Gloria Lomana: «Si no incorporamos a las mujeres en igualdad a la tecnología, la brecha digital será la madre de todas las brechas»

Gloria Lomana abandera #ChicasImparablesTECH Summer 2022, el summit que formará a jóvenes de entre 15 y 18 años en liderazgo con innovación, digitalización y tecnología en Málaga, del 11 al 15 de julio. Charlamos con la periodista, escritora y humanista sobre este evento único y sobre techos de cristal, brechas digitales, retos, oportunidades y cambios.

Gloria Lomana, impulsora de #ChicasImparablesTECH. / DR

Ana Calvo
Ana Calvo

Gloria Lomana es, sin duda, uno de los mayores referentes profesionales para cualquier periodista. Pero, también, para cualquier mujer. Y para cualquier hombre. Periodista, escritora e impulsora de proyectos de igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres a través de 50&50 GL, durante años estuvo al frente de los servicios informativos de una cadena de televisión privada. Pero más que una periodista de raza (me confiesa que cree que «soy periodista desde que nací»), Gloria Lomana es una humanista que abraza y promueve el cambio, la transformación y la innovación como algo inherente. Una líder innata . Una maestra de las que enseña y acompaña y con la que, después de casi una hora de charla, te quedas con ganas de más.

Hablamos con ella de #ChicasImparablesTECH , el summit que se celebrará en Málaga entre el 11 y el 15 de julio, y que formará a jóvenes de entre 15 y 18 años en liderazgo con innovación, digitalización y tecnología. Pero también hablamos de techos de cristal, brechas digitales, retos, oportunidades, gestión del éxito y del fracaso y, sobre todo, de las chicas de hoy que serán las mujeres que mañana hagan posible alcanzar la tan ansiada igualdad real.

Mujerhoy: ¿Qué es Chicas Imparables? ¿Con qué vocación y objetivos nace?

Gloria Lomana: «Chicas Imparables es mi pasión, un programa de formación en liderazgo para chicas de entre 15 y 18 años con el que buscamos que se descubran, que descubran sus propias habilidades, que confíen en ellas y que, con la dinámica de trabajo en equipo que tenemos y el networking, descubran todo su potencial, adquieran habilidades técnicas y también gestionen su propio talento.

Es una oportunidad de tomar autoconfianza, reforzarse y saber que ellas pueden pensar, soñar, actuar, crecer y lograr todo lo que se imaginen en grande, sin ponerse límites. Porque los límites están en la mente de una misma, y no hay que pensar que una tiene barreras, sino confiar en que, aquello que te propones, puedes trabajarlo e ir a por ello.

Además, es la primera red de mujeres adolescentes en España. Por eso nació, porque queríamos que se conectaran a unas edades en las que quieres crecer en tu reafirmación, en tu futuro. Y cuando conoces grupos de este modo, te emociona».

MH: ¿Por qué una versión específica enfocada a la tecnología en esta edición?

GL: «El programa ya está consolidado con tres ediciones, nos hemos hecho mayores de edad. Es un programa de excelencia de la mano de CEOE e IE University, y en Chicas Imparables graduamos a 72 chicas. Vamos de la mano de grandes empresas de tecnología y aunque en el programa 'normal' incidimos mucho en ello, queríamos enfatizar más esta faceta, porque tenemos la pulsión de por donde va el mundo y creemos que este formato Summit referencia este tirón 'tech'. Y más en una sede como Málaga, que lo tiene todo, y que nos ayuda a complementar el programa con actividades culturales increíbles».

MH: ¿Qué van a encontrar las jóvenes que participen en esta tercera edición en Málaga? ¿Qué aprendizajes se van a llevar en la mochila?

GL: «Queremos formar liderazgos humanistas en la que se combine la cultura con la técnica, con esa tecnología que va a estar en todos los sitios y que va a darnos los trabajos del futuro mejor remunerados, los que acaben con cualquier brecha. Las mujeres tenemos que estar sí o sí ahí. Pero no diciendo 'te tiene que gustar la tecnología', sino haciendo que se apasionen por ella. La sociedad necesita liderazgo tecnológico de mujeres, pero la cantera son estas 'chicas imparables', porque ahí es donde generamos esa pasión. Y era una edad de la que no nos habíamos ocupado hasta ahora».

Gloria Lomana, periodista, escritora e impulsora de proyectos de igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres a través de 50&50 GL. Foto: Javier Albiñana

MH: ¿Qué le lleva a embarcarse en este proyecto?

GL: «Llevo muchos años trabajando con colectivos de niñas, no solo en España, también en África o Sudamérica, y creo que es un colectivo que requiere toda nuestra atención. Miremos hacia donde miremos, las siguientes generaciones son el futuro y a ellas les vamos a encomendar que tomen el relevo de todo lo que estamos haciendo. Y, sin duda, la educación es la base.

