Ballerina Farm

Ballerina Farm es una influencer americana con más de nueve millones de seguidores en TikTok que vive en una granja en Utah y se ha hecho famosa por enseñar en redes cómo cría a sus ocho hijos sin ninguna ayuda y se ocupa de todas y cada una de las tareas, desde cultivar berenjenas a ayudar en el nacimiento de los terneros o sanear el pozo, pasando por la elaboración de su propia mantequilla con tomillo para el desayuno de los niños. El pan, por supuesto, espera recién horneado como cada día.

El apabullante contenido que comparte la ha convertido en la reina de las tradwives, las esposas tradicionales que se hacen un hueco como creadoras de contenido al estilo de nuestra RoRo, capaz de fabricar desde cero un chicle para su novio o un vestido de fiesta para la cita que tienen un rato después.

Su historia se ha publicado en una amplia entrevista en The Times donde la periodista cuenta que Hannah Neeleman (el verdadero nombre de Ballerina Farm) solo ha utilizado la epidural una vez porque su marido no es partidario. Que participó en un concurso de belleza 11 días después de dar a luz a su último hijo o que, frecuentemente, es interrumpida en sus respuestas y corregida por Daniel Neeleman, hijo del fundador de la línea aérea Jet Blue, con el que se casó tres meses después de conocerlo y por el que dejó sus estudios en la mejor escuela de danza de Estados Unidos.

Después de la entrevista, las redes se llenaron de mensajes que criticaban la misoginia de su marido. Hubo también quien argumentó que no se trataba de una cuestión de machismo, sino de sometimiento religioso porque los Neeleman son mormones. Y, por supuesto, admiradores que aplauden la libertad de elección de Ballerina Farm y sus múltiples habilidades, incluida la elaboración de un precioso sirope de lilas.

Yo me confieso fascinada por los vídeos en los que parte carne con un hacha, se peina y recolecta calabazas sin solución de continuidad mientras arrulla a varios bebés a la vez y aparece rubísima y relajada. Y espero que todo sea un boyante negocio que le reporte grandes beneficios gracias a todas los productos que vende, como cualquier otra influencer, mientras un ejército de ayudantes coloca los polos de lavanda en el decorado y se encarga de comprar la tarta de espárragos falsamente casera. Si fuera así, crecería considerablemente mi fe en la humanidad y mi esperanza en un futuro mejor.