Cómo ser Peggy Gugengheim y no arruinarse en el intento

No había TikTok –ni siquiera Instagram– pero en el siglo XV, ya se compartían imágenes. El grabado se hizo viral y se puso de moda en todas las cortes europeas. Se trata de una técnica artística –como la acuarela, el gouache o el óleo– que han empleado desde Durero a Chillida, pasando por Goya. Ahora, hay una nueva generación de jóvenes artistas por los que apostar, con precios para todos.

Aunque hay que ir rápido, mañana serán los nuevos Basquiat. El grabado –o el arte sobre papel– al ser seriado, es más asequible (lo de montar un museo, es optativo) y, además puede ser una buena inversión. Un ejemplo es Shot Sage Blue Marilyn (1964), una serigrafía –en este caso, sobre lienzo– de Andy Warhol por la que se han pagado unos 200 millones de dólares en subasta.

En una estampa o un grabado es igual de importante el artista que el impresor. Rembrandt también fue impresor. Solo al final de sus días, perseguido por las deudas, vendió su taller. Resumiendo mucho el proceso, básicamente consiste una plancha que se dibuja, luego se impregna de tinta y después se estampa en el papel. Los papeles suelen ser de alta calidad y, muchas veces, hechos a mano.

Como cada vez hay menos artesanos dedicados a esto, los artistas han empezado a fabricarlo por su cuenta. También están surgiendo nuevos talleres de serigrafía para atender la demanda, que va en aumento. En realidad, deberíamos hablar de «estampas» o «estampación» ya que hay técnicas distintas: litografía, serigrafía, xilografía, aguafuerte... Y, por supuesto, el grabado. Lo que todas tienen en común es que se realizan por transferencia.

Cuando en una obra encuentras una fracción, por ejemplo, 1/15, significa que está hecha en serie. El segundo número marca el número total de copias que existen. El primero, indica el orden de impresión. También puedes encontrar un grabado con una P/A (o A/P en inglés).

Son pruebas de artista de ese mismo trabajo. Normalmente son para su archivo pero, en algunos casos, pueden salir al mercado. El que una obra sea en serie, permite que su precio no sea tan elevado y que varias personas puedan tenerla (aunque cada una tiene su propio número).

FIG Bilbao 2023 es la gran cita en torno al arte sobre papel. Más de 50 galerías de todo el mundo vienen a la ciudad del Guggenheim para mostrar las últimas tendencias. Aquí, entre los grandes nombres del arte sobre papel –con permiso de Picasso–, están la japonesa Mari Ito o las españolas Regina Giménez y Raquel Martínez. Japón –país invitado de esta edición– es considerada la cuna del grabado.

La obra más conocida en Occidente es La gran ola de Kanagawa, de Katsushika Hokusai, un pintor y grabador que trabajó en Tokio entre los siglos XVIII y XIX y que influyó en los impresionistas franceses.