'Dolores. La verdad sobre el caso Wanninkhof': la miniserie documental de HBO Max que demuestra que todo el mundo estaba equivocado

Mas allá de las series , las plataformas de streaming parecen haberse empeñado en este 2021 en recordarnos a través del género documental que, en la historia reciente de España, hay varias mujeres a las que tenemos pendiente pedir perdón. Y si en marzo fue Netflix la que recuperó el caso Nevenka para mostrarnos que hace no tanto este país era tan machista que se condenaba mediáticamente a una mujer por sufrir acoso, ahora HBO Max desempolva un caso de la misma época, con implicados de profesiones similares y un resultado aún más grave en 'Dolores. La verdad sobre el caso Wanninkhof'. Una producción en la que Dolores Vázquez, la protagonista de uno de los errores judiciales más graves de la democracia, rompe su silencio 20 años después para demostrar que todo el mundo estaba equivocado.

Compuesta por seis episodios que podemos encontrar ya en la renovada plataforma, esta miniserie documental está producida por la periodista Toñi Moreno. Ella se ha encargado de entrevistar a Vázquez porque ella fue una de las pocas periodistas que, durante el juicio, puso en duda la teoría mediática y social de que la acusada era culpable. Y cuando salió en libertad ella accedió a conocer a la, por aquel entonces, reportera de Canal Sur. El comienzo de una relación amistosa que ha dado lugar a una producción que, como su predecesora, sonrojará a más de un representante de las fuerzas de seguridad, la justicia y los medios de comunicación.

Para la esperada aparición de la directora de hotel de origen gallego que fue condenada a 15 años de cárcel por el asesinato de Rocío Wanninkhof hay que esperar al final del primer episodio. Porque buena parte del capítulo está dedicado a recordar qué sucedió aquel fatídico 9 de octubre de 1999, cuando la joven malagueña salió de su casa familiar y nunca más regresó. Su madre, Alicia Hornos, la madre de su novio Toni, periodistas como José Carlos Villanueva, el subdelegado del gobierno en aquella época, Carlos Rubio o el médico forense encargado del caso, José Caba Villarejo, son algunos de los testimonios que vemos en el metraje, una diversidad de voces que es constante a lo largo de toda la producción.

Cuando aparece en pantalla Dolores Vázquez reconoce que, aunque han pasado 20 años, recuerda el día de su detención como una pesadilla y que todavía vuelve a la memoria de vez en cuando. «Esto no puede estar pasando» admite que pensó antes de revelar que «siempre he creído en la justicia, siempre. Pero ese día dejé de creer». El desengaño no fue a mejor porque hasta que fue puesta en libertad provisional, en febrero de 2002, Dolores Vázquez tuvo que sufrir las humillaciones de sus compañeras de cárcel, los abusos de alguna funcionaria y la frustración de saberse inocente y ser considerada una asesina por razones tan banales como la que expuso el director de la investigación en el juicio: «el corazón me dice que es culpable».

Los comentarios sin fundamento en la prensa y la televisión se extendieron algo más, concretamente hasta que el asesino de Sonia Carabantes, que también era el de Rocío, fue juzgado. Pero nadie pidió disculpas a Dolores por los meses que pasó en la cárcel, por el juicio mediático que sufrió y por el circo en el que se convirtió el juicio que debía demostrar su culpabilidad y en el que en realidad debía demostrar su inocencia, porque culpable, según muchos, ya era.

La protagonista del error judicial más grave de la historia reciente desmonta sin dudar los indicios que le llevaron a juicio, se desmorona viendo las imágenes de archivo de aquel entonces y recuerda con cariño el tiempo en el que Alicia Hornos y sus tres hijos formaban parte de su vida. Aunque ambas mujeres tienen visiones muy diferentes de su relación sentimental, del fin de esta y de lo que pasó los meses previos al asesinato de la joven.

Puede que a los más familiarizados con el caso la miniserie no les aporte nada nuevo en lo que a hechos se refiere. Pero tras años en los que los únicos que parecían tener algo que decir en los medios eran los familiares de Rocío, y muy especialmente su madre, se agradece que la injustamente acusada Dolores Vázquez haya encontrado la fuerza suficiente para contar su versión de los hechos. Aunque para ello haya tenido que recordar que para muchos era solo una «lesbiana perversa» «fría y calculadora» que tenía «cara de asesina».