Margarita Fernández de Prada, directora de Transformación Digital de Iberdrola, es una de las directivas que forman nuestra Generación NEXT 2023./
Margarita Fernández de Prada, directora de Transformación Digital de Iberdrola, es una de las directivas que forman nuestra Generación NEXT 2023.

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Las directivas de Generación NEXT que están liderando el mundo de la empresa con mucho talento

Grandes compañías eléctricas, multinacionales de la cosmética, tecnológicas, seguros... Estas 15 mujeres están triunfando ya, dentro y fuera de nuestras fronteras.

En el Día Internacional de la Mujer, hoy 8 de marzo, apostamos por nuestra Generación NEXT también en el mundo empresarial. Emprendedoras y directivas que ya están triunfando y que tienen delante de sí un futuro brillante. Con su talento, su empuje y su constante afán de superación, estas profesionales están demostrando toda su valía en las empresas donde trabajan.

Margarita Fernández de Prada

Desde hace un año, esta madrileña es directora de Transformación Digital de Iberdrola, el primer grupo energético de nuestro país, y la segunda eléctrica mundial por capitalización, que suministra energía a cerca de 100 millones de personas en todo el mundo, con mercados claves como España, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y Australia. Ingeniera industrial por ICAI, trabaja en la compañía desde hace más de 15 años, aunque antes pasó por otras empresas del sector.

« Siempre me han gustado los retos, y creo que uno de los grandes desafíos que tiene ahora la humanidad es cómo vamos a ser capaces de sostener el crecimiento económico, con el nivel de consumo de energía que supone, y con las cuestiones que plantea el cambio climático. Las energías renovables y la electrificación de la economía van a ser claves», reflexiona.

Quizá ese gusto por los retos le ha llevado a enfrentarse a muchos y complicados a lo largo de su carrera. Desde gestionar grandes contratos a participar en la integración del negocio de la compañía en Estados Unidos o encargarse, durante cinco años, de la transformación digital del área que participa en los mercados de energía. «Mi primer jefe en Iberdrola me decía: » Te damos un problema que es una piedra enorme y consigues romperlo en piedrecitas pequeñas y arreglarlo«, recuerda riendo.

Fueron esas experiencias las que le llevaron a recibir el siguiente encargo: la digitalización del área de Gestión de la Energía de Iberdrola. «Es una dirección relevante porque es la que opera los mercados mayoristas, con lo cual se mueven importes muy elevados». Al frente de unas 50 personas, llevó durante cinco años esa transformación digital, hasta que en 2022 le dieron la gran oportunidad y le encargaron hacer esa misma tarea, pero de todo el grupo, liderando cerca de 1.000 personas.

«Nos ocupamos de toda la infraestructura de nuestros data center, propios y en la nube, donde residen todas las aplicaciones que usan los empleados y clientes de Iberdrola a nivel mundial. Somos un servicio esencial y las cosas no pueden fallar ni podemos estar tranquilos. La digitalización la enfocamos en tres pilares: personas, procesos y tecnología, donde la tecnología es sólo un medio, no un fin. Es un medio para transformar nuestros procesos, para que las personas sean más felices y productivas, y los clientes estén más satisfechos y sean capaces de gestionar sus decisiones de forma digital, si quieren«, detalla.

«En nuestro sector, la digitalización es clave tanto para la gestión de las redes inteligentes de distribución –que permiten, por ejemplo, que los equipos no tengan que trasladarse, sino que desde los centros de control puedan recuperar el suministro en caso de fallo de forma mucho más rápida–, como en la gestión de la generación de energía renovable, que no para de crecer, por ejemplo monitorizando que todos los aerogeneradores estén en su punto óptimo de funcionamiento, lo que al final supone miles de millones de datos que tenemos que manejar, aplicando algoritmos y utilizando inteligencia artificial para predecir qué problemas técnicos pueden surgir y adelantarnos al fallo. Y, por supuesto, la tecnología nos permite dar a nuestros los clientes la mejor atención en cualquier canal: web, app, chat bot, teléfono...«, asegura.

Fernández de Prada cree que uno de sus valores es «que soy capaz de traducir el complicado lenguaje técnico de sistemas al idioma de los gestores». Lo que más le gusta de su trabajo es «impulsar el desarrollo de personas, la comunicación con el equipo... Al final, los que saben son ellos y hay que darles sus espacios, las herramientas, ayudarles a resolver los problemas«. Gracias a ellos, han solventado con éxito situaciones de emergencia como la nevada Filomena. »Este trabajo me ha dado personalmente muchas cosas. Este puesto te permite aprender todos los días de todas las áreas y los excelentes profesionales del Grupo Iberdrola en todos los países«, asegura, aunque ahora con sus numerosos viajes tenga que hacer malabares para estar con sus tres hijos, «el motor de mi vida».

