Además de sus inmensas fortunas y su inconmensurable fama, la mayoría de las celebrities tienen en común la presencia de una figura en sus vidas: el coach. Recientes estudios sobre su eficacia señalan que el 99% de los entrevistados que han recurrido a uno considera gratificante su experiencia, mientras que el 96% afirma que repetiría la experiencia. Claro, que quien encargó el estudio fue la Federación Internacional de Coaching, por si alguien alberga dudas razonables.
«Te ayudan a frenar el incesante ruido que tenemos en la cabeza y esa voz que te dice constantemente que no eres lo suficientemente buena», ha explicado la estrella televisiva Oprah Winfrey , que achaca su éxito a la life coach Martha Beck. Eric Schmidt, presidente de la app Alphabet y ex director ejecutivo de Google, asegura que el mejor consejo que ha recibido en su vida fue contratar a un coach ejecutivo. Y Serena Williams confió en Tony Robbins (que comparte con Leonardo DiCaprio) para sobreponerse de sus lesiones. Teniendo en cuenta los Grand Slam que ha terminado ganando, ¿quizás tendríamos que dejar de fruncir el ceño y considerar que hay algo que se nos escapa y pueden convertirse en el mejor camino hacia el éxito?
«Un coach puede orientar a la persona y desarrollar de forma personalizada ciertas habilidades. Es habitual que las personas exitosas o famosas vivan en soledad y tengan dificultad para encontrar con quién compartir cosas y que les aporte un feedback valioso, así como una estructura en la que se sientan cómodos siendo vulnerables. Un coach les puede dar apoyo en el desarrollo de su carrera profesional, en sus relaciones personales, en sus habilidades de comunicación...», explica Patricia Arboleda, profesional especializada en liderazgo ejecutivo. Los life coaches se encargan de abordar objetivos personales, metas laborales, relaciones personales y profesionales, cambios y transiciones de la vida de sus clientes.
Examinan lo que está pasando en el momento actual e indagan sobre los posibles obstáculos o desafíos a los que se enfrentan. Su papel es focalizarse en el presente del cliente y en hacerle las preguntas adecuadas para que sepa llegar a la solución. ¿ Por qué recurren entonces a estas figuras y no a un terapeuta? Patricia Arboleda explica las diferencias. «El psicólogo te ayuda a trabajar tu pasado; se centra en entender por qué te han ocurrido ciertas cosas y desenmaraña situaciones del ayer que te afectan en el presente. Por su parte, el coach está más enfocado en mirar hacia adelante, en preparar a la persona que pide ayuda para elaborar una estrategia de futuro», indica.
Paris Hilton confía en el afamado Jay Shetty, que antes fue monje y que, pese a odiar el término gurú, no le hace ascos a la fama. Ofició las dos bodas de Ben Affleck y Jennifer Lopez –también la de Lily Collins y Charlie McDowell–; ayudó a meditar al cantante Joe Jonas y a sus amigos durante la pandemia por Zoom, durante 75 sesiones; y estudió con Will Smith el texto sagrado de los hindúes Bhagavad Gita. Para hacerlo, preparó al actor entre dos y ocho horas y media al día, y fue el hombro sobre el que llorar cuando Smith propinó la infame bofetada a Chris Rock en los Óscar de 2022. «Revisar las enseñanzas del Gita me ayuda a clarificar las ideas y a transitar por un mundo en el que parece que ya es imposible hacer algo bien», asegura el intérprete.
