El Mundial de Fútbol Femenino, que se celebra este verano en Australia y Nueva Zelanda, arranca este jueves y será el último de la jugadora más famosa del mundo, Megan Rapinoe . Hace unos días, la delantera de la selección de Estados Unidos, que parte como favorita en el torneo y que tendrá que competir con la selección española de Alexia Putellas , anunció su retirada después de esta temporada y a los 38 años.
Y sin embargo, su impresionante palmarés − dos veces campeona del mundo, una vez campeona olímpica, balón de oro en 2019 y miembro de la selección norteamericana desde 2006− no es lo que la ha convertido en una leyenda del deporte moderno.
Desde que salió del armario en 2012, Rapinoe se ha convertido en una de las activistas más prominentes a favor de los derechos LGTBI en Estados Unidos. Pero esa solo es una de sus cruzadas. Archienemiga pública de Donald Trump desde que se negó a visitar la Casa Blanca después de ganar el Mundial de Fútbol, su solidaridad con la protesta iniciada por el jugador de la NFL Colin Kaepernick para denunciar la brutalidad policial contra los afroamericanos le valió incluso amenazas de muerte.
Pero, sin duda, su mayor conquista se ha desarrollado en el terreno de la lucha por la igualdad salaria l. «Voy a luchar por la igualdad salarial todos los días para mí, para mi equipo y para cada persona: hombre, mujer, inmigrante, ciudadano estadounidense, persona de color, lo que sea», ha explicado.
Durante años, Rapinoe lideró una demanda colectiva contra la Federación de Fútbol de Estados Unidos que después de una sentencia desfavorable desembocó en un acuerdo histórico por el que el organismo se ha comprometido a pagar de manera retroactiva 22 millones de dólares a las jugadoras de la selección norteamericana. Pero también a equiparar los sueldos del combinado masculino y el femenino en las citas internacionales.
Convertida en una carismática líder, sus coqueteos con una futura carrera política han sido recurrentes en los últimos años. «No cierro del todo la puerta, pero suena algo salvaje», dijo en 2020 sobre su hipotético futuro en Washington para añadir a renglón seguido: «Si lo hiciera, iría a por la presidencia, por supuesto». Más tarde, en una entrevista con la periodista Rachel Maddow, llegó a decir: «Quiero dejar de hablar y preguntarme: ¿Cómo podemos hacer para poner las cosas en práctica? ¿Cómo ayudamos? ¿Qué hacemos? Creo que estoy preparada para la siguiente fase. Quiero tener un mayor impacto».
Condecorada el año pasado por Joe Biden con la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo mérito civil en Estados Unidos, Rapinoe podría amortizar todo su capital político de otra manera después de su retirada. En su última entrevista con la revista Time explicaba que, de momento, descarta una carrera política y prefiere convertirse en una «magnate del deporte femenino, una magnate para hacer el bien». «Tengo este increíble privilegio y plataforma y espero poder convertirlo en combustible para cohetes para la siguiente fase de todo lo que está por venir. Quiero hacer del mundo un lugar mejor. Y tiraré de esa palanca lenta, implacable y despiadadamente, para siempre«.
De momento, su primer proyecto para conseguirlo ya tiene nombre: A Touch More es la productora que Rapinoe y su novia, la legendaria estrella de la WNBA y cinco veces oro olímpico Sue Bird, han puesto en marcha para producir contenido, tanto audiovisual como podcast, y tratar de abrirse un hueco en las todopoderosas plataformas de streaming. Su apuesta pondrá el foco en «historias revolucionarias que permitan el avance cultural», un movimiento que recuerda al que otras power couples como Meghan Markle y el príncipe Harry o Barack y Michelle Obama han protagonizado en los últimos años.
Mientras tanto, la pareja tiene otro proyecto personal en el horizonte. Después de conocerse en los Juegos Olímpicos de Río en 2016, de que Bird saliera públicamente del armario un año después, de comprometerse en 2020 y de haberse convertid o en la pareja más influyente del deporte profesional, pero también del activismo LGTBI, su boda todavía es un asunto pendiente. Y, probablemente, la prioridad de Megan Rapinoe en cuanto cuelgue las botas.
20 de enero-18 de febrero
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