Inés Fernández

Más de un millón de productos salen cada día de la Fábrica Internacional de Productos Capilares que L'Oréal tiene en Burgos y desde la que se distribuyen hacia 52 países. Al frente de este centro, de gran importancia para la multinacional de la belleza, se encuentra desde el año 2022 Inés Fernández, una ingeniera industrial segoviana que trabaja en la compañía desde 2018 y que también forma parte del comité de dirección de L'Oréal España y Portugal.

Su andadura laboral comenzó en el sector de la energía –primero haciendo proyectos de instalaciones de paneles fotovoltaicos y luego haciendo proyectos de ciclo combinado–, pero luego pasó al mundo de la producción en la multinacional del vidrio SGD, trabajando en España y Francia, donde era responsable de dos hornos de perfumería. Pero una oferta de L'Oréal le hizo regresar muy cerca de casa, a Burgos, cuando estuvo a punto de nacer su segundo hijo. «En aquel momento consideré, y hoy lo corroboro, que los valores que tenía L'Oréal, de sostenibilidad, igualdad, ética, compromiso con los equipos, etc, son los que me mueven en mi día a día«.

En Burgos se ha ocupado de los proyectos estratégicos transversales y ha sido responsable de Logística Industrial y Subcontratación. Hasta que el año pasado fue designada para dirigir el campus de Burgos, que engloba la fábrica internacional de productos capilares y el centro de distribución logístico.

«Somos especialistas en cuidado de cabello: champús, mascarillas, pero también sérums, aceites, anticaídas y toda la parte de coloración de las peluquerías. Porque los peluqueros son nuestros principales clientes: fabricamos casi el 50% de todas las unidades a nivel mundial de las marcas profesionales, que distribuimos a 52 países. Por ejemplo, aquí se hace el 99% de toda la producción mundial de Kerastase, la marca premium de cuidado capilar. Pero la marca de la que salen más unidades es L'Oréal Professionnel, tanto de cuidado como de coloración, que van al mercado europeo principalmente. Y también fabricamos marcas americanas para este mercado», explica la directora de este centro, en el que trabajan 550 empleados y que ha crecido en el último ejercicio en torno a un 8% respecto a 2019, año de referencia pre Covid.

Precisamente la pandemia sirvió para demostrar la profesionalidad y entrega de los equipos. En solo un mes desde la declaración de la pandemia, la fábrica de L'Oréal estaba certificada para distribuir geles hidroalcohólicos que se destinaron a los hospitales de Castilla y León, el norte de Madrid y el sur del País Vasco. «Nosotros tenemos ciertos jugos alcohólicos en nuestro portfolio y vimos que iba a ser más o menos sencillo adaptar la línea de producción. De una forma exprés, pusimos dos líneas de producción con voluntarios y de forma gratuita. Todos nuestros equipos sintieron un orgullo especial por poder aportar un granito de arena en esa situación», reconoce la directora.

De su puesto, asegura que le gusta «orientar la estrategia y ver cómo se materializa a través del trabajo con los equipos y también ver que estamos alineados con nuestros clientes en sus necesidades», señala Fernández, que se define como «empática, tengo en cuenta lo que las personas van a sentir o el impacto que pueden tener en ellas mis decisiones», sin olvidar los resultados y la visión estratégica de la empresa.

María Martínez Martín

Medio centenar de profesionales (de los que más de un tercio son mujeres) se dedican a combatir las ciberamenazas y a velar por la seguridad de los clientes desde el Centro de Operaciones Digitales (DOC) de Telefónica Tech. Y al frente de este equipo preventivo, que se encarga de detectar las amenazas que tienen impacto en el negocio de sus clientes y de analizar en Internet el contenido sospechosos de ser fraudulento que se vierte sobre ellos (campaña de desprestigio, dominios o perfiles falsos de las empresas, venta de credenciales, IPs maliciosas…), además de ayudarles, en caso de ser necesario, a gestionar su retirada y proteger su identidad y su reputación, se encuentra esta ingeniera de Telecomunicaciones de 39 años.

