vivir
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La llegada de los hijos es una alegría absoluta, un derroche de amor y ternura que ocupa toda tu vida. Pero también es noches sin dormir, madrugadas velando el sueño, tardes de deberes, sábados de clases de inglés, domingos de deporte... Pronto te ves en medio de una vorágine, sin fin. Tu agenda está ocupada 24/7 y los pocos momentos que tienes para ti, solo te apetece descansar. Y si a esto le añadimos la vida en pareja, la ecuación se complica. Te guste o no, la realidad es que tu vida sexual pasa (usualmente) a segundo plano.
Un 47% de las mujeres y un 43% de los hombres opina que sus relaciones íntimas han ido a peor, según una encuesta publicada en 2018. Como afirma el informe, el deseo sexual disminuye en un 61% de mujeres y en un 30% de los hombres tras traer niños y niñas al mundo. Las parejas lo hacen un 47% menos. Y no solo por falta de ganas: encontrar el momento resulta complicado. Un 63% de ellas declara “difícil o muy difícil” disponer de intimidad cuando el hijo está despierto.
La principal consecuencia de tener hijos es una alteración de la rutina sexual espontánea de la pareja; ya en el embarazo se produce una modificación del patrón de relaciones, aseguran los expertos. Estos cambios suceden debido a factores físicos y psicológicos. Lo cierto es que a nivel físico tras el parto y la lactancia la vagina sufre cambios, se altera su lubricación, haciendo más dolorosas e incomoda la penetración, también puede haber puntos y daño en la musculatura pélvica. A esto le añadimos la carga emocional. Tu vida y la de tu pareja pasa a manos de tus hijos y evidentemente hay un cambio en tu forma de vivir.
Pero todo tiene solución y puede cambiar.
Para poder seguir manteniendo un buen sexo cuando se tienen hijos la clave es la complicidad de la pareja. Hay que intentar promover el erotismo, las muestras de deseo y afecto durante el día, y no reducirlo todo al encuentro sexual. Si no hay conexión y deseo, el momento para tener intimidad nunca aparecerá.
La pareja debe hablar y compartir sus deseos y temores. Es esencial que no tengan problemas o enfados, por ejemplo si la repartición de responsabilidades no es equitativa y a ti eso te molesta, seguramente no te apetecerá tener intimidad con él.
Es elemental buscar tiempo para pasar en pareja. Hablamos de hacer cosas que los diviertan, mostrarse afecto, tener un espacio para ver al otro deseable...
La empatía con tu pareja juega un papel muy importante en la satisfacción, asegura. Las investigaciones demuestran que sentir compasión y preocupación por tu pareja se asocia a una mayor satisfacción sexual y en las relaciones entre los padres primerizos.
Intentar mantener una vida más allá del cuidado de tus hijos. Recuerda que eres más que madre, que necesitas tiempo para ti, para hacer cosas que te gustan. Si estas activa y pendiente de otras cosas, te sentirás a gusto y eso significa que habrá menos estrés y más ganas de compartir tiempo con tu pareja.