A través de 50&50 GL hemos ido profundizando a niveles de formación, y creíamos que no se había pensado en este grupo de jóvenes que son, precisamente, las que tienen que decidir sus carreras, tomar la certeza de que si se incorporan a una ingeniería, por ejemplo, lo pueden hacer exactamente igual que los chicos. Darles esa autoconfianza de que no se sientan extrañas en ninguno de los mundos a los que se quieran incorporar. Y esa es la clave.

No es teoría, aquí ganan autoconfianza, se dan cuenta de que pueden hacer lo que se propongan. Hay que trabajar para abrir las posibilidades y que vean que pueden hacerlo y que son capaces. Además, el contacto de tú a tú con líderes de este nivel hace que pierdan miedo escénico y tomen seguridad. Es un enfoque de equipo, trabajando en proyectos que den respuesta a preocupaciones reales de la sociedad. Al fin y al cabo, esa es la innovación».

MH: ¿Necesitamos más mentoring, más inspiración real, y no tanto filtro de Instagram?

GL: «Lo que necesitamos son referentes reales. Las chicas tienen que percibir el esfuerzo, el trabajo, la superación. La manera en la que una persona, poniéndose retos y cumpliendo objetivos, ha podido llegar a posiciones de referencia. Y ahí nos hemos encontrado con muchísimas mujeres líderes inspiradoras que han hecho sus carreras a base de error, prueba, superación, reinvención, adaptación, trabajo en equipo…

El desarrollo de todas esas habilidades es ahora más imprescindible que nunca para conseguir esos liderazgos humanistas basados en la escucha activa, con una visión colaborativa y que ponga a las personas en el centro. Y con perfiles muy tech y con mentalidad innovadora y emprendedora, aunque no vayas a emprender un proyecto. Porque es más una actitud, una manera de pensar, de actuar, de proponer, de integrante en un equipo. Y eso, al final, es lo que nos permite disfrutar de nuestro trabajo».

MH: La líder, ¿nace o se hace?

GL: «La líder se hace. Todas las habilidades se entrenan, y así lo demostramos a través de nuestros focus group, donde siempre dicen que no han podido desarrollar su creatividad a través de su formación. Porque no se atrevían, porque no había tiempo… y siempre salen sabiendo que han sido capaces de hacerlo. Cuando se descubre que hasta la creatividad se entrena, te das cuenta de que todo se puede aprender.

El liderazgo es la manera de conducir un equipo y gestionar sus emociones a través de la comunicación, la escucha activa, la manera de abrazar el cambio sin resistencia, adaptándote, innovando, incorporando la tecnología como una herramienta y no como una dificultad. La tecnología no es ni buena ni mala, es neutra, se trata del uso que hacemos de ella. Por eso, queremos apasionar a estas chicas imparables para que vean que la tecnología es maravillosa si la sabemos poner al servicio de las personas. Y ese es el presente, está en lo cotidiano, para hacernos la vida mejor y desarrollar el futuro en la dirección correcta».

MH: La confianza, el refuerzo positivo y el apoyo son fundamentales desde las familias a los docentes, los medios, la empresa y la sociedad en general. ¿Realmente hay un cambio en el paradigma actual?

GL: «Creo que sobre igualdad, sí pero, lamentablemente, sobre roles, no lo deseable. En igualdad, nos hemos dotado de leyes, pero no hay igualdad real. Y he ahí el quid de la cuestión. Desde pequeñas, las niñas siguen interiorizando que hay cosas de niñas y de niños, y se las sigue alejando de las materias como las matemáticas, la ciencia, la tecnología, que se consideran más difíciles.

El problema es que el patrón con el que se educa a las niñas sigue estando dirigido a gustar, mientras que ellos se forman para triunfar, y sus referentes, abundantemente masculinos, son los que los conforman a ellos con más seguridad y a ellas, con más dudas. Y eso es lo que tenemos que romper desde todos los ámbitos.

Tenemos que plantearnos los roles que mostramos a los niños y niñas desde bebés, porque ahí es donde hay que empezar a trabajar para que no se consolide. Porque desde pequeños perciben que las mujeres se inclinan más al cuidado, con la renuncia profesional que conlleva, mientras que los hombres se dedican al éxito en su carrera. A los seis años, las niñas identifican tareas 'de inteligentes' a los niños. Y ese gap a los 11 se enfatiza y, a la edad adolescente, hace que abandonen carreras porque creen que no son capaces».

MH: Se ha comentado mucho estos días que el chico con la mejor nota en la EBAU en Madrid iba a estudiar Filología clásica. ¿Habría habido tanto revuelo si hubiera sido una mujer la que elige esa carrera en las mismas circunstancias?