«El mundo empresarial y la sociedad, en general, están ahora más que nunca digitalizados. Y esa mayor exposición genera muchos beneficios, pero también nos hace más vulnerables ante los ciberdelincuentes. En el departamento de Ciberinteligencia nos encargamos de extraer y de analizar toda la información sobre la actividad de los ciberdelincuentes y sobre incidentes de seguridad a nivel global para poder anticiparnos y proteger a nuestros clientes. Es cierto que no existe el 100% de seguridad, pero contar con medidas robustas y con el asesoramiento de expertos es imprescindible para reducir el riesgo de sufrir un ataque, mitigar el daño ocasionado y evitar incluso que muchos negocios se vean abocados a cerrar por las pérdidas ocasionadas». reconoce.

A su juicio, «la ciberdelincuencia está tan profesionalizada que hablamos de grupos organizados con capacidad para actuar desde cualquier parte del mundo. En los últimos tiempos las amenazas se han sofisticado tanto que todos los sistemas y dispositivos pueden ser objeto de un ciberataque: desde la cuenta de email, hasta ordenadores, móviles, tablets y aparatos conectados del hogar». Pero son las pequeñas y medianas empresas, el principal objetivo de los ciberdelincuentes, «porque cuentan con políticas de seguridad menos desarrolladas o incluso no tienen partidas presupuestarias para estos fines y, por tanto, acceder a sus sistemas puede resultar más fácil. De hecho, los ciberataques llevan al cierre a seis de cada diez pymes», asegura Martínez, que es además embajadora de #MujeresHacker, una iniciativa de Telefónica Tech para visibilizar el papel de la mujer dentro del sector tecnológico y fomentar las carreras STEM.

Andrea Herrero

Disfrutar de una cerveza bien fría, rodeada de amigos y tras una buena jornada de surf es uno de los momentos perfectos para Andrea Herrero (Zaragoza), directora nacional de punto de venta canal alimentación de HEINEKEN España, cuya trayectoria también está ligada al mundo de la cerveza. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Zaragoza, y máster en Dirección de Marketing y Gestión Comercial por la escuela de negocios ESIC, se ocupa de gestionar el equipo de punto de venta para garantizar que las cervezas de Heineken España lleguen a los supermercados y tiendas de alimentación.

«Mi carrera profesional ha estado siempre muy ligada al sector de gran consumo y al canal de alimentación. Una de mis primeras experiencias profesionales fue el paso por uno de los principales distribuidores a nivel nacional, Eroski Supermercados. Tras esta primera experiencia, me incorporé a Heineken España en 2014». En la multinacional cervezera ha trabajado como gestora de activación, en el equipo de Trade Marketing y, desde hace tres años, ocupa la posición de directora nacional de punto de venta, al frente de un equipo de 30 personas.

«Lo mejor de trabajar en Heineken es poder representar un portfolio de marcas líderes en el mercado, mientras que, como compañía, fomentamos momentos de disfrute responsable, con un claro objetivo de dejar una huella más positiva en nuestro entorno», asegura.

«Cuando hablamos del sector de gran consumo, donde nos enfrentamos a un entorno muy competitivo, con un elevado nivel de incertidumbre y cada vez más digitalizado, supone un reto importante mantener el atractivo de nuestras marcas en el punto de venta, siendo nuestro objetivo principal ser la opción preferida por nuestros consumidores en el momento de la compra frente al lineal de cerveza», asegura esta «apasionada de la cerveza, de su cultura y de los momentos de disfrute que se generan en torno a ella».

María José Sánchez Sillero

Cuando estudiaba Traducción e Interpretación, poco podía imaginar María José Sánchez Sillero (Córdoba) que acabaría desarrollando una brillante carrera dedicada a la tecnología. «Empecé en el sector financiero, en una gran multinacional, y ahí pude intraemprender y participar en la creación de una unidad de negocio a modo de startup. Conseguí formar un área de más de 50 personas y aumentar la facturación en los dos últimos años en más de un 25%. Daba servicios TIC a nivel global a más de nueve países. Gracias a esa primera oportunidad pude ir formando mi carrera enfocada al mundo tecnológico, porque fue lo que me hizo adentrarme en el mundo de servicios relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación».

El cambio, por supuesto, fue fruto del esfuerzo, la actitud y una formación continua en forma de máster en Economía, en Gestión de Operaciones, MBA en Negocio Digital y programa de Innovación en Silicon Valley. «Vengo de una familia humilde y mis primeros estudios universitarios fueron gracias a becas. Pero siempre he tenido muchas ganas de aprender y le pongo mucha pasión a todo. Soy curiosa, muy perseverante y no he querido nunca dejar de formarme. He empezado desde lo más bajo y he tenido una trayectoria nada cómoda y llena de esfuerzos, pero también muy satisfactoria».

