Brett Easton Ellis, escritor de American Psycho y Los destrozos. /
En 1991, un joven escritor comenzó a recibir amenazas de muerte por descuartizamiento. Su pecado, escribir una sátira del consumismo y el capitalismo exacerbado de la sociedad estadounidense con un gore literario. American Psycho fue rechazada «por mal gusto» por muchas editoriales, y amada y odiada a partes iguales por los lectores, que no podían apartar la asqueada mirada del retrato en primera persona de un yuppy que escondía bajo el ideal del american way of life de los años 80 a un sádico asesino en serie, admirador de Donald Trump (entonces, solo un empresario millonario).
American Psycho fue su tercer libro tras Menos que cero y Las leyes de la atracción. Ambas captaban el vacío de una juventud, que busca en el sexo y las drogas llenar ese hueco vital y fueron llevadas al cine. Convirtieron a Bret Easton Ellis en uno de los cronistas del espíritu de su época más consagrados de la Generación X, azote del neopuritanismo (como se lee en su autobiografía Blanco) . Y, desde luego, en el más polémico.
A muchas mujeres, lideradas por Gloria Steinem, les indignó la masculinidad tóxica del protagonista. Otros lectores rechazaron ver en negro sobre blanco las detalladas y morbosas descripciones sobre desmembramientos y otros actos violentos contadas en primera persona en medio de discursos egocéntricos y ennumeraciones de canciones y marcas.
La novela se convirtió en los 2000 en una película (e incluso, en un musical), lo que expandió su repercusión. Un musculado Christian Bale preBatman prestó su asqueado gesto (y musculado cuerpo) a Patrick Bateman en la versión cinematográfica que dirigió Mary Harrow. Con la ironía de que Gloria Steinem, una de las detractoras del libro, era su madrastra en esos momentos.
Christian Bale, protagonista de la película American Psycho.
El padre del escritor, un agente inmobiliario con rasgos patológicos, fue el modelo que inspiró el psicópata a Easton Ellis, para quien «escribir una novela es como un exorcismo. Me permite salir del dolor y darle sentido». Como confirmó la periodista Lily Anolik, en su hogar hubo humillaciones y maltrato, y fue a través de los libros cómo Bret Easton Ellis logró escapar de ese monstruo.
Tras 13 años de silencio literario, Easton Ellis revisita a sus 58 años el dolor de su juventud en un juego de autoficción nostálgica en forma de novela de iniciación a la madurez y pérdida de inocencia. El terror, la violencia, el sexo y las drogas saturan las páginas de Los destrozos (Random House), ambientado en un inquietante Los Ángeles a principios de los años 80, en una especie de versión californiana del Patrick Bateman de American Psycho, como puedes leer en este fragmento de esos monólogos interiores que caracterizan a los personajes de Easton Ellis:
«Un chico de diecisiete años (cumpliría los dieciocho en marzo) circulando por Mulholland en un Mercedes descapotable vestido con uniforme de colegio privado y con las Wayfarer puestas constituye una estampa de cierto momento imperial del que, a veces, era autoconsciente: ¿Parezco un gilipollas?, me preguntaba en un momento, y al siguiente pensaba: Tengo una pinta tan fabulosa que me da lo mismo».
Bret, el protagonista, cual Phillip Roth o James Ellroy, es una versión adolescente del propio escritor y sus compañeros de un privilegiado instituto cuando su vida, marcada por la tensiones sentimentales, el sexo desaforado y las fiestas llenas de alcohol y drogas, se ve alterada por la llegada de un misterioso y atractivo estudiante nuevo y una serie de secuestros y asesinatos. Su secreta homosexualidad y su obsesión con el nuevo conducen a una espiral de paranoia, acoso y violencia.
Aunque con este retrato de los años 80 no pretende satirizar (solo describir la confusión emocional, inseguridad y desorientación que caracterizan a la adolescencia como la vivió), el cronista del lado oscuro de una sociedad obsesionada por el dinero y el hedonismo, atenta de nuevo con Los destrozos contra la indiferencia del lector.
No obstante, según declaró al periódico The Guardian, no cree que causara tanta controversia como American Psycho. «El contenido que revolvió a tanta gente hoy está en todas partes. Las cosas que vemos hoy eran inimaginables en 1991 y por eso el libro tuvo tanto éxito». ¿Lo verán así las generaciones más jóvenes, marcadas por los tiroteos continuos en institutos, que viven la era del pensamiento woke y la política de la cancelación, que reescribe los cuentos infantiles de Roald Dahl y las novelas de Agatha Christie?
El autor más políticamente incorrecto de los últimos 30 años ha vuelto. Y a la crítica internacional le ha gustado. «Una obra de terror erótico sorprendentemente seductora» o «un incuestionable recordatorio de que el autor de American Psycho es un género en sí mismo» son algunas de las frases que se han escrito sobre Los destrozos, que ya tiene adaptación televisiva en marcha. Luca Guadagnino (el realizador del hito de iniciación sexual homosexual Call me by your name) dirigirá para HBO una serie que producirá el propio Bret Easton Ellis y que promete ser un nuevo hito de la televisión.