A view shows clear waters by gondolas in Venice's Grand Canal near the Rialto Bridge on March 18, 2020 as a result of the stoppage of motorboat traffic, following the country's lockdown within the new coronavirus crisis. (Photo by ANDREA PATTARO / AFP) (Photo by ANDREA PATTARO/AFP via Getty Images) /
Casi todos hemos soñado alguna vez con atravesar en soledad la Plaza de San Marcos de Venecia, hacer fotos en el Puente de Carlos de Praga sin que se nos cuele algún intruso en la imagen o contemplar la vida sentados y en silencio en Picadilly Circus. Situaciones que, hasta ahora, parecían casi imposibles.
Con las escapadas de fin de semana y las vacaciones de Semana Santa canceladas o aplazadas por la crisis del coronavirus, hoy podemos contemplar algunas de esas escenas que combinan belleza y desolación a partes iguales. Eso sí, hemos de hacerlo desde casa y a vista de dron, webcam o de redes sociales.
Canales de Venecia
El coronavirus ha 'librado' a la ciudad de las góndolas de los cerca de 68.500 turistas que recibe diariamente como media (25 millones al año). Los vecinos, confinados desde el pasado 7 de marzo, han visto cómo el agua de sus canales, sin el trajín diario, el turismo y la contaminación, lucen transparentes. Incluso se pueden ver peces. Muchos de ellos han querido contarlo en Instagram, reflejando así el lado positivo de la pandemia.
Fontana de Trevi, Roma
La espectacular fuente de Roma, ubicada en una pequeña plaza escondida entre callejuelas, es uno de los mejores ejemplos de la masificación turística de la capital. Habitualmente, es difícil conquistar unos centímetros al borde del estanque para hacerse una foto y cumplir con la tradición de lanzar una moneda que asegure el regreso a la Ciudad Eterna. Ahora, solo algunas gaviotas y agentes policiales disfrutan de este lugar, donde se grabó la mítica escena de La Dolce Vita.
Puente de Carlos, Praga
Este puente de medio kilómetro que une la Ciudad Vieja (Staré Město) con la Ciudad Pequeña (Malá Strana) siempre está lleno de turistas. Transitan entre los dos barrios y se detienen en la estatua de San Juan Nepomuceno para poner su mano izquierda en la imagen del martirio del santo, al pie de la escultura, y pedir un deseo. Habituado a las multitudes, estos días luce desierto sobre el río Moldava, custodiado por las 30 estatuas situadas a ambos lados.
Plaza del Comercio, Lisboa
La plaza, abierta al río Tajo, ha sido testigo de históricos acontecimientos como el levantamiento militar de 1974, durante la Revolución de los Claveles. Cada 31 de diciembre, se llena de bullicio para iniciar un nuevo año. Ahora solo la habita la estatua ecuestre de José I, rey de Portugal cuando sufrió el Gran Terremoto de 1755. Tras la tragedia, se construyó este lugar sobre las ruinas de la plaza del antiguo Palacio Real, convirtiéndose de nuevo en el centro neurálgico del país.
Picadilly Circus, Londres
Cruce de caminos, carteles de neón, punto de encuentro, cines, teatros, diversión y gente, mucha gente allá donde mires. Todo eso es Picadilly Circus, uno de los enclaves más famosos y divertidos de Londres. Hoy el silencio lo hace casi irreconocible, con la escalinata de su fuente desierta, y lugares como el Teatro Criterion, el Trocadero y las numerosas tiendas que lo rodean con las persianas bajadas a la espera que la epidemia del COVID-19 pase.
Arco del Triunfo, París
No hay nadie subiendo los 286 escalones que separan el suelo de la terraza para contemplar los Campos Elíseos, el Barrio de la Defénse y los tejados de París. Ni móviles capturando la Tumba del Soldado Desconocido. Este singular monumento ha vivido hechos como el paso de los restos mortales de Napoleón y los desfiles militares de las dos guerras mundiales. Ahora, como muchos otros símbolos de ciudades de todo el mundo, se convierte en testimonio de las consecuencias de la pandemia.
Una situación que se repite por todo el mundo
Las imágenes se repiten en muchas otras ciudades y capitales europeas y, lamentablemente, se han replicado en todo el mundo. Calles, plazas y espacios singulares muestran la insólita realidad que vive el planeta con millones de personas confinadas en sus casas a causa del coronavirus.