Desde hace un año trabaja en Oracle, una de las mayores tecnológicas del mundo, «como responsable de dos grandes clientes estratégicos, ayudándoles con su negocio, garantizándoles un valor diferencial y haciéndoles crecer, acompañándolos en su viaje de transformación tecnológica, focalizado sobre todo en servicios Cloud».

«Jamás pensé que iba a dedicarme a esto, me encanta el mundo de la comunicación, viajar... algo que pensaba que solo te lo daba el mundo de las letras. Pero curiosamente, el de la tecnología también te da las mismas posibilidades. Trabajo con equipos que están en el Reino Unido, EE.UU. o India, y eso te enriquece, te permite trabajar de otra manera, te da flexibilidad y te hace crecer como persona. Es muy positivo ver cómo la tecnología facilita, apoya y ayuda a otras compañías a desarrollarse. Es un mundo fascinante y que ofrece muchas posibilidades», reconoce.

Por eso, anima a las jóvenes a que se adentren en el mundo de la tecnología: «Les digo que no tengan miedo, que no se pongan límites, que crean en ello y pongan pasión en todo lo que hagan, que no dejen de aprender nunca, porque con pasión y espíritu de aprendizaje pueden ir a por lo que se propongan». Además de mentora de startups y líder de iniciativas de liderazgo femenino y emprendimiento juvenil, ganó en España, en la categoría Digital Leader, los premios Women That Build Tech Awards 2021 por su experiencia internacional relevante e impacto en el sector IT, impulso de la transformación digital, innovación y promoción de la diversidad.

Leire Jiménez

La trayectoria profesional de Leire Jiménez (Pamplona) ha estado íntimamente ligada desde hace 18 años a la de Mapfre Asistencia, la división especializada en soluciones y servicios que complementan a los seguros y que en enero ha iniciado una nueva etapa bajo el nombre de Mawdy. Tras estudiar Administración de Empresas y Humanidades en la Universidad de Deusto y hacer un Máster en Relaciones Internacionales en Flinders University, en Australia, Jiménez inició su carrera profesional en el año 2005, en la Unidad de Asistencia de Mapfre. «He desempeñado diferentes puestos en el Grupo y siempre con una visión muy internacional, lo que me ha permitido vivir en Reino Unido, en Francia o en China, gestionando tanto negocios de seguros como de asistencia y conociendo culturas y formas de gestionar el negocio totalmente diferentes», explica.

Después de vivir más de una década fuera de España, Jiménez regresó en 2019, como CEO de esa división, que en la actualidad cuenta con unos 2.000 trabajadores. «Tienes que estar tanto en la gestión del día a día de la compañía, como en la visión a largo plazo y en el diseño de la estrategia. Esto requiere conocer muy bien los mercados en los que trabajamos, las particularidades de cada país y estar muy cerca de nuestros equipos locales para entender las oportunidades y retos que tienen y poder apoyarlos», explica.

Su último gran reto ha sido «el lanzamiento de nuestra nueva marca y propuesta de valor, que representa el profundo cambio que hemos realizado en la unidad de Asistencia en los últimos años, redefiniendo nuestra presencia geográfica y creando capacidades digitales y de experiencia del cliente que nos ponen en la vanguardia de nuestro sector», que define como «solidario por naturaleza. Este un negocio en el que somos capaces de ayudar a nuestros clientes en sus momentos más críticos y salvaguardar su patrimonio».

Esther Aguirre Zamora

La historia de Zamora Company arranca nada menos que en 1946, cuando tres hermanos –Diego, Ángel y Josefina Zamora, junto a su marido– empiezan a elaborar un licor que está sentimentalmente unido a la memoria de una generación: Licor 43. Hoy, la compañía tiene 14 marcas propias de vinos y espirituosos premium y distribuye además otras tres marcas en nuestro país.

Esther Aguirre Zamora (Cartagena) pertenece a la tercera generación de la familia y es vicesecretaria y consejera del Consejo de Administración del grupo. Licenciada en Derecho y MBA, trabajó durante cinco años como como abogada procesalista en materia civil y mercantil, aunque en paralelo comenzó a prestar servicios para la empresa familiar en materia de protección de marcas y representación institucional.

