Los mejores trucos de expertos para ahorrar y llegar a fin de mes en la cuesta de Enero (a pesar de la inflación, los tipos de interés o el precio de la energía)

Esta cuesta de enero puede ser intimidante. Aunque la resaca navideña la conocemos bien, este año nos toca superarla en un escenario imprevisible, en el que los asuntos pendientes se solapan con los buenos propósitos . «Continuarán las perturbaciones sobre la economía mundial derivadas de la pandemia, la guerra de Ucrania y la desaceleración de la economía china, en un contexto de emergencia climática cada vez más acuciante», señala Esther M. Sanchez, profesora de Historia Económica en la Universidad de Salamanca, que encuentra muchas similitudes entre la situación actual y la primera crisis del petróleo de 1973. «De la Historia, aprendimos que la elevada inflación de los años setenta no se moderó hasta que los bancos centrales subieron los tipos de interés, pero no que las subvenciones indiscriminadas y las «medidas parche» no suelen ser un buen remedio».

Defensora de acometer medidas estructurales que nos permitan crecer de una manera más «verde, digital e inclusiva», para la historiadora, el encarecimiento energético, la subida de los precios de los productos básicos –España ha cerrado el año con una inflación sobre el 6 %– y el alza de los tipos de interés pondrán a prueba nuestra economía doméstica, pero tampoco será la primera vez que ocurre.

Sin pecar de optimistas, aún hay razones para conservar la esperanza. «Primero, no hemos entrado en recesión. Las previsiones de crecimiento para 2023 varían significativamente de un organismo a otro, pero ninguno pronostica un crecimiento negativo. Segundo, en los estudios recientes de las Cámaras de Comercio, los empresarios han mejorado sus expectativas y son optimistas y resilientes, la clave del dinamismo empresarial. Y tercero, hay palancas de crecimiento que ayudarán a mejorar la situación, como el empuje que suponen los fondos europeos y las grandes posibilidades que ofrece la transformación digital», enumera Sánchez.

Poner el foco en lo que está en nuestra mano, es el primer paso para hacer frente a los excesos festivos y las fluctuaciones de precios. Aunque puede parecer obvio, revisar todos los recibos y elaborar un presupuesto familiar es la forma de recuperar el control de nuestra economía doméstica. La estructura es sencilla: saldar primero las deudas mensuales, como hipotecas, seguros o alquileres; analizar los gastos esenciales para vivir y, en tercer lugar, el periodista económico José María Camarero, nos recomienda priorizar el ahorro.

«Aunque a final de mes tengamos que tirar de él, ahorrar de forma premeditada, destinando lo que nos sobra al ocio y no al revés, hará que lleguemos bastante más desahogados», señala el autor de 'Crisisfobia: Claves para sobrevivir al apocalipsis económico' (Harper Collins), un conjunto de recetas para entender las grandes incógnitas económicas y resolver los conflictos a los que nos enfrentamos a diario: facturas, impuestos, pensiones...

Con los precios de la luz y el gas desbocados, es natural que la energía sea uno de los pilares de su libro. «Esta crisis ha hecho que las eléctricas hayan perdido cuota de poder frente al ciudadano, son conscientes de que sabe que puede irse a otra eléctrica. Hemos aprendido a cuestionar todo lo que nos ofrecen y a decir no», razona Camarero.

El experto nos recomienda fijarnos en la energía contratada –en el 70% de los hogares la potencia es más alta de lo que necesita–, la finalización del contrato y negociar con la misma actitud con la tratábamos de ganarle un móvil a las telefónicas. En el caso de gas, la clave son las siglas TUR. «Pagaremos menos si nos pasamos de la tarifa libre a la regulada; está muy bonificada y lo va a estar más el año que viene. Es un proceso largo, porque está muy solicitado, hay que insistir», recomienda.

Cuidar de nuestra salud mental, aprender herramientas para gestionar el estrés y la incertidumbre, también es elemental para no cometer errores financieros. El psicólogo y economista, Adrián Navalón, coordinador del Grupo de Trabajo de Psicología y Economía del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, nos propone identificar nuestros sesgos, esa serie de errores sistemáticos en los que incurrimos cuando tomamos decisiones, «como la ilusión monetaria, la aversión a la pérdida o la focalización», y evitar llegar a situaciones negativas. «Ojo con las tarjetas revolving», advierte Camarero, que permiten aplazar las compras, gestionándolo en plazos con intereses. «Es tentador, pero esa deuda se va acumulando y no tienes consciencia de ella».

Convertirnos en consumidores responsables, analizando la procedencia y el impacto de cada alimento, también puede reducir el ticket de la compra, que debería ser pequeña para estudiar el precio y evitar la acumulación. La cuesta de enero es una oportunidad para adquirir nuevos hábitos, sin torturarnos por los que nos llevaron a esta situación. «No nos deben afectar mensajes demonizadores del consumo», resuelve Navalón.