La especial conexión de Amaia Romero con su madre: amor por la música, pasión por la enfermería y canciones dedicadas

La navarra Amaia Romero sigue avanzando con paso firme en su trayectoria profesional y recientemente se hacía viral con una memorable actuación en directo en La Revuelta, que comenzaba cuando entonaba a capella los primeros versos de Tengo un pensamiento, su último single. Ahora le toca presentar su tercer trabajo de estudio, Si abro los ojos no es real, junto a Marc Giró en su Late Xou.

La que fuera concursante en Operación Triunfo y participante junto a su ex, Alfred García, en Eurovisión, vive un momento muy dulce después de realizar también su primera incursión en la interpretación de la mano de los Javis en la premiada serie La Mesías. En lo personal, también le sonríe el amor, con un ya consolidado noviazgo junto a un compañero de profesión, Daniel Dalfó, más conocido como Daniel 2000.

El público sigue volcado con ella, como demostraba a finales de febrero con el éxito de sus conciertos en Barcelona y Madrid. En la capital, frente a 16.000 personas, emocionó a sus fans interpretando junto a Aitana La canción que no quiero cantarte, la esperada colaboración entre ambas en el segundo disco de la pamplonica. Como en el caso de la catalana, los padres de Amaia también han supuesto un apoyo fundamental para alcanzar el éxito del que ahora disfruta. Vamos a conocerles.

Formada en piano, ballet clásico y flamenco, la música ha estado presente en la vida de la joven artista desde la cuna, donde la bebé Amaia ya sabía entonar el Cumpleaños Feliz. Su tía Carmen Arbizu es catedrática de Canto del Conservatorio Superior de Música de Navarra y su tío Joaquín fue gerente del Orfeón Pamplonés. Y aunque sus padres no son músicos –Ángel tiene un taller mecánico y Javiera trabaja como enfermera– también son grandes melómanos.

Sus padres cantaban encima de los discos de los 60 y los 70 que hacían sonar en el salón de su casa en Pamplona, mientras Amaia tenía como primera gran referente a Marisol. Su madre cursó los estudios profesionales de piano y flauta travesera e inculcó esta pasión por la música a sus tres hijos.

Al igual que sus progenitores, los hermanos mayores de Amaia, Javier y Ángela, también la han apoyado desde aquella primera participación en El número uno de Antena 3. De hecho, Javier, que estudió Administración y Dirección de Empresas, es su representante y se ha convertido en su mano derecha.

La ganadora de OT 2017 se sinceraba recientemente sobre los altibajos de su relación con su madre en una entrevista con la revista Vogue. «Ahora entiendo que para mis padres fue muy duro. Al final, yo era la pequeña que se marchaba de repente», reflexionaba Amaia sobre el momento el que abandonó el hogar familiar para mudarse a Barcelona. «Pasas de ver a tu madre solo como madre y la valoras como persona. Es alguien que tuvo su vida antes de mí, y eso me ha ayudado a entenderla y dejar de culparla, porque eso me hacía sentir muy culpable a mí también», añadía sobre cómo recuperaron la conexión entre ambas.

Esos sentimientos hacia la persona que ha estado incondicionalmente a su lado desde el principio se reflejan en las dos canciones que le dedica en su último álbum. En M.A.P.S, le pide a Javiera que «no busques Amaia en Internet», ya que su madre tiene la costumbre de navegar en la red para saber cosas sobre ella. «La canción contiene cosas que son difíciles de decirle a una madre, pero le encantó tener un tema dedicado. Además, me dijo que le recordaba a Mecano, un grupo que siempre le ha gustado», decía la cantante en la mencionada entrevista.

Auxiliar es la otra canción que le dedica en el disco y sirve de contestación a Maps. En ella, Amaia canta desde el punto de vista de su madre. «Cuando el mundo pese y el dolor moleste, aquí espero para cuidarte, mi amor», son las conmovedoras palabras de consuelo de Javiera hacia Amaia, por boca de su hija.