«Como consejera, intento aportar una visión moderna y dinámica, así como una sensibilidad especial en mi forma de liderazgo, al tiempo que pretendo conservar el lado más humano de nuestra empresa, que afortunadamente va creciendo conservando los valores familiares que nos definen», reconoce. En ese sentido, estuvo muy involucrada en la formalización de un « protocolo familiar, que regula las relaciones familia/empresa, y en la creación de un Órgano de Familia, que presido. Somos una gran familia, y gracias a esto contamos con una organización interna que nos permite mantenernos unidos y que todos los accionistas actuales y futuros estén en contacto con la compañía, sintiéndose parte de la misma. Las reuniones son increíbles, disfrutamos muchísimo compartiendo el gran proyecto que nos une. La comunicación y la transparencia son la clave».

«Involucrar a la familia en este proyecto, de forma que se sientan representados y escuchados, es clave. La comunicación, la transparencia y la formación para las generaciones futuras es la base de nuestro Órgano Familiar. Este compromiso es bilateral y siempre recibimos más de la familia de lo que imaginábamos. Como mujer y tercera generación, intentó poner en valor el trabajo desarrollado y dar a conocer los datos que son relevantes y tendencia, como los que nos ofrecen evidencias de una mayor incorporación de las mujeres en el gobierno de las empresas de titularidad familiar, en comparación con las no familiares», señala la consejera del grupo, que ha cerrado 2022 con un 42% de mujeres en plantilla, un 16% de presencia femenina en la dirección y un 40% en mandos intermedios.

«Mi posición en nuestra empresa familiar es variada –asegura Esther– pero todas las áreas que cubro requieren una dedicación muy intensa, y una gran responsabilidad, así como un alto nivel profesional. La presión por mantener e incrementar el legado está ahí, pero intento estar cada día agradecida por la oportunidad». Sus mayores retos son «gestionar la incertidumbre y la volatilidad. El contexto económico mundial sigue siendo complejo», y su objetivo, «hacer crecer nuestra compañía familiar adaptándonos a los cambios de hábitos del consumidor, avanzando en materia de sostenibilidad».

Teresa Acha-Orbea

Prácticamente todos los hogares españoles tuvieron un teléfono Domo a finales de los 90, aquel modelo blanco, rectangular y con el auricular en el centro, diseñado por Alberto Corazón y el primero que incluía identificación de llamada, llamada en espera, a tres, contestador... Pues bien, la marca que los fabricaba, SPC, no solo sigue haciendo teléfonos en su sede en Vitoria, sino que es la marca nacional que más tablets vende (90.000 unidades el último año). Y al frente de ella está Teresa Acha-Orbea (Álava, 39 años).

La directora general de SPC es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Navarra, y tiene un Executive MBA en Business Administration por la Universidad de Deusto, así como formación en liderazgo y gestión por diferentes universidades internacionales. Antes de llegar a SPC, fue directora de Wiko para Iberia y directora de Marketing de Telecom y Novatecno

Fundada en 1987 con la liberalización del sector de las telecomunicaciones, la compañía fabrica ahora smartphones, tabletas, teléfonos para mayores y dispositivos para un hogar conectado, siempre con el objetivo de ofrecer a todas las personas dispositivos adaptados a sus necesidades. Y, aunque su principal mercado es el nuestro, también tienen presencia en Portugal y Francia.

«Hemos estado siempre a la vanguardia de las últimas tendencias en digitalización. Mi mayor reto es pensar en nuevos proyectos que permitan que la compañía continúe creciendo e incluso nos obligue a transformarnos y adaptarnos a las necesidades de nuestro mercado˝, reconoce Teresa, quien asegura que le apasiona disfrutar «de la rápida evolución de las últimas tendencias, desde dentro. La rapidez con la que avanza el sector exige que estemos siempre al día de las novedades, mejorando continuamente nuestro conocimiento. Lo que aprendes hoy mañana ha cambiado y esto requiere una alta capacidad de aprendizaje y adaptación».

Alicia Vicente

«Obtener para los clientes la liquidez que necesitan con la venta de su casa, hacer realidad la reforma de sus sueños, conseguir la casa que tanto ansían lista para entrar a vivir e incluso lograr la mejor hipoteca con las mejores condiciones», es el objetivo de Alicia Vicente, directora de operaciones de Clikalia, la compañía que lidera la digitalización del Real State.

Arquitecta de profesión, estudió un MBA y se incorporó a una consultora como analista, antes de poner en marcha una start up hasta su salida a Bolsa. Se incorporó a Clikalia en 2019, cuando solo contaba con 20 empleados, y ha participado directamente en el crecimiento nacional e internacional de la empresa, que ahora tiene 1.600 empleados en España, Europa y México. «Mi rol estratégico me ha permitido hacer de Clikalia Group, en cinco años, la proptech número uno en Europa y México y levantar en 2021 la mayor ronda de financiación de capital riesgo en España, superando los 460 millones de euros, más los 75 millones conseguidos en 2022, siendo líderes en rehabilitación del parque inmobiliario, para hacerlo más sostenible y eficiente energéticamente».