GL: «Los que se extrañan de que ese chico elija esa carrera, son los mismos que no entienden ver llorar a un hombre en el funeral de su madre, y los que se extrañan de que una mujer se dedique a lo que quiera. La desigualdad nos perjudica a todos, también a los hombres, y solo avanzaremos en igualdad el día que identifiquemos que todos podemos hacer de todo».

MH: ¿Estamos avanzando en igualdad, en diversidad, en inclusión y en liderazgo femenino al ritmo que exigen los nuevos tiempos?

GL: «Los jóvenes ahora crecen y participan con una mentalidad inclusiva, pero los que no han crecido así, no lo entienden. Porque esto va de cambio cultural y cambio de mentalidad. Por eso es tan difícil conseguir la igualdad real.

Hay que decir a las jóvenes imparables que no pierdan este tren, que en la tecnología vamos a estar las mujeres, porque es la manera de terminar por fin con esos sesgos. Queremos el alma, la visión y la mirada de las mujeres en la tecnología, es fundamental para que las máquinas no repitan los sesgos que se han ido produciendo hasta ahora en la sociedad.

Soy optimista con los avances que llevamos, y ya no va a haber marcha atrás. Por eso necesitamos chicas imparables tech».

MH: Las competencias STEM siguen siendo bastante teóricas en el currículo educativo de nuestro país. ¿Cómo podemos impulsar esa transformación del sistema?

GL: «Necesitamos planes que identifiquen esta urgencia, con una mentalidad inclusiva, para que las niñas se acerquen a la ciencia y a la tecnología. Esto va muy rápido, y si no hay marcha atrás en el tema de la igualdad, tampoco tiene que producirse ni podemos permitirnos ningún tipo de brecha es en la tecnología. Si no incorporamos a las mujeres en igualdad a la tecnología, la brecha digital será la madre de todas las brechas».

MH: ¿Qué le diría a todos aquellos que dicen que el techo de cristal y la brecha salarial y tecnológica no existe? A los que dicen que ya hay igualdad laboral y de oportunidades entre hombres y mujeres y que no hay que luchar más.

GL: «Hay que darles datos, porque quizá no se han parado a verlos. Generalmente son los antitodo. Solo les diría que piensen en sus hijas y en todas las desigualdades que todavía se perpetúan en la sociedad de forma real. Y que piensen si están dispuestos a que, en igualdad de condiciones y trabajo, sus hijas cobren menos. O si les importa que a sus hijas las miren de forma obscena en una entrevista de trabajo. O si una niña no puede cruzar un parque con la misma seguridad que un niño. Que piensen todo esto, y después nos digan, de verdad, si no hay que seguir trabajando en este cambio».

MH: Necesitamos promover más emprendimiento, y más emprendimiento en femenino, pero, ¿tenemos las herramientas para hacerlo? ¿Cómo se debería apoyar a esas nuevas líderes para puedan desarrollar sus proyectos en igualdad?

GL: «Se está cortando la brecha, y lo demuestra un dato muy bonito: de cada diez emprendimientos con éxito, siete son de mujeres. Quizá nosotras lo pensamos más, pero una vez que tomamos una decisión, es más segura y con más posibilidades de acierto.

Ahora, hay que preguntarse si se dan las condiciones para emprender, porque ahora mismo es una carrera de obstáculos. Dentro de ese cambio de mentalidad que lleve a la igualdad real, hay que empezar por cambiar el concepto de conciliación por el de corresponsabilidad. Porque así las mujeres se sentirían más seguras y más acompañadas si todo se planteara desde un equilibrio entre la vida profesional, familiar y también personal».

MH: Para terminar, ¿cómo podemos ayudar las generaciones más adultas a esas chicas imparables a ser el motor del cambio y cuánto camino nos queda por recorrer?

GL: «Iniciativas como 'Chicas imparables' les abre camino, pero lo que tenemos que identificar es que ellas no rechacen que pueden liderar no solo una empresa, sino su propia vida. Conducirla con seguridad, saber de quién te rodeas. Tenemos que terminar de trabajar en su autoconfianza, animarlas a que sean imparables de verdad, que se atrevan, decirles que lo van a conseguir. Y si no consiguen, que tengan la satisfacción de haberlo intentado.

Hay que aprender a asociar el éxito a la opción y a la acción, no solo a la meta final. Eso nos ayuda a identificar los fracasos como aprendizaje, como superación, como empuje para empezar otra vez. Tenemos que convertir la calamidad en oportunidad. Yo desconfío mucho de los que dicen que sus carreras siempre han sido exitosas, porque la vida está llena de reveses. Hay que abrazar el cambio como una herramienta de innovación, por eso debemos asumir riesgos no como batacazos, sino una sucesión de experiencias de vida. No hay que asumir los errores como fracasos, y eso no conduce a ninguna parte buena».

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