A través de un escaso y misterioso canal de comunicación, todo es posible. O casi todo. Normalmente en un glory hole, (agujero entre los tabiques que separan dos retretes públicos o dos cabinas en un sexshop) ocurre lo siguiente: un hombre introduce de manera anónima su pene, seguido de sus testículos y queda a la espera de recibir una felación, coito anal, vaginal o una masturbación, por parte de otra persona que también mantiene su anonimato desde el otro lado del Glory hole.

Se hizo popular en la cultura homosexual, pero no es exclusiva. Hoy por hoy se utiliza ese término también para referirse a los orificios una muñeca hinchable o en juguetitos sexuales en los que el hombre penetra.

Quienes lo practican aseguran que es de gran gratificación sexual, sin embargo, esta práctica encierra numerosos riesgos ya que puede existir la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual, entre otros. Además el propio agujero puede causar cortes o abrasiones en el pene.

En la actualidad podemos encontrar este tipo de estancias en locales de intercambio, 'sex shops', salas oscuras y todo tipo de locales donde la oferta de sexo y nuevas experiencias van de la mano.

Señales

Suele haber ciertos códigos e indicaciones de que el encuentro erótico puede producirse; por ejemplo, una señal es pasar la mano o un dedo por el agujero para indicar que se está receptivo al anónimo pene.

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