Los beneficios de enfadarse: cómo la ira aumenta la creatividad, la espontaneidad y nos ayuda a cumplir nuestros objetivos personales y profesionales

La mentalidad Mr Wonderful es la responsable de que hayamos convertido la sonrisa en un imperativo, no en un objetivo. Camisetas con mensajes que invitan a sonreís o libros para alcanzar la felicidad en 10 pasos son el reflejo de una sociedad inmersa en una filosofía que demoniza el enfado.

La película Revancha ya, el último éxito de Netflix, ha logrado lo contrario: convertir la ira en el epicentro argumental de una trama en la que la venganza y el enfado de Camila Mendes y Maya Hawke es visto desde un prisma empoderador y positivo.

«La ira está muy aceptada en la sociedad, pero solo para una parte. Si se sale de esos sectores se demoniza, como ocurre con personas racializadas, con las mujeres... Es algo que hemos visto en las películas«, nos cuentan Mississippi y Amalas, autora de Taller de chapa y pintura (Barret).

Y siguen: «¿Acaso cuando Khaleesi se carga a toda una población no se la tacha de loca? La ira supone una liberación absoluta. Si la tienes, hay que usarla»,¿Por fin el enfado es aceptable e, incluso, recomendable? ¿Se han terminado las sonrisas forzadas y el esfuerzo por reprimirlo?

Pese a que la ira siempre ha estado estigmatizada, la ciencia y la experiencia corroboran que puede ser utilizada a nuestro favor y que, de no sacarse fuera, ocupará un espacio mental que puede trastocar esa felicidad que también se alcanza abrazando el enfado.

«Las emociones nos comunican cosas y la rabia nos dice que algo está invadiéndonos, sirve para defendernos. Sin embargo, desde niños se nos empuja a creer que está mal, por lo que la reprimimos. Al hacerlo, nos hacemos daño a nosotros y a los demás, porque esa rabia se va quedando dentro y termina por salir con furia explosiva, y eso sí que es nocivo», explica Ambra Letti, psicóloga de Buencocco.

La ira te prepara ante un acontecimiento externo. Si esta canaliza, se puede usar para contrarrestar las circunstancias de tu entorno. Aprender a usarla tiene beneficios enormes para tu bienestar», dice Dani Galindo, autor de Cinturón negro de la vida (Vergara).

«La ira nos muebe hacia adelante y nos impulsa a ir con furia hacia nuestros objetivos. Si conseguimos neutralizar su exceso pero mantener cierto nivel, nos dará ese empujón que a veces necesitamos para cambiar un asituación», asegura antes de recomendarnos permitir que fluya dentro de nosotros para poder sentir el sentimiento contrario.

«Cuando el cuerpo saca la química necesaria para llegar a un estado de ira, te da un plus para que realices ciertas acciones con más concentración y determinación. Hemos de conocernos, identificar las emociones que sentimos y disfrutar del poder que nos ha dado la naturaleza. Utiliza la ira como fuente de energía, como escudo ante las agresiones externas y como inspiración para realizar los cambios necesarios en tu vida», explica.

En el libro El lado bueno de tu lado oscuro (Hudson Street Press), los psicólogos Todd Kashdan y Robert Biswas-Diener señalan que el enfado, la ansiedad y la culpa, pese a que pueden hacernos sentir incómodos y tristes, también tienen un reverso positivo que aumenta la creatividad, fomenta la espontaneidad y nos hace convertirnos en personas más sabias y eficientes. «Cuando estés enfadado, permítete parar un momento. Lo mejor es tomar buenas decisiones en lugar de apostar por elecciones precipitadas», recomiendan.

El enfado y la ira también funcionan a nuestro favor en el fitness, donde ya hay quien practica desde rage yoga hasta sesiones de running en las que las emociones se utilizan para entrenar de forma más eficiente y energética.

Como lo lees: ni batidos de proteínas ni barritas energéticas... El enfado puede hacer que tus sesiones en el gimnasio sean más efectivas. En el rage yoga, la respiración y los ejercicios posicionales van de la mano de la rabia para mejorar la salud física y mental.

En las clases, se combinan las posturas clásicas de yoga con insultos y gritos. El enfado nos ayuda además a lograr mejores resultados, pues se trata de una emoción movilizadora que nos puede llevar a cosneguir nuestros objetivos. Eso es lo que hacen muchos deportistas de élite, que aprovechan un enfado con el entrenador o sus oponentes para canalizarlo y emplearlo a su favor sobre la cancha.

Incluso el mundo de la moda abraza ahora el enfado tras algunas temporadas en las que las modelos hacían de la sonrisa su nuevo accesorio. Firmas como Balenciaga hacen a sus modelos desfilar con semblante ya no serio, sino feroz, y la singular forma de andar de los modelos de Vetements deja claro que si la sociedad está enfadada (no es para menos, por cierto...). Lo que hay que hacer ahora es dejar a esa furia fluir. A ver si va a resultar ahora que Aitana y Ana Guerra estaban siendo unas visionarias cuando nos incitaban a sacar hacia fuera lo malo.