El autocontrol , incluso la represión de las emociones tras una apariencia de imperturbabilidad, se ha marcado desde siempre como una seña de identidad aristocrática y, más tarde, como síntoma elitista replicado por la rica burguesía. De hecho, se han escrito ríos de tinta sobre si conviene o no llorar en la oficina , por ejemplo, dada la censura que suele ejercerse sobre la emocionalidad en los ambientes profesionales. La emotividad, un rasgo asignado a las mujeres , no tiene buena prensa ni a nivel social ni en el entorno laboral . ¿Está sustentada esta mala fama en algo más que en la costumbre?
En la década de los 70, unos años en los que se rompieron tantas tradiciones, John Lennon y Yoko Ono popularizaron la llamada 'terapia del grito' : dejar salir el estrés , la ansiedad , la preocupación y la rabia gritando. La medicina china también ha utilizado desde siempre el poder terapéutico del grito y, de hecho, hombres y mujeres se reúnen en los parques para chillar su tristeza, su enfado o su frustración. No es un gesto que guste ver en las mujeres, a las que se suele aconsejar delicadeza y discreción. Gritar exige fuerza, tensión , desplegar al plexo solar y propulsar todo el cuerpo, como hacen las brujas , las harpías, las lamias u otras figuras femeninas demonizadas .
El poder liberador del grito
Paradójicamente, el grito que se censura a las mujeres refuerza la influencia y el poder de los hombres , como desveló un estudio de 2015. No se puede afirmar una correlación, pero puede ser significativo que las tasas de felicidad femenina hayan decrecido de manera absoluta y en comparación con los hombres en Estados Unidos y Reino Unido y que las cifras de depresión sean también más altas en ellas. No puede ser bueno que las mujeres se vean impelidas a resolver sus emociones negativas con la melancolía y la tristeza, más que con un liberador grito .
Esa es una de las tesis de la psicóloga experta en ciencia de la conducta Pragya Agarwal , quien publica en estos días (desafortunadamente en inglés) el libro ‘Hysterical: Exploding the Myth of Gendered Emotions’ (Histéricas: explorando el mito de las emociones engenerizadas’). Su propuesta también tiene que ver con la conquista de espacios vedados a las mujeres, pues como vemos comportamientos y sentimientos forman parte también de un catálogo que aplica restricciones. Todo empieza por desactivar el miedo a que nos llamen lo de siempre: desequilibradas, locas, histéricas .
20 de enero-18 de febrero
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