LAS MUJERES FACTURAN Financial feminist, la influencer de TikTok que te enseña a invertir y te explica cómo ahorrar tus primeros 100.000 euros

Creció viendo a la experta en finanzas personales Suze Orman en televisión, observando cómo su madre cuadraba las cuentas en la mesa de la cocina y aceptando un préstamo de 300 dólares de su padre para comprar una máquina expendedora de caramelos y poner en marcha su primer negocio cuando ni siquiera había llegado todavía al instituto. Educada en una familia ahorradora (su padre negociaba desde las facturas del teléfono hasta el parking de los hoteles) a los 22 años Tori Dunlap ya tenía un trabajo de nueve a cinco en el departamento de marketing de una importante empresa de seguridad. Pero aquel no era su sueño. Y por eso, empezó a escribir un blog.

Un blog para compartir un reto personal tan ambicioso que, a simple vista, parecía sencillamente inalcanzable: ahorrar sus primeros 100.000 dólares antes de cumplir 25 años. Dunlap lo consiguió un par de meses antes de su cumpleaños, y, acto seguido, decidió dejar su trabajo. Poco después, la pandemia propulsó su historia aspiracional hasta convertirla en un pequeño imperio de divulgación financiera.

Lo que empezó con una inversión de apenas 40 dólares (20 para comprar el dominio y otros 20 para poner en marcha la página web) se ha convertido en una empresa que el año pasado facturó más de cuatro millones de dólares gracias a una comunidad formada por más de tres millones de personas que, sobre todo, siguen a Dunlap en Tiktok, pero también en Instagram.

Por el camino, ha tenido que vencer muchos prejuicios. «Estudié Teatro y Comunicación, y ahora soy experta en finanzas, y muchos de los comentarios que recibo son: 'Eres muy joven, ¿cómo puede ser una experta?», ha explicado. Su método, en realidad, es pura transpiración: después de empollarse todos los manuales financieros que cayeron en sus manos y ver un tutorial detrás de otro, desarrolló su propio estilo y su propio formato.

Rigurosa, pero extremadamente entretenida, Dunlap ha conseguido democratizar la educación financiera y fidelizar a sus seguidoras con consejos prácticos (desde cómo negociar un salario a cómo conseguir un crédito o firmar una hipoteca) en formato píldora, evitando conceptos excesivamente teóricos y hablando, siempre que es posible, de cifras concretas. Todo para un target muy concreto: mujeres de entre 20 y 30 años.

Por el camino, ha conseguido que su empresa ( Her First $100K) se haya diversificado en un podcast ( Financial Feminist) y un bestseller homónimo, pero también en talleres y seminarios de pago y en una app financiera ( Treasury) diseñada específicamente para mujeres millennial. Lo ha hecho, además, sin caer en la tentación cripto y atendiendo a una combativa misión social que define en su propia web: «Sabemos que la mejor manera de aplastar el patriarcado es a través del poder financiero. Nuestra misión es facilitar la curiosidad, fomentar la vulnerabilidad, actuar con valentía y exigir accesibilidad para las comunidades marginadas».

Dunlap, que evangeliza sobre las bondades del ahorro y la inversión pero también reparte consejos sobre cómo poner en pie una 'startup' desde cero, defiende que la educación financiera es el camino más corto hacia la igualdad de género. Y no le falta razón. Aunque los estudios académicos coinciden en que las mujeres son mejores ahorradoras que los hombres, la brecha de género en el acceso femenino a la inversión sigue siendo una realidad tozuda.

Pero, ¿por dónde se empieza a ahorrar 100.000 dólares? Dunlap defiende que el primer paso es hablar más de dinero. Con tus amigos y tu familia, pero también con los compañeros de trabajo e, incluso, como hace ella con otras finfluencer famosas, con tus competidores. Advierte, eso sí, que aprender a gestionar nuestro dinero requiere una curva de aprendizaje.

Pero si tienes que quedarte con algo, atiende, sobre todo, a su regla de oro: no cedas nunca al mito de que no sabes gestionar tu dinero. Según Dunlap, es una narrativa perpetuada para controlar a las mujeres. Y lo que es peor: corres el riesgo de que tu aversión a controlar tus finanzas se convierta en una peligrosa profecía autocumplida. Y así, nadie es capaz de ahorrar sus primeros 100.000 dólares.