actualidad
actualidad
Todo empezó con una escoliosis, recuerda Paqui ante el álbum de fotos familiar. "Mireia tenía tres años y el pediatra dijo que tenía que nadar. "Pues tendrá que aprender porque no sabe", le contesté. Y aprendió.
Desde el primer día le gustó mucho. Estuvo en el Club Natación Badalona y, con 12 años, se fue al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat. Jamás le habría pedido que lo dejara, pero me daba pena porque no era la vida normal de una niña y creo que las cosas que no vives en su momento, se pierden. Pero ella es feliz. Eligió vivir su vida así".
Lo que Paqui no cuenta es que a los 11 años Mireia ya era campeona de España en varias categorías... y no había hecho más que empezar. "Nadie le ha regalado nada, todo lo ha logrado con talento, esfuerzo y ambición. Si no eres ambicioso, no consigues nada. A Mireia no le gusta perder (pero no pierde mucho, así que no hemos tenido que consolarla demasiado); lo que sí sabe, por fortuna, es ganar. Es muy humilde. Intenta tratar bien a todo el mundo y, si le piden fotos o autógrafos, accede con una sonrisa".
Paqui señala otra foto. "Tendría tres añitos, mira qué mona. Ella odia ese flequillo, pero tiene un gesto que era muy suyo, de timidez. Siempre fue una cría muy dulce, cariñosa y responsable. Y sigue igual". Paqui explica que, "como todos los padres, hemos sacrificado mucho: los fines de semana eran para las competiciones y toda la familia se ha adaptado a ella.
Paqui García
Las bodas se organizan en torno a su calendario. ¡A ver, si queremos que esté, tiene que ser así! Lo peor es la tensión de las competiciones, ahí sufro. Y con la presión que tiene. Dicen que es una de las grandes esperanzas para medalla y yo pienso en ese listón cada vez más alto... Pero ella está orgullosa de representar a su país y sería muy feliz si ganara una medalla para dedicársela a España. Así es como lo siente: si las cámaras la enfocan a ella, están enfocando a su país. Eso es precioso".