MEXICO CITY, MEXICO - MARCH 08: A smoke torch is seen during a protest on the International Women's Day in Mexico City, Mexico, on March 8, 2020. (Photo by Manuel Velasquez/Anadolu Agency via Getty Images) /
Histórica huelga feminista en México. Las mujeres mexicanas se han plantado y han dicho basta a la violencia y la desigualdad. La manifestación del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fue una de las más multitudinarias de la historia del país: según las autoridades, unas 80.000 personas participaron en la marcha que atravesó el centro de Ciudad de México, y las movilizaciones se repitieron en otras ciudades del país.
Al día siguiente, el lunes 9 de marzo, se produjo otra acción sin precedentes: una huelga feminista que paralizó lugares de trabajo y escuelas. Se trata de la primera de estas características en la historia de México. Bajo el hashtag #UnDíaSinNosotras, algo más de medio millón de funcionarias de la Administración Pública no acudieron a su puesto de trabajo. La huelga también se notó en el transporte público, las sucursales bancarias y las oficinas.
El Paro Nacional de Mujeres, como se ha denominado la huelga feminista del 9 de marzo, fue convocado por Las Brujas del Mar, un movimiento feminista surgido en el estado de Veracruz, uno de los más castigados por la violencia contra las mujeres: en 2019, se contabilizaron 157 feminicidios en ese territorio. La propuesta de huelga, convocada el 18 de febrero, corrió como la pólvora en las redes sociales, donde el colectivo es muy activo, y pronto se viralizó. Fue compartida más de 50.000 veces.
El incremento de los feminicidios, la violencia sexual contra las mujeres, el acoso callejero, la desigualdad de oportunidades y la pobreza que afecta principalmente al sector femenino de la sociedad mexicana ha encendido la mecha de las protestas.
Hartas de la violencia
Los feminicidios -es decir, los asesinatos contra mujeres con un componente de género- son una lacra cotidiana en México y van en aumento. Según el fiscal General de México, Alejandro Gertz, los feminicidios han aumentado un 137% en los últimos cinco años. En 2015 se contabilizaron 426. En 2019 la cifra ascendió a 1.010. Y todo parece que en 2020 se batirá un récord: solo en enero se contabilizaron 320 asesinatos de mujeres. Más de diez al día. Son cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Uno de los grandes problemas para combatir los asesinatos de mujeres en México es la impunidad. El delito de feminicidio está tipificado en el artículo 315 del Código Penal Federal de México. Para que el asesinato de una mujer esté considerado como tal, se tienen que dar una serie de circunstancias. Sin embargo, en México la mayoría de los feminicidios son tratados como homicidios dolosos. Y en un país en el que se contabilizaron 52.106 homicidios tan solo en 2019, los feminicidios se diluyen como gotas en el océano.
La impunidad de los crímenes
La cifra de impunidad -lo que se denomina como cifra negra- en México es enorme: en 2018, en el 93,2% de los delitos ocurridos no hubo denuncia o no se inició una investigación, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En el caso de la violencia contra las mujeres, la impunidad puede superar el 99% de los casos, según diversos informes.
A pesar de estas cifras, el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, está recibiendo críticas por su laxitud a la hora de tomar medidas para erradicar la violencia contra las mujeres, lo que ha indignado a los colectivos feministas. Además de responder con evasivas cuando es preguntado sobre este tema en sus ruedas de prensa diarias, el mandatario culpa a menudo de los feminicidios a las políticas neoliberales de los gobiernos anteriores.
Tras la violación y asesinato de de la niña de 7 años Fátima, que conmocionó a México y encendió la indignación, López Obrador dijo que los asesinatos por cuestión de género se debían a una sociedad que “cayó en una decadencia, un proceso de degradación progresivo que tuvo que ver con el modelo neoliberal”. De hecho, intentó politizar la huelga del 9 de marzo, asegurando que había sido convocada por grupos de derechas, lo que incendió aún más los ánimos de una sociedad cansada de tanta violencia.