Manual de liderazgo
Manual de liderazgo
Elena de los Ríos
Nadie se propone ser un mal jefe , eso es algo que excede de toda lógica profesional. Sin embargo, a veces conseguimos un ascenso o llegamos a posiciones de liderazgo sin haber hecho determinadas reflexiones (como por ejemplo qué tipo de trabajadora eres) y otras no hemos tenido tiempo de desarrollar las soft skillso las capacidades de gestión emocional imprescindibles para lograr un grupo motivado, unido y sano. De hecho, sin un proceso de autocrítica constante difícilmente lograremos estar a la altura del equipo que deseamos liderar. Una buena manera de comenzar este proceso tiene que ver con evitar tres errores de novata .
1. Comunícate con tu equipo
Asegúrate de que todas las personas que te tienen como referencia saben cuáles son sus objetivos y de qué manera han de perseguirlos . No es una obviedad. En una encuesta que Gallup llevó a cabo en 550 organizaciones con una muestra de 2,2 millones de empleados, solo el 50% de ellos contestaron que sabían perfectamente qué se esperaba de ellos en la oficina.
Un error frecuente de los líderes novatos es confundir la información con la comunicación : no tienen el mismo impacto e-mails, newsletters, webs o trípticos explicativos que la referencia directa de un superior. De hecho, es mucho más fácil confundirse y malinterpretar la información que leemos en distintas fuentes que despistarnos ante el discurso de un jefe.
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2. Guía con preguntas, no con críticas
Una tentación de muchísimos jefes novatos es ejercer el liderazgo con el clásico 'ordeno y mando'. Puede que sea efectivo en ese mismo instante, pero su capacidad para motivar el equipo es mínima. Tampoco el líder-gurú que orienta constantemente con la crítica logra inspirar de una manera óptima ni elevar la autoconfianza del team.
"La estrategia más adecuada para elevar la creatividad , la productividad y la proactividad es asumir la actitud de un coachy guiar con preguntas" , explica la coach y experta en comunicación Diana Booher. En otras palabras: dejar que cada profesional busque soluciones a través de sus propios recursos. "El buen jefe refuerza las fortalezas de su equipo, ofrece respuestas claras y celebra los resultados positivos", resume Booher.
3. No hagas la revolución a la primera
Todo el mundo quiere dejar su huella cuando asume una nueva posición. Sin embargo, no parece sensato entrar tan fuerte como para pretender cambiar de arriba abajo en la estrategia, los procesos e incluso los objetivos de un departamento o un equipo. Innovar puede ser un objetivo a medio o largo plazo , pero no una prioridad. El show debe continuar, e interrumpirlo con análisis a destiempo o reconsideraciones disruptivas puede provocar malestar, retrasos, desconexión y hasta desilusión.