No hace tanto que Tinder (que acaba de cumplir 10 años) o Bumble (que los hará el año que viene) revolucionaron la manera en la que ligamos o iniciamos una nueva relación romántica . Aunque todavía dominan el mercado global del dating online, el swipe right de Tinder que lo cambió todo pronto podría ser una manera obsoleta de buscar pareja. Porque aunque el futuro del dating sigue siendo virtual, el formato de las aplicaciones clásicas (basado en fotos, perfiles más o menos ingeniosos, herramientas para chatear y algoritmos diseñados para conectarte con usuarios compatibles con tu carácter, valores y aficiones) podría tener los días contados. Una nueva generación de apps aspira a hacerles la competencia, pero, sobre todo, a revolucionar la manera en la que buscamos el amor . O los rollos de una noche.
Snack, por ejemplo, apuesta por los vídeos y un interfaz muy parecido al de TikTok diseñado específicamente para la generación Z, que penaliza el ghosting y que acaba de presentar una nueva herramienta que permite a sus usuarios crear sus propios avatares. Y aquí es donde la cosa se pone tan distópica como interesante.
La idea es que estos avatares, entrenados gracias a la inteligencia artificial, sean capaces de chatear con otros usuarios y ahorrarte ese incómodo y agotador trabajo. Si creen que podrían haber encontrado un match interesante, te lo notifican para que seas tú la que continúe la conversación.
Pero eso no es todo. Los responsables de Snack afirman que el objetivo último es que esos avatares no sólo chateen entre sí, sino que vayan a citas en el metaverso y puedan decidir si merece la pena que conozcas a ese usuario en persona. En otras palabras: te evitan el trago de la primera cita. Y la cuenta del restaurante.
Pero Snack no es un ejemplo aislado. Las apps para buscar pareja que aportan algo nuevo a la fórmula clásica se multiplican: Nevermet se presentó el año pasado como «la versión de Tinder en el metaverso» siguiendo la estela de Flirtual, que nació en 2018 como la primera aplicación para encontrar pareja basada en realidad virtual. Y Planet Theta, cuyo lanzamiento está previsto para este mismo mes, se anuncia como la experiencia más inmersiva del mercado.
Otros, como Mei, analizan tus mensajes personales y te ayudan a interpretar situaciones románticas sirviéndose de la inteligencia artificial. Y AIMM, otra plataforma de dating basada en IA, te plantea retos y preguntas personales (desde tus preferencias sexuales hasta el lugar en el que te gustaría vivir en un futuro) antes de dejarte interactuar con otros usuarios.
Incluso Tinder amagó en 2021 con entrar en el metaverso, aunque después de encadenar un par de trimestres irregulares, Match Group, la empresa matriz de la famosa aplicación de citas, anunció que había decidido reducir al mínimo el presupuesto para desarrollar una versión en la Web3 ante la incertidumbre de cómo monetizarla. Probablemente solo sea cuestión de tiempo que retomen el proyecto.
Aunque las nuevas apps y plataformas de citas aspiran a cambiar el paradigma (y a combatir el cansancio del dating online que implica interminables conversaciones con desconocidos que, a menudo, no llevan a ninguna parte) los desafíos éticos que plantean son innumerables. Desde cómo preservar la autenticidad de las interacciones y la confianza entre los usuarios (si la gente falsea sus fotos en Tinder, qué no harán con sus avatares), hasta garantizar la privacidad, evitar las situaciones de acoso o prevenir los sesgos del algoritmo.
Por no hablar de que la distópica posibilidad de enamorarnos de un robot o un chatbot de inteligencia artificial, como le ocurría al personaje de Joaquin Phoenix en Her, ya no parece tan inverosímil. Porque, ¿qué era Samantha sino una versión un poco más sofisticada, romanticona y sensual de ChatGPT ?
20 de enero-18 de febrero
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