Keum Suk Gendry-Kim, autora de la novela gráfica Hierba: «Su historia es tan dura que los lectores necesitan tiempo para entrar en la vida Ok Sun, permanecer en ella y salir»

Considerada por la crítica como el Maus coreano, la novela gráfica Hierba revisa la historia de su país y coloca el foco sobre las mujeres de consuelo, las esclavas sexuales del ejército imperial japonés.

EDUardo bravo

La cultura coreana impera en el mundo. Ahí están fenómenos como El juego del calamar , Parásitos o los grupos de K-Pop, pero también cómics como los de Keum Suk Gendry-Kim (Jeolla, 1971). Acaba de publicar en nuestro país Hierba (Reservoir Books), una novela gráfica que aborda el tema de las «mujeres de consuelo», las miles de coreanas -entre 20.000 y más de 400.000, según la fuente- que fueron esclavas sexuales del ejército imperial japonés, desde principios del siglo XX y hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. “

«En comparación con lo que sucedía en el pasado, ya no es un tema tabú. La prensa suele tratarlo, todas las semanas se celebra la protesta de los miércoles [manifestación frente a la embajada de Japón en Seúl para reclamar que el Gobierno nipón repare el daño] y los más jóvenes quieren conocer mejor lo que pasó», explica la autora. En ese caldo de cultivo creció Hierba, un ambicioso proyecto en forma de novela gráfica elegido por The Guardian y The New York Times como cómic del año, en el que narra la vida de Lee Ok Sun, una víctima directa de la explotación sexual. «En un primer momento pensé en entrevistar a otra mujer, pero sufría Alzheimer y era imposible mantener una conversación con ella. En posteriores visitas a la residencia donde vive, dejé mis cómics para niños, porque quería que las ancianas pudieran leerlos. La siguiente vez que visité la casa, vi que Ok Sun estaba leyendo uno de mis cómics en su cama, en pijama. La escena me impresionó y nos pusimos a hablar».

Mujerhoy. ¿Cómo equilibró su interés por contar esa experiencia sin hacerle revivir todo el sufrimiento que padeció?

Keum suk gendry-kim. Resultó muy difícil. Sin embargo, lo que de verdad quería escuchar no eran solo las historias en las «estaciones de consuelo», como se conocían los prostíbulos en los que estaban recluidas, sino conocer la época en la que se produjeron esos hechos. Quería saber cómo fue su niñez, su vida después de la guerra. La mayor dificultad fue que ella no solo tiene heridas emocionales, también tiene heridas físicas. Como mujer, me costaba tanto hacer las preguntas como escuchar sus respuestas.

¿Por qué decidió que los hombres que abusan de las mujeres en las estaciones de consuelo de Hierba no tuvieran rostro?

La mayoría de los personajes de mi obra no son realistas porque no son personas concretas. Los soldados japoneses son jóvenes veinteañeros cuyas caras no dibujé, porque cualquiera puede tener esa cara. Quise enfatizar ese hecho para que los lectores sintonizasen con los sentimientos de los personajes y entendieran que ellos también pueden sufrir esos abusos.

Además de la historia y esas soluciones gráficas, en su novela gráfica tienen mucha importancia el ritmo de la narración y los paisajes.

Mis obras suelen tener 200 o 260 páginas. Sin embargo, Hierba es el doble de larga. Su historia es tan dura que los lectores necesitan tiempo para entrar en la vida de Ok Sun, permanecer en ella y salir. En ocasiones también utilizo páginas totalmente negras, especialmente en las escenas de la violación, porque quería que los lectores sintieran la respiración de las víctimas y su dolor. Hoy en día estamos muy expuestos a la violencia y mi intención no era generar más imágenes que la alimenten. Muchas de las matanzas del colonialismo japonés se realizaron en entornos naturales muy hermosos que hoy son lugares turísticos. Los turistas desconocen que fueron escenarios de violencia sexual o de matanzas. Solo lo recuerda ya la naturaleza.

¿De ahí también surge el título?

En Corea, por la influencia del confucionismo, las mujeres suelen ser descritas como flores. Sin embargo, no fueron tratadas como tales, sino como hierba. Procedentes de las clases más pobres, fueron pisoteadas por las autoridades, pero ellas, como hierba que eran, resistían y se levantaban una y otra vez. La hierba simboliza la voluntad de esas mujeres por vivir.

¿Cuál fue la reacción de la propia Lee Ok Sun tras leer Hierba?

Le he regalado el libro en varias ocasiones. Cuando lo vio por primera vez, comenzó a llorar porque su padre la peinaba como la niña que aparece en la portada de la edición coreana. Nunca he llegado a preguntarle si lo ha leído entero, pero me contó sus sentimientos al ver algunos dibujos y se emocionó.