estrena serie en españa
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Si algo no parece Eva Longoria es una mujer desesperada. Tampoco una estrella de Hollywood, aunque lo es. Quizá porque sigue sabiendo de dónde viene y tiene clarísimo hacia dónde va. O porque ha sabido mantener una exitosa carrera como actriz, mientras ponía en marcha proyectos como productora y se atrevía a colocarse detrás de la cámara. O porque no duda en mojarse para defender los derechos de los latinos y las mujeres en su país, Estados Unidos.
Longoria (Corpus Christi, Texas, 1975) toma tranquila un té en una de las terrazas de un hotel de Madrid, donde el despliegue de seguridad por la inminente llegada de Taylor Swift es más que evidente. La actriz, a la que conocimos hace dos décadas en Mujeres desesperadas, saluda con un par de besos y una amplísima sonrisa, y se sienta a charlar. Le espera una intensa jornada de promoción y los minutos están contados, pero parece tener todo el tiempo del mundo y sentirse como en casa.
Su ascendencia asturiana y su casa en Marbella, a la que acaba de mudarse, son dos de las razones. La otra es Tierra de mujeres, la serie española que estrena el 26 de junio en Apple TV+. La actriz ha estado varios meses rodando en el Empordà esta comedia dramática basada en la novela de Sandra Barneda y producida por Bambú (El caso Asunta, Now and Then, Fariña, Las chicas del cable), en la que también ha sido productora ejecutiva.
Su personaje, Gala, es una neoyorquina cuya vida da un vuelco cuando su marido huye dejándola sin dinero y ella se ve perseguida por unos criminales. Acompañada por su madre (Carmen Maura) y su hija (Victoria Bazúa), decide refugiarse en el pueblo catalán del que la primera huyó hace 50 años, jurando no regresar. Las tres esperan pasar inadvertidas y comenzar una nueva vida, pero el pueblo es pequeño y los secretos familiares salen a la luz.
Longoria asegura que «llevaba casi 13 años produciendo y dirigiendo, y quería volver a ponerme delante de una cámara. Me apetecía trabajar en España y llamé a Ramón [Campos, productor ejecutivo y fundador de Bambú]. Le dije: « Escríbeme una serie que se desarrolle en España y sobre el mundo del vino». Me gusta el vino», dice riendo sonoramente. Ambos se conocían por el marido de la estrella, el también productor mexicano Pepe Gastón, con quien Campos había trabajado.
«Pepe le enseñó Velvet y Eva se enamoró de la serie. La veía en los aviones, en plan maratón, y quiso conocer el plató», relata el CEO de Bambú. Luego, ella compró los derechos de Gran Hotel y de La embajada, para producirlas en EE.UU. Y le propuso hacer una serie juntos. «Fue Teresa [Fernández-Valdés, su entonces socia] quien encontró la novela. Yo entré después en el proyecto y la adapté muy libremente. Pensé que podía hablar de temas tan interesantes como la identidad, el quién soy, con una trama en la que se mezclan comedia, thriller, misterio, romance... Es una serie que puedes ver en familia, algo que echo de menos».
«Rodar en España ha sido increíble, especialmente en los viñedos, un sitio precioso y con gente maravillosa», señala Longoria, que ha vivido como un sueño la posibilidad de trabajar con «una leyenda» como Carmen Maura. «Crecí con sus películas. Ella se reía cuando me oía practicar mis frases una y otra vez. Decía: «Pero si eso es dificilísimo. Si yo no lo puedo decir, ¿cómo lo va a decir Eva?». Yo soy la americana que está en España como un pescado fuera del agua [Risas]. Me dolía el cerebro de intentar recordar todas esas palabras», reconoce.
En el humilde rancho texano donde Eva creció junto a sus tres hermanas se hablaba siempre en inglés, aunque sus padres eran mexicanos. No tenían mucho, pero se sacrificaron para darles una buena educación. « Me hice mayor con la idea de que no era guapa, pero debía ser inteligente», recuerda.
Así que se graduó en Quinesiología en la Universidad y quiso dedicarse a la moda, aunque no tuvo suerte. Tras ganar un concurso de Belleza en 1998, se mudó a Hollywood y, durante cuatro años, compaginó los castings con un trabajo en Recursos Humanos. Hasta que comenzaron a llegar los papeles y en 2004 entró a formar parte del reparto de la serie del momento, Mujeres desesperadas, con la que ganó un Emmy.
«Ojalá Gala sea tan conocida como Gabrielle Solis, pero creo que son dos personajes muy diferentes –valora la intérprete, sobre su papel en la serie que la catapultó al éxito–. Gala es muy divertida, crece mucho, aprende, y creo que muchas mujeres pueden identificarse con ella. Me gustan las historias en las que las mujeres confían en sí mismas para superar los obstáculos, en las que pueden hacer cosas y ser poderosas», señala.
El suyo es un buen ejemplo. En 2005, creó su productora UnbeliEVAble Entertainment, para poner en marcha sus propios proyectos de televisión, pero también documentales y películas. «Cuando estaba en Mujeres desesperadas, sentía que no estaba llegando a mi máximo potencial –explica–. Tenía muchas ideas en la cabeza y no quería esperar a que un hombre me diera esa oportunidad. Quería crearlas para mí misma y para otras mujeres latinas, delante o detrás de la cámara. Mi sueño es conseguir que haya más directoras latinas en la industria».
