EN MI ESTANTERÍA
EN MI ESTANTERÍA
La escritora Elvira Sastre hace hueco en la biblioteca de su casa en la sierra madrileña a recuerdos de familia, regalos de lectores, premios literarios y animales mitológicos recogidos durante sus viajes por México.
«Me vine a vivir a la sierra madrileña con mi pareja en 2021», cuenta la escritora Elvira Sastre (Segovia, 1992), que acaba de publicar Las vulnerabilidades (Seix Barral). «Necesitaba un sitio que no me conociera de memoria, estar en contacto con la naturaleza... y más espacio».
Más espacio, por ejemplo, para una estantería como la que cubre las paredes de su salón. «Tras muchas mudanzas, he aprendido que lo más sencillo es ordenar los libros alfabéticamente por autores. El problema es que hay que hacer hueco a las incorporaciones. Entre lo que me mandan y lo que compro, siempre hay pilas de libros pendientes de colocar».
«Hay fotos de nuestros abuelos y retratos de nuestros perros, Viento y Berta, por todas partes. También de Tango, que murió hace seis años».
Una figura plateada llama la atención y, efectivamente, tiene historia. «Es de mi bisabuelo Virgilio, que era el herrero del pueblo, Jemenuño (Segovia). Es parte de la herencia familiar y nos ha ido acompañando».
«En mis primeras visitas a México descubrí a los alebrijes, criaturas mitológicas y guías espirituales muy presentes en una cultura que entiende la muerte de una forma menos dolorosa. Hemos hecho nuestro propio altar de muertos con las que nos regalan y vamos encontrando».
En lo alto de la estantería, Elvira coloca los premios que ha cosechado con su obra, «uno de El Norte de Castilla, otro de El Corte Inglés...» ¿Y ese botijo? «Es un obsequio que me dieron en un certamen de teatro infantil en Fuente Pelayo en el que participa mi padre».