La gran obsesión de la reina Victoria Eugenia fueron las joyas: pensaba que tenían poderes mágicos

Hoy las vemos en la reina Letizia, pero Nieves Herrero ha rastreado cómo y por qué la reina Victoria Eugenia comenzó la colección de joyas más importante de la Corona española. Una pista: costaron muchas lágrimas.

La Reina Victoria Eugenia, con algunas de sus joyas más espectaculares. / DR

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

« El amor pasa, pero las joyas permanecen», dice Nieves Herrero. «Son fieles guardianas no solo de paso del tiempo, sino de los grandes secretos de amor y desamor de quienes las han llevado». La periodista y novelista ha logrado condensar en apenas dos frases la esencia de 'El joyero de la reina' (Ediciones B), un enorme libro (atención: peso pesado) en el que desgrana la génesis del joyero que hoy luce la reina Letizia , desde su mismísima constitución. Nos remontamos, entonces, a la época de Victoria Eugenia, la reina que inventó la categoría de joyas de pasar, de forma que no se desperdigaran en herencias, regalos y exilios las piezas más importantes de su colección. Será superventas, como ya lo fueron 'Lo que escondían sus ojos', cuya adaptación a serie de televisión batió récords de audiencia y ganó un premio Ondas, o 'Como si no hubiera un mañana', premio de la crítica de Madrid.

'El joyero de la reina' novela la apasionante vida de de la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII y bisabuela del rey Felipe VI, que en su testamento dejó a la Corona «las joyas de pasar», un conjunto de alhajas regalo de Alfonso XIII que hoy están en manos de la reina Letizia y que, algún día, heredará la princesa Leonor. Tienen un valor económico e histórico incalculable. La novela comienza el 31 de mayo de 1906, cuando Victoria Eugenia de Battemberg se prepara para contraer matrimonio con Alfonso XIII y recibe de manos del joyero Ramiro García-Ansorena la tiara de las Flores de Lis , regalo del rey. Ramiro García-Ansorena se convertirá no solo en el joyero de la reina, sino también en su leal confidente: gracias a él descubrirá la historia y el origen de las joyas reales y que estas podían tener valores protectores o curativos, cosa que la reina cree a pies juntillas.

Nieves Herrero comenzó a investigar la relación de la reina Victoria Eugenia con sus joyas hace ocho años, cuando cayó en sus manos una fotografía en la que llevaba muchísimas joyas juntas. «Me pareció alucinante», ha confirmado. Gracias a Ansorena, descubrió que «la reina más desdichada» confiaba a sus joyas su bienestar y felicidad. «Ninguna reina de España veneró sus joyas como ella», explica Herrero. «Solo tocándolas se sentía mejor». Y eso que muchas fueron regalos del rey que ocultaron infidelidades (muchos de los chatones o diamantes de su collar favorito) e incluso hijos ilegítimos. « Cada chatón que recibía era una espina porque sabía lo que había detrás«, ha indicado la autora. Ahora, cuando la escritora ve las fotos en las que la reina lleva el collar de perlas, el de chatones con la Peregrina y la tiara de Flor de Lis, todo junto, piensa: «Qué mal tenía que estar la Reina por dentro. Qué necesidad tenía de reforzarse con esas joyas. De hecho, cuando estaba a punto de morir, pedía constantemente que le trajeran su joyero y tocando las joyas se aliviaba, parecía que mejoraba».