Jennifer Aniston y Emma Roberts siguen los pasos de Gabby Bernstein para dominar el arte de la manifestación. A diferencia de la Ley de la Atracción, esta práctica no consiste en visualizar nuestros deseos y sentarnos a esperar a que se hagan realidad, sino que exige tener una visión de lo que queremos alcanzar, vencer las dudas y los miedos, atrevernos a salir de la zona de confort y hacer que suceda. «Manifestarse consiste en reconocer que tus pensamientos, emociones y energía dan forma a tu realidad y, a través de prácticas como la meditación y la visualización, puedes cambiar tu energía para atraer tus deseos», afirma Bernstein, que asegura que ha ayudado a numerosas personas a abrazar la sobriedad, perdonar sus actos del pasado y deshacerse de traumas limitantes. «Me han recomendado que manifieste lo que quiero y que hable de ello como si ya hubiera ocurrido», le explicaba Aniston a la actriz y presentadora Drew Barrymore en su programa de televisión. Y lo cierto es que mal, no le ha ido, ¿no?
¿Sorprende a alguien que Gwyneth Paltrow también tenga su coach? Es Michaela Boehm, experta en terapia cognitiva conductual, hipnosis y entrenadora de intimidad. No solo da consejos a Paltrow y a su marido, Brad Falchuk (subieron una videoconferencia con ella en pleno confinamiento, cuando las celebridades «sacaron del armario» a sus coaches y gurús), sino que forma parte de los contenidos que crea, del show de Netflix al contenido editorial de la web de GOOP. Recomendó a la pareja, preocupada por haber perdido su apetito sexual, ejercicios basados en conectar sus cuerpos y abrazarse de manera no lineal para activar su «yo nativo», un mecanismo de limpieza. ¿No has comprendido nada? Nosotros tampoco, pero si tenemos en cuenta que Paltrow intentó popularizar las saunas vaginales, ¿a quién choca que deje que su vida sexual esté guiado por palabras tan difusas?
También es llamativo el caso de Cindy Crawford, que tiene una midlife coach, Victoria Song. Esta figura ayuda a las personas entre los 40 y los 50 a retomar el control de sus cuerpos, sus mentes y sus vidas. «Cuando me agobio, me hace plantearme de dónde sale el estrés. Soy una mujer planificadora y muy organizada, me doy un tiempo para cada actividad», explicó la modelo a Haute Living. «Las mujeres modernas tienden a pensar que el motivo por el que están siempre estresadas es que no han terminado sus tareas pendientes. Incluso si lo hubieran logrado terminar, llegarían a casa y seguirían estando agotadas. Hay que priorizar el reencontrarnos con nuestra feminidad para calmarse», señala Victoria Song.
«Gracias por mantenerme fuerte tanto física, como mentalmente», escribe en En la sombra el príncipe Harry. Sus palabras van dirigidas a John Amaral, quiropráctico y terapeuta energético. Muchos medios aseguraron que el duque de Sussex había perdido la cabeza al abrazar la espiritualidad. No es el único que confía en Amaral, que según su web cura lesiones físicas, reduce el estrés, la ansiedad y la depresión y ayuda a sus clientes a alcanzar nuevos niveles de energía, claridad y satisfacción. Para sorpresa de nadie, es íntimo de Paltrow.
Sin duda Kate Moss (cuya marca, COSMOSS, colabora con Founder of Chopra Foundation para apoyar programas de salud mental) hizo bien la labor de investigar a su gurú de confianza a la hora de resetear su bienestar. La modelo asegura que Deepak Chopra, el magnate del wellness que amansa una multimillonaria fortuna, le ha ayudado a encontrar su camino. Aunque se autodenomina «doctor, autor y explotador de la conciencia», este gurú espiritual es un fraude. Alcanzó la fama al presentar uno de sus libros (tiene 90) en The Oprah Winfrey Show, lo que le hizo vender un millón de copias, aunque como asegura, fue « ridiculizado por el mundo de la ciencia».
Cuando las estrellas siguen tus consejos, los dólares se acumulan en el banco y la fama no hace más que crecer, poco importa el qué dirán. Es algo para lo que, entre otras tantas cosas, te preparan estos gurús. Si en algún momento llegan a ser más conocidos que sus clientes estrella, ¿necesitarán un coach?
20 de enero-18 de febrero
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