método tradicional
método tradicional
Son muchas las personas que a día de hoy siguen preguntándose qué son las cabañuelas. Un método que, si atendemos a la ciencia no podemos dar cuenta de su efectividad, pero que ha ayudado a muchos pastores y personas de España a predecir (o, al menos, a intentarlo) cómo sería el tiempo el año siguiente fijándose, únicamente, en cómo es en los 15 primeros días de cada mes de agosto.
Sé de lo que hablo: mi abuelo era pastor y el único método meteorológico al que él venera son, precisamente, a las cabañuelas. Todavía recuerdo cómo cada primero de agosto, cuando era pequeña, vaticinaba el tiempo que haría al año siguiente en nuestro pueblo de Extremadura. Y, además, también recuerdo cómo pocas veces se equivocaba (yo no puedo asegurar si era magia, casualidad o si, efectivamente, las cabañuelas van más allá de un mero método popular y funcionan de verdad).
Lo que sí puedo asegurar es que yo sigo su tradición y cada año asisto atenta a la meteorología que nos deparan los trece primeros días de cada mes de agosto pues creo que, muy probablemente, esté dándonos pistas de lo que nos espera el siguiente año. Y cada año, desgraciadamente, vaticinan menos agua y más calor.
«Cálculo popular basado en la observación de los cambios atmosféricos en los 12, 18 o 24 primeros días de enero o de agosto, para pronosticar el tiempo durante cada uno de los meses del mismo año o del siguiente». Esta es la definición que podemos encontrar en la Real Academia Española para la palabra cabañuelas.
Ahora bien, en otras palabras, las cabañuelas son un método popular muy extendido en las regiones rurales de España y muy utilizado, sobre todo, por agricultores y ganaderos, que se basa en el cálculo de la meteorología de los primeros días del mes de agosto y que ayuda a vaticinar cómo será el tiempo, en función de ello, los doce meses del año siguiente.
Este es, precisamente, el método que utiliza Jorge Rey, el chico de apenas 17 años que ha acertado en muchos pronósticos del tiempo, para adivinar la meteorología y dar sus predicciones. «He ido perfeccionando mi método, que es propio, y que se basa en las cabañuelas», afirmaba hace un tiempo en una entrevista para el diario Sport.
Como digo, mi abuelo era pastor y se fiaba mucho de las cabañuelas. Dependiendo de la región a la que atendamos, el cálculo puede variar significativamente.
Por ejemplo, en Extremadura, de donde es mi abuelo, el cálculo está basado en los 15 primeros días del mes de agosto. El tiempo que hace el 1 y el 2 de agosto vaticina la composición meteorológica de los seis primeros y los seis últimos meses del año siguiente (si llueve el día 1, los seis primeros meses serán lluviosos). Después, el tiempo de cada día corresponde a un mes: el 3 sería enero, el 4 febrero, el 5 marzo y así sucesivamente hasta el 14 que sería diciembre. «Según las cabañuelas, lo que ocurra en agosto será un resumen de lo que acontecerá el año siguiente», explican en la web del Patrimonio Inmaterial de Extremadura. «En algunas zonas existen las retornás, que sirven de complemento: el día 14 de agosto daría información adicional a diciembre hasta el día 25 de agosto que sería enero«, completan.
En otras zonas, como Galicia o Asturias, se anota el tiempo que hace entre los días 1 y 24 de agosto. Las anotaciones del 1 y del 24 vaticinan agosto del año siguiente, el 2 y el 23 sería septiembre y así hasta sucesivamente hasta julio.
La Agencia Española de Meteorología se ha mostrado abiertamente opuesta a este método pues insiste en que carece de ninguna evidencia científica. Pero es cierto que por tradición popular, son todavía muchas las personas que siguen poniéndolo en práctica y fijándose en ellas para vaticinar el tiempo del año siguiente.
A este respecto, podríamos atender a las previsiones meteorológicas que expone la AEMET en su página web para acercarnos, de alguna manera, al método de las cabañuelas. Aunque, eso sí, es cierto que cuanto más nos alejamos en los días más probable es que el diagnóstico vaya variando.
Aunque tiene sentido hacerlo con cada comunidad autónoma, si somos un poco más generales y tenemos en cuenta la información vertida en la web de la AEMET de la previsión del tiempo en España para los próximos 15 días y traduciéndolo a las cabañuelas, podríamos decir lo siguiente:
- La composición de 2025 vaticina una mitad del año seca y calurosa y otra mitad un poco más fría, con algunas lluvias sobre todo en el norte del país
- Enero de 2025 se presenta algo nuboso, con lluvias en el norte y frío
- Para febrero de 2025 encontraríamos poca lluvias
- En marzo de 2025 tendríamos también pocas lluvias en el sur del país, pero con temperaturas más bajas y ambiente ventoso
Si tenemos en cuenta los datos da Jorge Rey (cuyas predicciones también han sido criticadas por organismos como la AEMET) encontraremos un invierno bastante frío en 2025.