El lado personal de Jesús Calleja, de peluquero a astronauta: tres hijos adoptivos, una tragedia y su próximo viaje al espacio

Jesús Calleja se ha convertido desde hace años en uno de los rostros más queridos de nuestra televisión. Con mucha mano izquierda y haciéndoles vivir la aventura de su vida, en su icónico programa Planeta Calleja ha logrado mostrar el lado más personal de famosos como Ana Patricia Botín , Elsa Pataky y Fernando Simón . Pero ahora la Tierra se le ha quedado pequeña y el aventurero leonés se prepara para el mayor reto de su vida: viajar al espacio.

A través de la docuserie Calleja en el espacio veremos cómo se prepara para convertirse en el tercer español astronauta, después de Pedro Duque y Miguel López-Alegría . Jesús Calleja viajará al espacio durante 15 minutos, dentro de aproximadamente un año, con la empresa de turismo espacial de Jeff Bezos, Blue Origin.

«No me lo creía porque mi sueño desde niño siempre había sido ir al espacio, por encima de cualquier otro. Siempre me he propuesto cumplir los sueños, pero nunca pensé que este se haría realidad», contaba el explorador durante la presentación del proyecto. De este viaje saldrán tres piezas documentales que abordarán el proceso previo, que incluirá la preparación física y psicológica a la que se tendrá que enfrentar Calleja, el propio viaje y el después de su visita al espacio.

Este será el punto álgido de una carrera profesional que apuntaba en una dirección muy diferente para él, después de comenzar trabajando junto a sus hermanos como peluquero en León. Sin embargo, acabaría cambiando las tijeras por la montaña, trabajando como guía de expediciones en Nepal y los Alpes.

Fue precisamente en Nepal donde el leonés comenzó a formar su gran familia. Durante uno de sus viajes a la meca del alpinismo conoció a Ganesh, un niño nepalí que sufría tuberculosis. Jesús Calleja decidió llevarlo a España, curarlo y, finalmente, adoptarlo.

Su noble gesto no se detendría ahí, ya que después adoptaría también a Sureshi, el mejor amigo de Ganesh, y a Sundari, la hermana de este. Dando más detalles sobre su faceta como padre adoptivo, en el programa de Bertín Osborne confesó que su felicidad es aún mayor, puesto que «actualmente están los tres casados y soy abuelo por partida triple».

Muy discreto en lo tocante a su vida sentimental, al aventurero no se le ha visto nunca con una pareja. Algo que él mismo se toma con mucha filosofía. «Con la vida que llevo, las parejas van y vienen, son efímeras. Es un peaje que paga quien viaja ocho o nueve meses al año», decía en tono filosófico durante una entrevista para la revista Diez Minutos. «Pero esta vida no la cambiaría por nada; está llena de emociones», reconocía a continuación.

En referencia también a su familia, el aventurero lamentaba hace unos años la pérdida de su hermano Julián a causa de un cáncer. Muy unidos, los dos nacieron un 11 de abril, Julián en 1964 y Jesús un año después, en 1965. Durante un programa en Costa Rica junto a Antonio Resines que coincidió con el cumpleaños de ambos, Calleja le envió este recuerdo: «Esto va para mi hermano Julián, que ya no está aquí con nosotros, se ha ido a otro lado, ha hecho un viaje muy largo, y algún día nos veremos. Julianín, que va por ti».

Aunque a lo largo de su peligrosa carrera profesional Jesús Calleja ha vivido grandes sustos, sin duda la experiencia más agónica de su vida fue cuando permaneció diez días atrapado bajo tierra en la sima más profunda del planeta, la de Krúbera-Voronya, en Abjasia.

«Una vez superado el peor momento de mi vida, vi y sigo viendo la vida desde otra perspectiva», relataba el leonés en su cuenta de Instagram. «Quedamos diez días atrapados en la sima porque cambió el tiempo. Hubo unas nevadas y unas lluvias brutales y por donde entramos al principio ya no podíamos subir. Lo que teníamos que haber bajado y subido en tres días, nos tiramos diez días para hacerlo, sin comida y pasándolas canutas».

Según relató Calleja, «aquello fue terrible porque tienes la sensación de estar enterrado vivo y de que te vas a morir. Y pasarán igual dos meses hasta que la palmes. Fue el momento, quizá, el más delicado de mi vida, pero como sabíamos que dependíamos de nosotros mismos, nada más que tuvimos una miniventana, lo intentamos y conseguimos salir».