I Jornada STEM Mujerhoy, el encuentro que reúne a profesionales y estudiantes para demostrar que las mujeres son el futuro de la ciencia, la sanidad y la tecnología

«De nosotras, de las mujeres, depende que ocupemos espacios; porque si no lo hacemos nosotras, lo harán otros». Esos espacios a los que se refiere Esperanza Noronha, física y matemática, especialista en competencias tecnológicas y formadora de profesorado en innovación educativa, metodologías activas y learning analytics, son los del ámbito científico-tecnológico. Un campo profesional en el que las mujeres siguen siendo minoría y en el que las vocaciones femeninas, en forma de matriculaciones en carreras del ámbito STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), menguan año tras año.

Para atisbar la situación y ofrecer respuestas, Mujerhoy ha organizado su I Jornada STEM Mujerhoy , patrocinada por la compañía farmacéutica Novartis y el programa Teleco Renta , una iniciativa para el fomento de los estudios de Ingeniería de la Telecomunicación, auspiciada por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales en la que el COIT actúa como coordinador. Un encuentro entre chicas de 4º de ESO y 1º de Bachillerato y mujeres relevantes de los ámbitos científico-tecnológico y sociosanitario.

Una de esas mujeres relevantes es Esperanza Noronha. «Las mujeres solemos sufrir el síndrome de la impostora. Pensamos que no somos capaces de desarrollar una carrera de ciencias, pero eso es un sesgo cognitivo, porque chicos y chicas tenemos las mismas capacidades –señaló–. Hay decenas de estudios que lo ratifican y, de hecho, cuando las chicas acceden a una carrera STEM están más motivadas y su tasa de deserción es menor».

Noronha achaca la escasez de vocaciones a la falta la visibilidad de referentes femeninos. «No es que no haya mujeres reseñables –explicó–; es que no se visibilizan».

Tres mujeres que sí son ejemplo en el ámbito STEM son Estefanía Matesanz, vicepresidenta del área de Real Estate en Airbus, fundadora de la asociación Ellas vuelan alto y exdecana del Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España; Isabel Molina, profesora de Estadística de la Universidad Complutense y Premio al Joven Talento Científico Femenino 2021 de la Real Academia de Ciencias; y Marta Orduna, doctora en Ingeniería de Telecomunicación, investigadora en el laboratorio de realidad extendida de Nokia y vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación.

Las tres debatieron sobre por qué las chicas son cada vez más reacias a cursar carreras STEM si, como apuntan todos los gurús de la empleabilidad, las carreras científico-tecnológicas van a ser las más demandadas por las empresas en 2030 y las que mejores condiciones laborales y económicas están ofreciendo ya hoy.

Marta Orduna considera que se debe al desconocimiento. «Tenemos que acercar la ingeniería a la gente y explicarle qué hacemos. Teleco y el resto de ingenierías te dan la posibilidad de elegir, moverte, cambiar de empresa, de campo... Si ese valor consideras importante, igual deberías animarte a emprender el camino de las carreras STEM».

«Hay que elegir la carrera en base a tus gustos, a tu pasión –aseguró Estefanía Matesanz–. Pero no hay que avergonzarse de que el dinero sea un elemento de decisión. El sueldo, las condiciones laborales, la posibilidad de moverte y progresar son factores importantes y hay que tenerlos en cuenta».

Otro factor destacable es la alta demanda de estos profesionales. «Yo trabajo en estadística y en análisis de datos –señaló Isabel Molina–. Y es un área en la que hay buenas oportunidades laborales porque hay falta de profesorado en matemáticas, estadística...».

¿Pero cómo fomentar las vocaciones científicas entre las chicas? «Yo abogo por una cosa muy sencilla, pero a la vez muy transgresora: hacernos preguntas –dijo Marta Orduna–. La curiosidad genera curiosidad y las preguntas, a su vez, nuevas preguntas. Es un efecto dominó que estimula la curiosidad e irá guiando vuestro camino».

Para Estefanía Matesanz, la clave es dejarse guiar por el instinto y elegir la carrera que más feliz le haga a cada uno: «Mis padres siempre me dieron ánimos diciéndome: 'Tú serás lo que quieras ser'. Y ese ánimo es el que siempre me ha empujado».

«La motivación es la clave del éxito –planteó Isabel Molina–. Con 14 años, trabajaba con mi madre en un restaurante a la vez que estudiaba. Un día, la propietaria le preguntó a mi madre que qué quería ser de mayor. Yo le respondí que profesora. Y ella le dijo a mi madre: 'Dile que no sueñe con la Luna'. Pues no, yo le diría a todas las chicas: 'Soñad con la Luna. Y no os dejéis desmotivar por nadie'».

A diferencia del ámbito STEM, el sector sociosanitario es mayoritariamente femenino. En él trabajan un 69% de mujeres por solo un 31% de hombres. Pero esta presencia mayoritaria no se refleja ni en la actividad sanitaria ni en los ámbitos de decisión de la profesión. ¿Por qué si las mujeres son más, muchas más, aún no lideran el sector? Ese fue el foco de la segunda mesa redonda de la I Jornada STEM Mujerhoy.

«Es verdad que en la sanidad española siete de cada diez trabajadores somos mujeres –señaló Belén Estébanez, coordinadora de trasplantes del Hospital La Paz, de Madrid–, pero el objetivo es que en poco tiempo también ocupemos el 70 por ciento de los cargos directivos. Nosotras ya hemos dado el primer paso de esta carrera, ahora es a las chicas a quien os toca llegar a la meta».

«Es cuestión de tiempo que las mujeres lleguemos a dirigir en el porcentaje que nos corresponde –ratificó Marta Ferrer, actual decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y hasta hace unos meses directora médica de la Clínica Universidad de Navarra en Pamplona–. Pero no se trata de confrontar con los hombres, sino de bucear en las competencias de cada uno y ahondar en ellas».

Sin embargo, dentro del campo de la salud hay una excepción, el sector farmacéutico, como apuntó Lupe Martínez, directora médica de la compañía farmacéutica Novartis: «El nuestro es un sector privilegiado para el entorno femenino. En él, la mitad de las directivas son mujeres. Y en Novartis, por ejemplo, en el consejo de dirección somos el 67 por ciento».

¿Pero cuál es la verdadera razón de este desequilibrio? Desde luego, no es por falta de ambición, como apuntó Belén Estébanez: «La mujeres somos perseverantes y muy constantes, aunque a veces, de forma inconsciente, se nos siguen colando sesgos de género».

«Las mujeres somos mayoría en el sector sanitario porque tenemos una habilidad especial para conectar con las personas –explicó Marta Ferrer–, pero también lo tenemos para liderar. Solo nos falta dar el paso, levantar la mano y sentarnos en las mesas de decisión. Y yo soy optimista respecto al horizonte que nos espera», comentó Marta Ferrer

Y Lupe Martínez cerró con una nota aún mas optimista: «El mundo está avanzando hacia la equidad y vamos a dejar un entorno algo más fácil para las mujeres nos van a seguir. Pero hay que seguir luchando en esta dirección».