Artista con proyecto busca (micro) mecenas

Internet no ha inventado la rueda, pero la ha hecho girar de otra manera. El crowdfunding (llevar a cabo un proyecto gracias a pequeñas aportaciones económicas de terceros) es el mejor ejemplo de ello. Porque, aunque lo parezca, esta fórmula de microfinanciación colectiva no es nueva: de hecho, dicen que el capital para levantar el podio de la Estatua de la Libertad, que costó 125.000 dólares de la época, se consiguió así. Se le ocurrió al editor Joseph Pulitzer, que impulsó un sistema de preventa de reproducciones en miniatura del futuro monumento, que se entregaban por un dólar.

Dos siglos después, las redes sociales han revolucionado este modelo de economía colaborativa, que no para de crecer, especialmente para poner en marcha proyectos culturales. "Siempre ha habido mecenas artísticos, pero este boom ha venido propiciado por el avance en las comunicaciones. Y con la crisis, además, ha cobrado relevancia, porque se evitan los intermediarios", apunta Daniel Oliver, presidente de la Asociación Española de Crowdfunding.

Lo más sencillo para poner en marcha una iniciativa de este tipo es colocar la campaña en una plataforma de las numerosas plataformas de internet que se dedican a estos proyectos.Estas empresas suelen quedarse con el 5% de lo recaudado, si se reune el dinero, o nada, si no se logra, aunque también hay plataformas sin ánimo de lucro. Pero una vez publicado el proyecto, no todo es pan comido. Oliver da unos consejos para quienes optan por este método alternativo de financiación: "El crowdfunding no hace aparecer el dinero por arte de magia. Tienes que promocionar tu proyecto y buscar apoyos. Hazte esta pregunta: ¿podría obtener el capital de forma off line en tres meses? Si la respuesta es afirmativa, solo necesitarás dos semanas para conseguir el doble vía crowdfunding, porque tu capacidad de difusión se multiplica, se facilita el acceso a los donantes y las transacciones se simplifican".

Según Joan Sala, cofundador de Verkami (www.verkami.com), una de las plataformas más importantes, el sistema tiene muchas ventajas: "Los artistas y emprendedores pueden ser más libres en su creación. Deciden sin presiones cómo será su proyecto, controlan el proceso y eliminan los intermediarios. Para los micromecenas, los beneficios pasan por participar en un proyecto en el que creen, implicarse y ser consumidores proactivos, que pueden obtener, además, recompensas exclusivas".

Muchos creadores con nuevos proyectos ya no esperan a que se abra el grifo de la financiación clásica y cada vez recurren a esta opción. Según cifras de la Asociación Española de Crowdfunding, el micromecenazgo en todos los sectores pasó, en nuestro país, de 19 millones de euros en 2013 a 62 millones en 2014. Y en Europa este tipo de financiación alternativa ha superado ya los 7.000 millones de euros, con un crecimiento del 144% en el último año.

Su incursión en el mundo de la economía colaborativa fue gracias a un blog, Cada día un dibujo (cadadiaundibujo.blogspot.com). "Empecé a escribirlo con la intención de reflexionar sobre cosas cotidianas y darles vida en forma de ilustración". A los seis meses tenía ya 182 dibujos. Y, entonces, surgió la pregunta: ¿qué hacer con ese material? "Me planteé publicar un libro, pero no tenía dinero. Una amiga me habló del crowdfunding y decidí intentarlo, aunque no confiaba mucho, porque yo no sabía si interesaría mi proyecto".

En 40 días de campaña, consiguió su objetivo. Con aportaciones de entre cinco y 300 €, logró superar su presupuesto de 1.300 €. "Parece fácil, pero se sufre. Cuatro días antes de que finalizara el plazo, solo tenía la mitad de la inversión". El diario ya es realidad: la editorial Punto Rojo publicó el libro. Todo un comienzo para esta artista, que es mecenas de tres proyectos más.

"Llevo regalando mi música y subiendo vídeos en internet desde 2009, cuando todavía no existía el boom de las redes sociales. El crowdfunding no fue más que el broche", afirma esta cantautora cuando se le comenta lo sorprendente de sus cifras on line: el vídeo en el que canta su tema 'A la altura justa de sus ojos' tenía más de 250.000 descargas cuando se aventuró a autoeditar un disco mediante el sistema de financiación colaborativa.

Partiendo de ahí, no era difícil adivinar que su campaña sería todo un éxito. Solo 10 horas después de lanzarla, ya triplicaba la cifra que pedía para grabar su primer disco de estudio, 'La mansión de los espejos'. "Pensé que esta era la forma más fácil de conseguir el dinero: recurrir a la gente que me seguía desde hace tiempo. Y esto me ha generado una conexión muy fuerte con mis fans, adquieres un compromiso con ellos. Para mí, ha sido un voto de confianza". Algo que necesitaba, admite, después de una época de reflexión.

Tras casi un año ejerciendo de diseñadora gráfica y sirviendo copas, consiguió la motivación suficiente para componer un repertorio, del que hizo 1.000 vinilos, una cantidad que ha dejado con las ganas a muchos seguidores. "El resultado del crowdfunding ha sido un chute de energía y de promoción increíble".

Esta barcelonesa pasó de ser ingeniera en Japón, Alemania y Finlandia a crear juegos eduativos. "En 2002 monté mi empresa, Kibo Factory. Detecté que muchas empresas externalizaban la actividad de consultoría cuando, en realidad, podrían innovar desde dentro si tuvieran las herramientas adecuadas", señala. Aquello le sirvió para lanzarse a desarrollar un juego de mesa, con el que las compañías podían poner en marcha sesiones de creatividad para sus empleados. Y triunfó. De hecho, muchos de esos profesionales la animaron a diseñar algo similar para niños.

"Esta vez decidí hacerlo vía crowdfunding. Yo tenía los recursos económicos para producir Inventa Kit, pero me pareció que esta era una buena manera para testar el producto. De hecho, necesitaba 15.000 €, pero me dijeron que era una cifra muy elevada, así que pedí 8.500 y el resto lo puso mi empresa".

Beatriz consiguió el dinero, aunque se hizo esperar: "En la primera quincena todo son aportaciones, pero luego pasas por una travesía del desierto bastante estresante. Estás todo el día consultando cómo va la cifra e inventando cosas para promocionarte. Yo, afortunadamente, tenía una masa crítica, que me ayudó mucho. Y como mis inversores eran padres, lo que más me sirvió fue el boca a boca. Pero creo que el crowdfunding no está maduro todavía, porque la gente desconfía".

Los cuerpos oscuros (2005), de Juana Castro, es el primer libro que trató el alzhéimer en la poesía española. Marta & María (1976), el libro que consagró a la poeta (y aviadora) de la generación de los 50 María Victoria Atencia. ¿Por qué no se estudian en la escuela? ¿Por qué no son una referencia para críticos y lectores?

Con ellos arranca un proyecto de la Asociación Genialogías y la editorial Tigres de Papel, para reeditar grandes títulos de poesía de los siglos XX y XXI escritos por mujeres. El crowdfunding, que finaliza el 1 de marzo, quiere conseguir 4.000 € en www.verkami.com. Si se supera la cantidad, el dinero se utilizará para lanzar nuevos títulos.