Para Alicia Vicente, «la digitalización y el uso de nuevas tecnologías en el Real Estate han permitido democratizar y ofrecer propuestas de valor únicas en el sector. Los clientes tienen perfiles más exigentes, demandando productos y servicios relacionados con la vivienda ya no solo de más calidad sino personalizados que den respuesta a necesidades y exigencias concretas. Estas nuevas soluciones permiten facilitar y simplificar un proceso que antes era mucho más tedioso y lento, logrando así optimizar los plazos y mejorar la experiencia del cliente», con experiencias como los paseos virtuales hiperrealistas, donde el cliente puede visitar un inmueble y visualizar cómo quedará una vez que finalice la reforma.

Es precisamente en el cliente donde ella centra su interés: «Somos una compañía en un sector muy tradicional donde es imprescindible seguir ofreciendo propuestas disruptivas con foco en el cliente y la experiencia que éste vive en todo el proceso de compra, alquiler, reforma, financiación o venta de su vivienda».

Nuria Morales y Beatriz Magro

«Siempre supimos que queríamos crear algo juntas. Cuando la kombucha se cruzó en nuestras vidas vimos la oportunidad perfecta. Era un mercado que aún no estaba desarrollado en España, así que en marzo de 2017 nació Komvida, posicionándose como la marca de kombucha referente en nuestro país». Hoy esa bebida fermentada a partir del té da trabajo a un centenar de empleados, de los cuales un 72% son mujeres rurales y la empresa tiene presencia en España, Hungría, República Checa y Polonia.

Amigas desde la infancia en Fregenal de la Sierra (Badajoz), Nuria es ingeniera química y trabajó durante años en empresas del Ibex 35. Bea, por su parte, estudió Traducción e interpretación en Granada, especializándose años después en marketing y comunicación. Pero a los 29 años decidió dejarlo todo para dar la vuelta al mundo en solitario. Fue en su primera parada, en California, donde descubrió la kombucha y decidió, junto a Nuria, crear Komvida, una kombucha 100% ecológica y natural, alternativa saludable a los refrescos azucarados y carbonatados del mercado.

«En los casi seis años que lleva Komvida en el mercado, hemos ido creciendo con paso firme y con un objetivo muy claro: contribuir al bienestar de las personas a través de nuestro producto, pero también con nuestro proyecto, que defiende el liderazgo femenino y actúa en defensa de lo rural», aseguran las creadoras de la firma, que en la actualidad cuentan con el 57 % de la cuota de mercado.

«Siempre hemos creído en nuestro producto y en nuestro proyecto –reconocen–. Hemos llegado hasta aquí porque creemos firmemente en él y porque, de verdad, lo que te contamos es lo que es: un producto con un propósito noble detrás, transparente y sincero. Un producto que hace bien a las personas porque es natural y contiene probióticos. La ambición de conseguir que cada vez más gente adquiera hábitos de vida saludable y crear oportunidades en nuestro pueblo es la que ha hecho que siempre rememos hacia adelante».

Alba Esteve Ruiz

El pasado noviembre, Alba Esteve (Bañeres de Mariola, Alicante, 1989) era la única mujer entre los ocho candidatos al premio al cocinero revelación en la última edición de Madrid Fusión. No se llevó el galardón, pero sí el reconocimiento a esa cocina pegada al territorio, llena de sensibilidad y sentido estético, en la que se mezclan la tradición y la innovación, que ofrece en su restaurante Alba, en Alicante, que abrió en agosto 2021, después de un largo periplo por cocinas españolas e italianas.

«Desde pequeña, siempre he querido ser cocinera. Quizá porque me encantaban las comidas familiares que organizaba mi abuela todos los fines de semana. Éramos 15 o 20, y yo le ayudaba a preparar la comida. Cuanto más me ensuciaba, más me gustaba», recuerda la chef, de 33 años. Su primer trabajo fue, los fines de semana, en un restaurante que había justo debajo de su casa. Luego llegaron los estudios de Hostelería en Cheste, y su paso por las cocinas de Quique Varela en Valencia; la pastelería de Paco Torreblanca; y el Celler de Can Roca. El tres estrellas Michelin lo dejó para formarse en Italia, antes de viajar a Francia. Pero esa última etapa nunca llegó. En Roma se quedó trabajando y conoció al sumiller Michel Magoni, que hoy es su marido.

