Amor... ¿platónico? Colin Farrell: la estrella salvaje rehabilitada que quiso ser el noveno marido de Elizabeth Taylor

Disney+ estrena hoy Almas en pena de Inisherin, la película con la que Colin Farrell ha conseguido su primera nominación al Oscar. Convertido en el ganador emocional de la award season, también es una de las estrellas más fascinantes de su generación. Y el último amor romántico de Elizabeth Taylor…

Colin Farrell en la alfombra roja de los Oscar. / gtres

Ixone Díaz Landaluce
Ixone Díaz Landaluce

No ganó el Oscar (porque éste era el año de Brendan Fraser ), pero su emotivo discurso al recoger el Globo de Oro se hizo viral por, como resumieron después en Twitter, «matar la masculinidad tóxica » a golpe de declaraciones de amor (a Brendan Gleeson, su coprotagonista en Almas en pena de Inisherin), cumplidos sinceros a Ana de Armas y recuerdos a sus hijos («los dos amores de mi vida»). En esta award season, Colin Farrell ha demostrado lo que Hollywood ya sabía desde hace mucho que tiempo: que no solo es uno de los actores más talentosos de su generación, sino también una de las estrellas más queridas y encantadoras de la industria de cine.

No siempre fue así. Cada perfil que se escribe sobre él y cada entrevista que concede recuerda lo inevitable: que Farrel tuvo un pasado salvaje, del que, por otra parte, él siempre ha hablado abiertamente y nunca ha renegado. Fue durante su aterrizaje en Hollywood, donde trabajó como dependiente, camarero o pintor antes de conseguir hacerse un hueco en la industria del cine.

Mientras rodaba a las órdenes de Spielberg ( Minority Report) u Oliver Stone ( Alejandro Magno), encadenaba relaciones exprés con celebrities y actrices como Paris Hilton , Britney Spears o Lindsay Lohan, pero también Angelina Jolie o Lake Bell. «Si yo no hubiera hecho ciertos cambios en mi vida, estaría sin trabajo tirado en Skid Row (un barrio de Los Ángeles donde solo viven vagabundos y toxicómanos) y viviría como un drogadicto», contaba en 2012 en una entrevista a XLSemanal sobre una época en la que llegó a decir que la heroína era buena si se consumía con moderación.

Fotograma de Almas en pena de Inisherin, que acaba de estrenarse en Disney +. / dr

El día que Colin Farrell conoció a Elizabeth Taylor

Poco después de cumplir los 30, Farrell logró dar un giro tanto a su vida como a su reputación de chico malo. También tuvo dos hijos: James, fruto de su relación con la modelo Kim Bordenave, y Henry, con la actriz Alicja Bachleda-Curuś. Y se apaciguó. Superó sus adicciones previo paso por rehabilitación, hizo las paces con la fama, se entregó a su faceta como padre y se aficionó al yoga . «Voy a clases con más gente. Una de las cosas más peligrosas de la celebridad es que corres el riesgo de aislarte. Y lo siguiente que sabes es que eres Norma Desmond y estás solo, con tu mono y tu mayordomo», explicaba en 2015.

Y entonces, conoció a Elizabeth Taylor . Coincidieron por primera vez en un hospital de Los Ángeles: ella estaba siendo intervenida; él acababa de ser padre. «Al día siguiente, llamé a mi publicista para que le enviara flores y me dijo: 'Ella te ha enviado un ramo a ti'. Venía con una nota en la que me felicitaba por el nacimiento de mi hijo. Yo no podía creerlo. Le pregunté a mi publicista si podría conocerla y unos días más tarde, Elizabeth me invitó a cenar a su casa. Y así nos hicimos amigos en el último año y medio de su vida. Fue increíble. Nos reíamos mucho. Tenía un sentido del humor muy ácido. La quería mucho y la echo de menos», recordaba Farrell en su entrevista con XLSemanal sobre su relación con la actriz, que falleció en 2011 a los 79 años.

En su primera cita, en la mansión de la estrella en Bel-Air, Farrell llevó un libro de poesía del autor irlandés William Butler Yeats. Después de aquella noche, Taylor le escribió una nota. «Qué placer ha sido conocerte. Me recuerdas a tantas cosas buenas, tantas cosas felices… Gracias por ser tan auténtico».

Una relación romántica, pero nunca consumada

Según la biógrafa de Taylor Kate Andersen Brewer, autora de Elizabeth Taylor: The Grit & Glamour of an Icon, la estrella reconocía en él el carácter inconformista de Richard Burton, su gran amor y marido en dos ocasiones. En los dos años que duró su relación, Farrell se convirtió en un visitante habitual, que solía sentarse en un sillón cerca de la cama de la estrella para leerle poesía en voz alta. También veían la televisión juntos y hablaban por teléfono hasta altas horas de la madrugada. El actor llegó a confesarle a Ellen Degeneres que para él fue una relación romántica, pero nunca consumada. «La adoraba. Era una mujer espectacular. Me hubiera gustado ser su marido número nueve, pero nos quedamos sin carretera…»

Farrell fue una de las pocas personas ajenas a la familia que acudió al funeral de Taylor y que, tras su desaparición, ha seguido apoyando la labor filantrópica de la estrella y, especialmente, su lucha contra el sida. El pasado mes de septiembre, el actor recogió un premio en un evento para conmemorar la cruzada de la estrella contra la enfermedad. En su discurso, Farrell echó mano del anecdotario para recordarla.

«En una ocasión, volví a Los Ángeles después de un tiempo fuera. Estaba pasando por un mal momento, y no llamé a Elizabeth. Pasaron cinco o seis semanas. Cuando por fin la llamé, me preguntó por qué no lo había hecho antes. Le dije que había estado agobiado y de mal humor. Entonces, me contestó: 'Si solo vas a compartir tus días buenos conmigo, esta no es la clase de amistad que me interesa'. Aquello me hizo reevaluar nuestra amistad. Esa era el tipo de amiga que era ella para mí».

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