Todo va de maravilla en tu encuentro sexual. Llegas al orgasmo y te entran unas ganas terribles de llorar. Nos han enseñado que el llanto es una emoción que representa tristeza o dolor, pero a veces las lágrimas también son una especie de liberación emocional.
Tras el orgasmo , lo más habitual es que sintamos ganas de descansar pues solemos sentir relajación debido a la liberación de oxitocina, pero algunas personas experimentan ganas de llorar y también es algo normal. “Es mucho más común de lo que crees”, dice Emily Morse, doctora en sexualidad humana y host del show y podcast Sex With Emily. Este fenómeno es tan popular que hasta ha sido bautizado como “ crygasm” y puede pasar cuando estás a la mitad de cualquier actividad sexual.
¿ Por qué sucede?
1. El sexo es bueno
“El sexo es muy íntimo y puede evocar sentimientos fuertes”, explica la psicoterapeuta Dana Dorfman, creadora del podcast 2 Moms on the Couch. “Una persona podría estar experimentando estos sentimientos intensos de amor y cercanía”. Estos resultan en un golpe de “oxitocina” que pueden inducir la respuesta fisiológica del llanto.
2. Malos recuerdos
“Desafortunadamente, el sexo puede traer memorias al cerebro y el cuerpo de experiencias negativas del pasado”, dice Dorfman. “Cuando estás teniendo sexo, estas memorias pueden salir a la luz y pueden provocar el llanto”.
3. Te está doliendo físicamente
“Hay muchas explicaciones médicas y físicas para las relaciones sexuales dolorosas, como resequedad vaginal, inflamación pélvica y endometriosis”, explica Dorfman. “Como resultado, una mujer puede llorar como resultado de un dolor físico”.
¿ Cuándo deja de ser normal?
Si el llanto ocurre con regularidad durante las relaciones sexuales, es indicativo de un problema emocional o físico que requiere un examen más profundo. Pero si es una o dos veces, no tienes de qué preocuparte.
¿ Qué puedes hacer?
Si es poco regular y no hay tristeza involucrada, Morse dice que todo lo que tienes que hacer es hablar con tu pareja al respecto. “Sé honesta”, sugiere. “Di algo como “a veces lloro después del orgasmo, y no es porque esté triste o con dolor, solo es una liberación intensa. ¡Es algo bueno!”.
Dicho esto, si tus lágrimas provienen de un lugar negativo, Dorfman sugiere hablar con un profesional que pueda ayudarte a resolver los problemas subyacentes que puedan surgir.
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