Sally Rooney: el fenómeno literario que fascina a las Kardashian o Sarah Jessica Parker y que reivindica el género 'chick lit'

Marita Alonso.

Leer vuelve a estar de moda. Y los fenómenos literarios (que, en ocasiones, no pueden evitar cristalizar en libros machistas ) vuelven a estar a la orden del día. Mientras Richard Osman y sus libros sobre un grupo de ancianos embarcados en la resolución de crímenes desde sus adineradas residencias han logrado que el Reino Unido viva un momento de esplendor literario y en España 'El Junco Infinito', de Irene Vallejo, ha sorprendido a los lectores más ávidos, los libreros destacan un inusitado interés de los lectores por los pre-orders de las novedades editoriales . En este contexto, un nombre propio destaca sobre todos los demás: Sally Rooney .

Después de que la adaptación televisiva de la aclamada ‘Normal People’ haya sido alabada por la crítica, pero también en las redes sociales de las Kardashians y de iconos del pop como Katy Perry , su nuevo libro, ‘Dónde estás, mundo bello’, era esperado con tal ansiedad que celebridades como Sarah Jessica Parker (que está a punto de estrenar una nueva temporada de 'Sexo en Nueva York' ) han sido vistas con los tote bags que el equipo de marketing ha puesto a la venta y enviado a personajes como Lena Dunham.

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Su éxito es tan arrollador que incluso ya se habla del “efecto Sally Rooney” , responsable de que muchas jóvenes escritoras estén logrando un inusitado (y necesario) interés mediático. Sin embargo, hay quienes creen que el nombre de la irlandesa se está empleando como una herramienta de ventas que no ahonda en que, en realidad, Rooney es parte de un movimiento global más profundo que reivindica la escritura y el 'storytelling' femenino .

Rooney está logrando cambiar la percepción acerca de la llamada “literatura femenina” , que tradicionalmente ha versado sobre emociones y relaciones personales y que hacía que las escritoras fueran catalogadas de manera despectiva dentro del género 'chick lit' . Y eso que, como ha señalado The New Yorker, sus libros “son básicamente novelas del siglo XIX vestidas con ropa contemporánea ”. Ella, por cierto, les ha dado la razón.

Mientras el mundo rinde pleitesía a sus novelas y el departamento de marketing de su editorial lanza un inagotable merchandisingque ha hecho que el libro se venda junto a tazas y velas en las librerías, es posible que Rooney, que se autodefine como marxista, no se sienta del todo cómoda con la dirección que está tomando su carrera. Es el precio que hay que pagar por ser una fábrica de bestsellers.