La novelista Camilla Läckberg será una de las protagonistas de Santander WomenNOW. /
Hace tiempo que Camilla Läckberg (Fjällbacka, Suecia, 1974) renunció a las etiquetas reduccionistas. «Escritora se me queda un poco corto. Prefiero contadora de historias», explica desde su oficina en Estocolmo. No le falta razón. Es, por supuesto, la autora de la serie superventas Fjällbacka y la trilogía Faye, ha escrito libros de cocina, colecciones infantiles, novelas cortas y hasta letras de canciones y su obra, que inauguró en 2003 con La princesa de hielo, está traducida a 40 idiomas y ha vendido más de 37 millones de copias en todo el mundo.
Asiste gratis a la charla de Camilla Läckberg en MadridPero Läckberg, que será una de las estrellas del summit de liderazgo femenino Santander WomenNOW los próximos 19 y 20 de junio, también tiene una productora, ha creado una serie para Netflix , tiene su propia marca de joyería, una fundación de apoyo al emprendimiento y le gustan tanto la televisión y los realities que ha participado en formatos como Mask Singer o Mira quién baila.
Quizá porque, pese a su irrefutable éxito, tiene la virtud de no tomarse a sí misma demasiado en serio. Obsesionada con el crimen desde que descubrió las novelas negras de su padre, a los cinco años escribió su primer relato sobre un siniestro Papa Noel y ahora acaba de publicar El espejismo, la tercera entrega de la trilogía escrita a medias con el mentalista Henrik Fexeus y que también tiene la Navidad (que ella detesta apasionadamente) como escenario del crimen.
Läckberg, desde luego, prefiere el verano. Mucho mejor si es en España. La escritora y su tercer marido, el luchador profesional Simon Sköld, comparten una casa en Altea, Alicante . «Sus padres tenían un apartamento en Torrevieja y él pasaba cada verano allí. Siento una conexión especial con España por cómo me han recibido siempre. Además, me encanta el clima, la comida, el vino...», cuenta.
MUJERHOY. Lo suyo con los lectores españoles es un auténtico idilio. ¿Por qué cree que sus libros tienen tanto tirón en nuestro país?
CAMILLA LÄCKBERG. Es cierto, muchos se vuelven completamente locos. Cada vez que voy, me siento como una estrella de rock. Incluso tengo un fan que se tatuó mi nombre en el cuello y que siempre viene a verme. Por un lado, creo que mucha gente tiene otra imagen de Suecia y los suecos; por otro, escribo sobre mujeres y sus problemas, y creo que muchas lectoras se identifican con mi personajes por eso.
Ya que lo menciona: ¿qué estereotipos sobre los suecos están totalmente errados?
El primero es que todas las suecas somos altas y rubias. De hecho, mucha gente aún se sorprende al verme. También existe la idea de que Suecia es un país perfecto, en el que no existe el crimen y no hay problemas de alcoholismo o drogas. En mis libros doy una visión más ajustada de la realidad.
El true crime triunfa en televisión, la novela negra sigue siendo un género superventas... ¿Es la forma menos tóxica que hemos encontrado de gestionar nuestro lado más oscuro?
Para mí, escribir este tipo de historias es una forma de terapia, de volcar toda mi oscuridad en mis libros. Y creo que eso me convierte en una persona bastante despreocupada en la vida real. Es curioso porque, en los países que acaban de sufrir una guerra, no suelen publicarse este tipo de novelas. Pero cuando vives en un ambiente seguro y te sientas en el sofá con una taza de té, leer sobre crímenes horribles puede ser un placer. Además, en la vida real las historias más terribles, como la del niño que desaparece y nunca vuelve, no siempre encuentran respuesta. Pero cuando abres una novela negra , sabes que al final atraparán al asesino y se hará justicia.
Su última novela transcurre en Navidad, aunque creo que odia esa época del año. ¿Por qué?
Es cierto: odio la Navidad. Para las mujeres es una carga de trabajo brutal: son las que cocinan, limpian, compran los regalos, se aseguran de que los niños estén contentos... Es una época muy estresante. Y no sólo eso. Solía estar casada con un policía y siempre me contaba que la Nochebuena era uno de los peores días del año en cuanto a la violencia de género...
¿Cómo fue su despertar feminista?
Fue bastante tardío. Coincidió con la llegada a la adolescencia de mi hija mayor. Me di cuenta de que mis hijos tendrían ventaja sobre ella exclusivamente por ser hombres. Pero tengo que decir que hay ciertos tipos de feminismo que no me gustan. No me gusta, por ejemplo, que las mujeres siempre se tengan que posicionar a favor de otras mujeres. Eso es ridículo. Mi visión sobre la igualdad es sencilla y consiste en que no debería importar si eres una mujer o un hombre en ninguna circunstancia.
La novelista sueca Camilla Läckberg. /
Muchos escritores detestan la promoción de sus libros, pero se nota que usted la disfruta...