«Primero abrimos Marzapane con dos socios, y luego abrimos un proyecto solos en septiembre de 2019. Pero con el Covid, tuvimos que cerrar, volver a abrir... y como pasamos mucho tiempo aquí, en Alicante, decidimos dar el salto», explica. Hoy tienen un restaurante «acogedor, cálido, familiar y cercano. Queríamos que la gente entrara consciente de dónde venía, tener un contacto cercano con los clientes, conocerlos y que nos conozcan. En la cocina, apostamos por los producto de aquí, con matices y productos italianos. Tenemos un menú bastante reducido, con siete entrantes, siete principales y cinco postres que van cambiando en función de la temporada».

Su objetivo es convertirse en un restaurante de referencia en Alicante, «y todo lo demás que llegue, bienvenido será, pero no queremos ponernos muchas metas. Lo que me gustaría es que el restaurante esté lleno todos los días y que la gente esté contenta. Eso paga todo el sacrificio que tú haces día a día».

Gala Gil Amat

Aunque su sueño era ser intérprete en la Unión Europea y habla cinco idiomas, la vida profesional de Gala Gil Amat (Alicante, 27 años), está ligada a las start up. Tras estudiar Traducción e interpretación en su ciudad y en Varsovia, estudió Gestión y Economía en la London School of Economics y un curso de innovación en la Universidad de Stanford (EE.UU). Fue allí donde cofundó Yellowfinch, una start up orientada al desarrollo de sensores IoT (internet de las cosas) para proteger la salud estructural de los edificios, una idea que surgió porque cuando vivía en Varsovia vio cómo un supermercado se derrumbó por el peso de la nieve.

Con este proyecto fue seleccionada por la aceleradora de Nasdaq, después de participar en un programa de aceleración de empresas llamado Milestone Makers. «Los sensores monitoreaban la estructura de los edificios. Con los datos que recopilamos, y utilizando machine learning, conseguíamos que el algoritmo aprendiera a detectar cualquier tipo de problema». Dos años duró aquella aventura, en la que ejerció como CEO.

Su siguiente etapa, como Senior Investment Manager, fue en Demium, un fondo de capital riesgo europeo de 50 millones de euros centrado en el talento. Allí lideró el hub para captación de inversión en Londres. Y la tercera, desde hace dos años, la llevó a Triple, una startup fintech de Londres, de fidelización de entidades bancarias, un proyecto que comparte con Mario Navarro como socio. «Brindamos inteligencia a los datos de pago y ayudamos a bancos y neo bancos a entenderlos mejor y a poder darle una nueva aplicación». Treinta personas trabajan ahora para la empresa desde diferentes lugares de Europa, en una oficina 100% remota. « La innovación es lo que más me atrae, me gustan los retos», asegura

Carmen Ballesta

NFT son tres de las letras más utilizadas últimamente en el mundo del arte. Tres letras que en realidad corresponden a las siglas en inglés de Token No Fungible. «No es más que un apunte electrónico en una base de datos inmutable y descentralizada (la blockchain) que determina la titularidad de un determinado activo, por ejemplo, una obra de arte, en favor de una persona concreta, permitiendo su transmisión a otras personas quedando constatado el cambio de titularidad en esa base de datos. Permite determinar qué se considera como original en el mundo digital, distinguiendo así entre original y copia. », explica Carmen Ballesta (Sevilla, 1995), fundadora y responsable de desarrollo de negocio en Obilum Art, plataforma comercializadora de NFTs de arte, que forma parte de ioBuilders.

Graduada en Derecho, Ballesta realizó estudios de Historia del Arte en el Instituto de Sotheby's en Londres. Allí comenzó su carrera profesional, trabajando primero para el departamento de Legal Trading de derivados financieros de Goldman Sachs. Luego pasó por la Unidad de Inteligencia Financiera, en un proyecto de Tokens No Fungibles, de American Express, hasta que entró en ioBuilders, liderando el desarrollo del negocio de NFTs. Además, es socia de la consultora de arte new media, TAC7, donde lidera proyectos enfocados al futuro del arte.

