Adriana Abascal nos desvela su secreto mejor guardado: «Un mal zapato y un mal novio te arruinan la noche»

La cita con Adriana Abascal es en el hotel Santo Mauro de Madrid («aquí me siento en casa», me confiesa), poco antes de que salga imponente junto a su hija Jimena, ambas vestidas de Dolce&Gabbana, para acompañarnos en los Premios Mujerhoy 2024 donde además celebramos nuestro 25º aniversario. Y lo que iba a ser una entrevista en la que prometí no robarle mucho tiempo de sus preparativos para nuestra gran noche, se transforma en una charla de más de una hora en la que compartimos café, confidencias, consejos de estilo y muchas risas.

El porte de Adriana Abascal es igual de imponente e impactante con jersey oversize y pantalones de pana en el Salón Rojo del Santo Mauro que con un un vestidazo joya de alta costura en el photocall de nuestros Premios. En los dos casos, demuestra ser la mejor embajadora de Maison Skorpios que es la firma de zapatos y complementos que lleva dándole tantas alegrías desde la que la lanzó en 2020.

Nació en México en el Día de Muertos, algo que le confiere un cierto aire de embrujo, «y aunque crecí en una familia muy española y soy un poco de todas partes, como esas mantas que hacían de patchwork, me siento muy arraigada, muy ligada a este país». Esta aventura es su enésima reinvención: podríamos decir que Maison Skorpios es Adriana Abascal en estado puro.

«La mujer se tiene que reinventar, el ser humano se tiene que reinventar, es muy aburrido encontrarte a alguien después de muchos años y ver que está en el mismo punto en el que lo dejé», me confiesa. Quiza por eso Maison Skorpios «llegó justo en un momento en el que fue posible, porque me necesita como un bebé y los otros bebés (sus hijos) ya estaban criados».

Después de ser coronada reina de belleza con solo 18 años, de protagonizar portadas y sentarse en los mejores front rows durante años, de construirse una vida como celebridad respetada y respetable, de rodearse de sofisticación y de hacer del coleccionismo de arte contemporáneo una forma de vida, Adriana Abascal ha utilizado sus habilidades empresariales y su visión para crear Maison Skorpios, la marca de calzado de lujo en la que diseña los zapatos que seducen a las amantes del quiet luxury (y a Lilly Collins en Emily in Paris) como si fueran para ella misma.

Adriana Abascal es de esas entrevistadas con las que te olvidas de mirar todas esas preguntas que tenías preparadas porque la charla fluye sin necesidad de guion. Se ha criado y ha crecido al lado de los medios y eso se nota: es una personalidad social desde hace muchos años y no duda en mostrarse orgullosa de «la buena relación que tengo con la prensa en este país. Se siente respetada y valorada por mi parte. Y yo siempre os transmito mi agradecimiento porque también es una ventana y una oportunidad para mí», reconoce.

Esa generosidad que le sale de una forma natural se transmite a lo largo de toda nuestra charla. «Yo esto no lo he hecho sola, he creado otra familia que es mi familia profesional, y esto sería imposible si no tuviera el equipo que tengo». Pero su modestia no es impostada: «Yo también tengo mis medallitas, les he vendido la ilusión. Tienes que liderar con el ejemplo, tienes que ser una roca y también tienes que motivar a ese equipo y hacerlos sentir a todos parte de algo importante. Entonces, es cuando nos divertimos muchísimo».

Adriana Abascal reconoce que llegó a Maison Skorpios casi por descarte, mientras buscaba «hacer un proyecto empresarial de moda» y después de hacer «un ejercicio de introspección, frente a un papel en blanco. Tenía que ser una extensión mía, pensé qué podía ofrecer al mercado, por qué hacía falta, como si la clienta fuera yo. Creé varias cosas, unas las descartamos, otras terminaron funcionando». El reto era lo que tenía claro: «¿para qué sirvo yo si te voy a hacer algo que te está haciendo alguien más?».

La metáfora que usa Adriana Abascal para definir Maison Skorpios es pura poesía. Y es que asegura que busca que «te sientas hermosa subida a pedestal, que pises fuerte, aunque sea con este tacón; y que des buenos pasos con ellos». Así que encontraron el nicho de Maison Skorpios en el lujo silencioso («estamos produciendo en Italia, al lado de todos los grandes, en las mismas fábricas de Hermès o de Saint Laurent», nos confiesa) y en «esa mujer que es todas las mujeres, en una mujer que valora, que conoce y que valora el lujo, que no lo reconoce solo por un logo. Esa mujer para la que la elegancia no es negociable, que como ya tiene todo y conoce el lujo, no la vas a engañar».

Artesanía, calidad, espíritu, comodidad y diseño atemporal con la clienta en el centro de la ecuación porque, tal y como nos confiesa Adriana Abascal, «me encanta escuchar al cliente, también que me diga lo malo para aprender y para mejorarlo. Tengo claro que un mal zapato y un mal novio te arruinan la noche. El novio, te lo buscas tú, que yo te encuentro el zapato y te puedo asegurar que esta fiesta no te la va a estropear», asegura muy divertida.

Quizá sea por eso que sus clientas siempre repiten. También calza a las grandes estrellas internacionales, de Claudia Schiffer a Lilly Collins en Emily in Paris, que ya ha llevado más de una docena de diseños de Maison Skorpios. Un escaparate único al que la firma llegó «por casualidad, sin enchufe», asegura Adriana Abascal, que reconoce que «me han preguntado mucho 'cuánto pagaste por eso'. ¡Nada! Yo estaba en mi casa, en calcetines, en la pandemia. Y de repente una que había visto a otra, que había visto a otra más que conocía a la estilista vio las botas y dijo: ¡esas!».

Nuestra charla termina pensando por qué vamos a brindar unas horas después, en nuestros Premios y fiesta de 25º aniversario. «Por Mujerhoy y por el éxito de todas las mujeres, hoy y siempre. Porque la mujer se sigue haciendo cada vez más fuerte, más segura. Por la igualdad, por nuestros derechos. Por la amistad, el compañerismo y, desde luego, también por Skorpios».