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Cómo ser más segura en la cama

El truco está en creértelo.

Cuando se habla de mujeres seguras, grandes estrategas, mujeres con poder, el nombre de Cleopatra nunca falla. Pero ¿qué era lo que tenía la última gobernante de la dinastía ptolemaica del Antiguo Egipto que volvía locos a todos? Ya lo dijo el historiador griego Plutarco: "Su belleza no era tal que deslumbrase o dejase parados a los que la veían; pero su trato tenía un atractivo inevitable, y su figura, ayudada de su labia y de una gracia inherente a su conversación, parecía que dejaba clavado un aguijón en el ánimo. Cuando hablaba, el sonido mismo de su voz tenía cierta dulzura, y con la mayor facilidad acomodaba la lengua como un órgano de muchas cuerdas al idioma que se quisiese".

Así que si bien no era precisamente una mujer extremadamente bella, tenía un poder de seducción que nadie puede negar. Y es sus romances con Julio César, -con quien tuvo un hijo-, y a Marco Antonio, su amante durante más de diez años son de sobra famosos.

Esta historia solo viene a confirmar una cosa: para ser seductora no se necesita ser un ángel de Victorias Secret, se necesita ser segura y tener personalidad. Y lo mismo sucede cuando hablamos de sexo. Para ser una diosa básicamente el primer paso es creértelo.

No hay una hoja de instrucciones que te enseñe a mantener relaciones sexuales. El sexo es una cosa que se aprende practicando, conociéndote y conociendo a tu compañero/a. En este camino cada quien llega a sus propias conclusiones.

Hay un principio básico en este recorrido. Para ser amadas primero debemos aprender a amarnos a nosotras mismas, tal cual somos; sin máscaras ni maquillaje. Aceptarse y quererse es el primer paso.

El siguiente paso será creértelo. A ver, lo cierto es que siempre habrá una más joven, con mejor cuerpo, más culo, más pecho... Así que no te compares. ¿Quién decide si eres sexy? Tú. Establece tus propios cánones y no te guíes por unos impuestos por nuestra sociedad. Aprende a sacarle provecho a lo que más te gusta de ti, y no tiene que ser un aspecto físico.

Recuerda que el egoísmo no siempre es malo. Está bien que te tengas como prioridad, reconocerte como la persona más importante de tu vida. Y si extrapolamos esto al ámbito sexual se traduciría como: conoce lo que te gusta y pídelo. Concéntrate en llegar al orgasmo, haz todo lo necesario para disfrutarlo y quedar satisfecha. Aprender a disfrutar te permitirá no solo pasarla bien tú, sino también hacer que tu pareja disfrute. Recuerda que a ellos les gusta saber que tú sabes lo que quieres.

Cuídate. Cuida tu físico, pero también tu intelecto. Cuida tu autoestima, tus pensamientos.

Aprende a tocarte. No puedes explicarle a nadie lo que te gusta si ni siquiera tú lo sabes. Durante mucho tiempo la masturbarse estuvo mal visto, era una acción que causaba culpabilidad. Eso ya cambió. Así que anímate a tocarte, a descubrirte. Solo así serás una mejor amante.

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