«El valor de los bienes o activos se determina por la escasez de los mismos–explica–. Por eso, en el mundo del arte juega un papel fundamental. El arte digital existe desde los años 80, cuando empezaron los primeros ordenadores domésticos, pero su comercialización no ha tenido sentido hasta que se crearon los NFTs ya que es el medio que valida la propiedad digital y que permite su transmisión». A su juicio, « la era digital ha supuesto el cambio que ha alterado la forma en que creamos, vemos y experimentamos el arte, derribando las premisas de la época artística pasada y sus reglas tácitas de procedimiento. Yo me siento orgullosa de estar en primera fila durante todo este proceso de cambio».

¿Y para el futuro? «Quiero ayudar a que el arte sea cada vez más accesible para todo tipo de público, proporcionando un espacio donde los artistas puedan vender sus obras y los entusiastas del arte puedan acudir a descubrir, admirar y adquirir obras».

Alba Vicente Olmo

Pasar de investigar en nanofotónica a trabajar en el gigante de la moda mundial no es lo que se espera de una trayectoria profesional al uso. Pero esa es precisamente la que ha tenido Alba Vicente, primera de su promoción en el grado en Ingeniería de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Valencia y premio a la excelencia académica de la Comunitat Valenciana, que trabaja como ingeniera de datos en Inditex. «Empecé a investigar en el Centro de Tecnología Nanofotónica de la Universidad Politécnica de Valencia, trabajando en el desarrollo de conmutadores fotónicos», explica.

Luego, una beca WONNOW de Caixabank le permitió trabajar durante seis meses en el departamento de ciberseguridad, trabajando en analítica e ingeniería de datos. Y de allí, un salto a IBM; donde trabajó como Cloud Engineer, desarrollando entornos en la nube. «Estaba muy contenta, pero es cierto que perdí el foco en los datos, que me había gustado tanto». Por eso, la oferta de Inditex llegó hace un año, en el momento oportuno.

«Aunque el producto final sea la moda, tienen un departamento de datos muy potente. Inditex es una de las empresas más data driven [impulsada por datos, que toma decisiones estratégicas basadas en análisis de datos] que conozco», asegura. «Su objetivo es aprovechar las últimas tecnologías de datos para facilitar su análisis y mejorar la toma de decisiones del negocio», nos cuenta Alba Vicente, que fue también ganadora del premio McKinsey Next Generation Women Leaders.

Marta Rodríguez-Tobalo

Reducir los sesgos (conscientes o inconscientes) de edad, género y/o nacionalidad que se producen en los procesos de selección de personal, para aumentar la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo, es el principal objetivo de BlindStairs, la solución tecnológica de la que Marta Rodríguez-Tobalo, CEO y cofundadora de BlindStairs.

Barcelonesa de 32 años, diplomada en Ciencias Empresariales, graduada en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Barcelona, y Master en Dirección Financiera en la Universitat Pompeu Fabra, asegura que «siempre me ha motivado la responsabilidad social y la sostenibilidad, tanto en el ámbito empresarial como en el académico». Tras trabajar en departamentos financieros de Pymes y multinacional, ha llevado a cabo investigaciones, creaciones y divulgaciones sobre nuevas economías y empresas de impacto social, «todo ello convergió finalmente el año pasado creando Blindstairs y empezando mi doctorado para fundamentar y divulgar su impacto sobre el techo de cristal, la brecha salarial y la infrarrepresentación de ciertos colectivos».

«BlindStairs es un SaaS (software como servicio) desarrollado para imposibilitar los sesgos durante los procesos de nuestros clientes, integramos nuestra inteligencia artificial en sus herramientas de gestión de candidaturas, ocultamos todos los datos personales y transcribimos toda la información a lenguaje neutro para que todas las solicitudes se evalúen bajo el mismo criterio. Además, garantizamos decisiones basadas únicamente en aptitudes durante las entrevistas gracias a la integración de avatares y modulación de voz para mantener el anonimato sin perder los gestos y expresiones de las personas candidatas gracias al reconocimiento facial. De este modo, imposibilitamos sesgos, ayudamos a las empresas a captar al mejor talento, a mejorar sus estrategias de responsabilidad social corporativa, sus planes de igualdad y a contribuir al cumplimiento de los Objetivos de desarrollo sostenible», explica.

«La idea nació de una conversación con mi socio Javier, experto en el desarrollo de productos digitales, le compartí mi experiencia en entrevistas de trabajo donde, a pesar de no tener relación con el desempeño laboral, se hacían preguntas personales. Por otro lado, encontré diversos estudios académicos que demostraban científicamente los sesgos en los procesos de selección de personal, con lo que entendí que era algo generalizado y potencial origen de diversas problemáticas sociales», asegura Rodriguez-Tobalo, que aspira a que su modelo se convierta en «estándar de contratación y promoción de personal».