Demna Gvasalia, nuevo director creativo de Gucci, junto a François-Henri Pinault. / /
Tenemos nuevo director artístico para Gucci. Tras la salida del napolitano Sabato de Sarno el pasado febrero después de dos discretos años en la casa, llega el iconoclasta Demna Gvasalia. Ni Hedi Slimane, aún por encontrar su sitio, ni Dario Vitale, que se marcha finalmente a Versace.
Esto quiere decir que Demna deja Balenciaga y da el salto a otra de las grandes firmas del conglomerado de lujo Kering. El georgiano no se ha ido muy lejos. Al contrario, todo queda en familia. De ahí que el presidente y CEO del grupo, François-Henri Pinault, le haya saludado con estas palabras de reconocimiento y bienvenida: «La contribución de Demna a la industria, a Balenciaga y al éxito del grupo ha sido tremenda. Su poder creativo es exactamente lo que Gucci necesita. Agradezco todo lo que ha logrado en los últimos 10 años y espero ver cómo da forma a la nueva dirección artística de Gucci».
Gvasalia, que fue responsable de las colecciones femeninas de Maison Martin Margiela , antes de pasar a trabajar mano a mano con Marc Jacobs en Louis Vuitton, llega a la firma florentina tras haber redefinido el lujo moderno en Balenciaga, donde ha desplegado todo su arte durante casi diez años, ganándose el reconocimiento de la industria. En Balenciaga, por cierto, tomó el relevo de Alexander Wang.
Demna entró pisando fuerte con Vetements, la firma que fundó junto a su hermano Guram en 2014, atreviéndose con todo y pretendiendo dar un vuelco a la concepción tradicional de la alta costura, radicalizándola y poniéndola a la vanguardia. Una década después, tras lucir palmito con estrellas como Kim Kardashian o Kanye West, ya es una respetada figura en la moda. Solo hay que atender a las palabras de la directora general adjunta de Kering, Francesca Bellettini: «La profunda comprensión de Demna sobre la cultura contemporánea, junto con su vasta experiencia en concebir proyectos visionarios, lo ha establecido como uno de los creativos más influyentes y logrados de su generación». Con él, desde luego, llega la revolución, a las pasarelas y muy probablemente a las ventas.
Este nombramiento tiene como objetivo «reavivar la energía creativa de Gucci», aquella que dejó por las nubes el pintoresco y barroco Alessandro Michele , ahora en Valentino. Él, por su parte, ha manifestado su alegría de aterrizar en una firma «que respeto profundamente y que he admirado durante mucho tiempo. Espero escribir junto con Stefano y todo el equipo un nuevo capítulo en la increíble historia de Gucci». Precisamente, Stefano Cantino, director general de la firma, ha destacado el enfoque creativo de Demna, calificándolo de «único y poderoso», y mostrando su total confianza en que sabrá honrar el legado icónico de una casa creada en 1921 mientras la dota de su más que contrastada sensibilidad moderna. Buscan en Gvasalia, según han manifestado, «una relevancia cultural duradera».
La propia vida de Demna Gvasalia tiene esencia novelesca. Nacido de madre rusa y padre georgiano en 1981 en Sujumi (Georgia), abandonó su país a causa de la guerra civil que estalló en 1992. Un exilio que llevó a la familia primero a Tiflis, la capital, y después a Ucrania y Rusia para terminar asentándose en Düsseldorf (Alemania). Antes de caer en la tentación de la moda, el nuevo director creativo de Gucci estudió Económicas, pero terminó dejándolo para, ahora sí, ceder a la seducción artística, concretamente ingresando en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes y coronándose de laureles. Su estética transgresora le delata.
Demna Gvasalia está mucho más en la onda de Michele, por su manera extrema de concebir la moda. El primero mirando más hacia el futuro, el segundo más hacia el pasado. Sabato de Sarno, por su parte, había llegado a Gucci procedente de Valentino, donde ejercía como mano derecha de Pier Paolo Piccioli. Pero era difícil recoger el testigo de alguien que había dejado tanta huella como Alessandro Michele, con lo cual el cambio tal vez fue demasiado brusco y las ventas no acompañaron.
Gucci se vio de pronto desposeído de toda la espectacularidad y la teatralidad que le había conferido el diseñador romano. Si a él lo elevaron los seguidores a los altares, él hizo lo propio con la facturación, batiendo récords en 2019 con más de 20.000 millones de euros. No solo era el diseño, es también el puro carisma y el manejo del marketing. Premonitoriamente, Demna ya había interactuado con Gucci en el marco del Proyecto Hacker. Un juego creativo a medias con Michele.
Habrá que esperar a septiembre para ver la carambola que el georgiano hace con la histórica marca. En el momento de la noticia se encontraba preparando su colección de alta costura para Balenciaga, que presentará en julio. La pregunta ahora es: ¿quién se pondrá al timón de la firma de origen vasco? ¿Será Pieter Mulier, el belga que fue durante mucho tiempo la mano derecha de Raf Rimons y hoy es director creativo de Alaïa?