Desde fuera, cualquiera diría que hacer carrera en el cine es ahora más fácil para las mujeres, pero Longoria no comparte la idea. « Todo el mundo piensa que Hollywood es muy progresista, pero no lo es. Incluso hay menos directoras que hace años. La ilusión es pensar que con Greta [Gerwig] y Barbie hemos mejorado. Cuando Alfonso Cuarón ganó el Óscar, decían que los latinos estábamos muy bien en la industria, pero no ocupamos ni el 5% de los puestos aunque somos el 20% de la población. Igual que cuando Obama fue presidente y la gente decía que ya no había racismo. Eso no es verdad. Los problemas no se acaban porque tengamos a uno allí arriba, haciendo cosas. El éxito de Greta es nuestro éxito, el de todas las mujeres, es verdad. Y ojalá pueda abrir la puerta a más directoras», explica con contundencia.
«Con mi película [Flamin' Hot, que presentó el pasado año], yo tenía una gran responsabilidad con las mujeres y con la comunidad latina», señala la actriz, que cuenta con un máster en Estudios Chicanos y Ciencias Políticas. Ella quería llevar a la pantalla «una historia que mi gente pudiera ver y decir: «Este hombre fue capaz de hacer todo esto, con todos los problemas que tuvo». Es una forma muy importante de darles esperanza e inspiración». Pero tenía clara que si la película no funcionaba, «los estudios podían no volver a contar con más mujeres y latinos para poner en marcha otros proyectos. Yo no podía fallar. Las mujeres no tienen esa posibilidad, porque no van a tener otra oportunidad. Pero los hombres sí, y no pasa nada».
Activista comprometida, la actriz ha dado voz a las mujeres latinas desde la fundación que lleva su nombre. «Hay muchas maneras de ayudarlas: dándoles la educación que necesitan; o a través de mentoras, para que vean que, si otras mujeres han alcanzado lo que querían, ellas también pueden lograrlo. Las mujeres son líderes naturales, son muy poderosas, pueden hacer cualquier cosa'', recalca, mientras reconoce que «el mundo sería mejor si las mujeres estuvieran manejándolo todo''.
De momento, lo han conseguido en México, el país de sus padres y de su marido, con la reciente elección de la primera presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. «Y eso es muy importante. ¿Cómo puede México tener una mujer al frente antes que Estados Unidos? ¡Pero qué bien!», exclama. ¿Y qué opina de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos? ¿Qué sucederá si, como todas las encuestas auguran, Donald Trump regresa a la Casa Blanca? Longoria tuerce el gesto, mira al cielo y se pone seria: « Tengo miedo por nuestra democracia. Eso es muy importante. No se trata de un candidato o de otro, sino de que el sistema entero se encuentra muy frágil, debemos cuidarlo. Por esa razón hay que participar, hay que votar y marchar. Tenemos que alzar nuestra voz por las cosas que son importantes. Ojalá llegue pronto una mujer a la Casa Blanca». ¿Será Michelle Obama la primera? «Michelle no quiere. Nada, nada, nada. ¡Qué pena!», dice riendo.
Longoria ha mostrado en más de una ocasión su admiración por la ex primera dama norteamericana. Y no duda en presumir de sus amigas, desde Victoria Beckham a la malagueña María Bravo, madrina de su hijo Santiago, de seis años, con la que comparte proyectos filantrópicos. « Tengo una hermandad de mujeres increíble, amigas a las que conozco desde hace 30 años y con las que he vivido muchas cosas. Creo que las mujeres necesitamos hermanas fuera de nuestra familia, hermanas de comunidad, para ayudarnos en la vida. La hermandad que tengo a mi alrededor también contribuye a mi éxito».
Ese éxito no sólo pasa por Tierra de mujeres. Eva acaba de rodar una película junto a Eddie Murphy y en agosto la veremos en la cuarta temporada de Solo asesinatos en el edificio (Disney+). «Disfruté mucho con Steve Martin, Martin Short, Selena Gómez, Meryl Streep... Tuve la suerte de poder trabajar con los gigantes de la comedia».
Luego, recorrerá España para grabar una serie sobre nuestra comida para la CNN, similar a la que ya presentó sobre la mexicana. «Me encanta la gastronomía y cocino mucho. He hecho un libro de recetas que se publicará en octubre». ¿Y algún proyecto para ponerse otra vez detrás de la cámara? «Estoy buscándolo, leyendo muchos guiones. Con mi película, pensaba que yo era la única directora que podía contar esa historia, pero por ahora no siento lo mismo. Hasta le he preguntado a mi agente qué debería sentir para seguir adelante» [Risas].
«Eva es como un Ferrari», explica el productor Ramón Campos, que posa arriba con la actriz. «Pasa del misterio a la comedia con dos gestos. Y como productora, trabajar con ella ha sido un paseo. Es una estrella que no lo parece. Ojalá muchos actores entendiesen la profesión como ella». Eva no se queda atrás con los halagos: «Me encantan las series de Bambú y me encanta Ramón. Es uno de los mejores escritores de televisión del mundo. Sabe cómo construir una temporada, transmitir emociones, hacernos subir y bajar... Es un genio».