vivir
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Caundo parece que siempre mantenéis relaciones de la misma forma y el misionero es ya, algo casi mecánico... es hora de ponerle sal a la vida. O a la cama. ¿Cómo? Probando diferentes posturas o juegos con le objetivo de no caer ne la monotonía.
Jueguetes, propuestas de cambio de rol... las posibilidades son infinitas y solo está en tu mano decidir cuál elegir. Siempre puedes caer rendida a la moda de los succionadores de clítoris. Tú decides. De momento y para que puedas rendirte a la pasión esta semana, hemos seleccionado tres posturas que debes probar, al menos, una vez en la vida.
¡Feliz lunes! Y manos a la obra.
Es una versión mejorada del misionero. ¿Sabes cómo se realiza? Tu pareja deberá estar acostada de espaldas mientras que tu te subes encima de el mirando a sus pies con las piernas extendidas en su misma dirección. Podrás mover la pelvis haciendo el movimiento de un columpio. ¿Lo mejor? Que tu pareja tendrá las manos libres para estimular tus pechos u otras zonas erógenas. Si no eres precisamente súper flexible, esta es tu postura. No hace falta pertenecer al Circo del Sol para disfrutar.
Vale que tendrás que tener un poco de flexibilidad para llevar a cabo esta postura, pero te lo aseguramos: valdrá la pena. No mentimos. Si a la primera no sale, no te preocupes, podéis volver a intentarlo. ¿Cómo se hace? Tu pareja, tendrá que hacer gala de sus ejercicios de yoga (¿te hemos dicho ya que el yoga mejora la vida sexual?); se tendrá que poner en la postura del puente y tú, deberás subirte encima y cabalgarle. Diversión asegurada.
La conexión será impresionante: lee con atención. Tu pareja deberá sentarse con las piernas extendidas y tú deberás intentar aproximar tu pelvis a la suya mientras él te alza con las manos para facilitar la tarea. Tus piernas quedarán en perpendicular a las suyas pero en el extremo contrario. Si se hace bien, puede ser una expereincia de fuegos artificiales. Aunque eso sí, lleva algo de practica.