Tiene que ver con mi personalidad. Antes de escribir, fui economista y trabajé en marketing. La comunicación es algo innato en mí. Siempre me ha gustado la atención, estar sobre el escenario. De hecho, en el colegio, hacía teatro. Mis amigos y mi marido dicen que soy una combinación extraña de extrovertida e introvertida. Me encanta estar en casa en pijama viendo un reality show, pero también me divierte mucho conocer gente, hacer entrevistas, ir a televisión, a un evento...
Siempre dice que es una escritora visual, que primero llega la imagen y luego, la idea. ¿Cómo funciona eso exactamente?
En La sombra de la sirena, por ejemplo, imaginé a un hombre que colgaba de una pierna desde una torre. No sabía quién era ni cómo había llegado ahí. Tampoco quién lo había asesinado. Con La princesa de hielo me pasó algo muy parecido. Todo arrancó de la imagen de una mujer muerta en una bañera cubierta de hielo.
Y a partir de ahí, se pone a escribir.
Sí. Escribo sin consultar ni hablar con nadie. Ni siquiera con mi editor. Cuando termino, dejo que me pasen sus notas. A veces, discutimos; otras, tengo que decir: «Tienes razón, voy a cambiar eso». Cuando termino, no vuelvo a leerlo y enseguida empiezo a pensar en el siguiente proyecto. Aunque en la pandemia tuve una experiencia extraña... Cada día leía 15 minutos de La princesa de hielo en Instagram y, por un momento, pensé que podría haberlo escrito de otra forma, pero eso fue hace 20 años y lo hice lo mejor que pude. Además, ese libro ha terminado en la lista de la revista Time de las 100 mejores novelas negras de la historia. ¡No estará tan mal!
La crítica no siempre ha sido benévola con usted. ¿Cómo cuida su autoestima para que no afecte a su trabajo literario?
Los primeros años era más difícil. Un crítico dice que los personajes son estupendos, pero el diálogo es terrible y te pones a trabajar en esa parte. ¡Pero el siguiente crítico dice justo lo contrario! La crítica más generalizada que ha recibido mi obra es que utilizo un lenguaje que no es lo suficientemente literario. Pero nunca me he sentido mal por eso. Mis libros son fáciles de leer, accesibles para la mayoría y por eso son un éxito. Nunca he aspirado al Nobel de Literatura . Prefiero 100 millones de veces que me lea mucha gente. Eso lo tengo muy claro.
Como escritora superventas, ¿se recrea en su éxito de vez en cuando?
No lo hago casi nunca, porque siempre estoy trabajando. Rara vez miro atrás, siempre estoy pensando en el futuro. El año pasado celebré mis 20 años como escritora y fue bonito, pero también sirvió para darme cuenta de que nunca había reflexionado sobre mi carrera.
Asiste gratis a la charla de Camilla Läckberg en MadridHace de todo: escribe, produce, tiene negocios... ¿Le cuesta relajarse?
Un poco. Soy bastante adicta al trabajo. Y creo que ahora tengo una nueva carrera por delante. Cuando estoy en la sala de guionistas, me siento como una novata y eso me encanta. Me motiva mucho explorar cosas nuevas. Lo único que me salva es que se me da bien tomarme pequeñas pausas. En mitad del día, por ejemplo, hago un parón de una hora y me pongo a ver Real Housewives o una serie de true crime y eso me relaja. También me gusta mucho cocinar para un montón de gente.
Descubrió la pasión por la lectura en la biblioteca de su padre. ¿Ha conseguido contagiársela a sus hijos?
Sí. De pequeños les leía mucho y, por fortuna, he conseguido transmitirles la pasión por la lectura. Todos leen mucho y eso me hace muy feliz. No escriben tanto, pero yo tampoco lo hacía a su edad. Eso vino después.
¿Los mayores ya leen sus libros?
Les gusta más la fantasía. Y no podrían estar menos interesados en lo que yo hago.
Suele decir que su estilo de maternidad resulta provocador.
En las dos últimas décadas, la moda en Suecia ha sido dejar que los niños decidan por toda la familia: lo que hay para cenar, a qué hora se van a dormir, adónde van de vacaciones... No creo que este estilo de maternidad hippie sea bueno para los niños. Yo tengo muchas reglas para mis hijos: espero que sean educados y les castigo si hacen algo mal. Por ejemplo, quitándoles el móvil. Y eso es algo muy controvertido en Suecia, sobre todo entre cierto tipo de madres.
Seguro que mucha gente le pide consejo sobre cómo empezar a escribir. ¿Qué les dice?
Recibo varios mensajes al día de gente que me lo pregunta. Y siempre les digo lo mismo. Primero: apúntate a un curso de escritura. Es una manera fantástica de empezar. Es lo que hice yo. Y segundo: siéntate en la silla, no puedes esperar a que un buen día te alcance la inspiración.