conviene descubrir cuanto antes, así que es importante observar si se irrita con facilidad, si grita por cualquier motivo, si es demasiado posesivo o si tiene tendencias violentas. Igual es mucho saber para una primera noche pero hay que tomarse en serio cualquier mínima señal en este sentido.
Antes de llevártelo a casa deberías tener muy claro si solo buscas sexo o si te gustaría que las cosas fueran a más. Conocer tus expectativas te ayudará a mantener tus emociones bajo control y a disfrutar del encuentro sin sentirte usada o manipulada. Sé honesta y realista contigo misma.
Esta es una pregunta importante. Estás preparada para gestionar un encuentro sexual fortuito sin más recorrido? En el peor de los escenarios –que no lo vuelvas a ver- te sentirás emocionalmente dañada o tienes recursos para salir airosa de la situación? Si te sientes segura, adelante, y recuerda que no se pueden pedir peras al olmo.
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