Lo que no se vio del encuentro de Letizia con los afectados del incendio de Valencia: su abrazo sentido a una de las víctimas y el horror ante las ruinas

Un paso por detrás del rey Felipe, la reina Letizia fue parándose con las víctimas, unas 120, reunidas en el Palau de la Música, todas preparadas para saludar a los monarcas y buscar algo de consuelo en sus palabras. Un gesto simbólico, sin duda, pero eficaz a la hora de reclamar la atención de los poderes públicos que debe socorrer a las más de 140 familias que, debido a un incendio jamás visto en Valencia, se han quedado sin casa. Quien crea que la presencia de los reyes no tiene efectos prácticos tiene aquí, en el testimonio de una de las afectadas, un ejemplo de lo contrario.

«Los reyes han venido a consolarnos, a ver que todo se estaba haciendo correctamente», relató Nanci, una de las víctimas del incendio que habló con Felipe y Letizia, a Las Provincias. «Han tomado nota. Han preguntado caso por caso en qué puerta estábamos, cómo estábamos, qué necesidades tenemos en cada familia o cada persona... En eso han estado muy cercanos con todos nosotros. Se han preocupado también por las víctimas que no tenían pasaportes, extranjeros. Se van a encargar personalmente de tramitarlos con Delegación de Gobierno», aseguró.

Durante la hora larga que los reyes compartieron con la representación de vecinos afectados por el incendio, se pudo comprobar una vez más el plus de empatía que tanto caracteriza a la reina Letizia. El rey Felipe, más circunspecto, aunque igualmente afectado por los relatos de las víctimas, asentía y estrechaba manos. La monarca, sin embargo, no pudo evitar dar rienda suelta a sus emociones con gestos de consuelo constantes hacia sus interlocutores.

«No nos olviden», decían muchos. «Dentro de un año seguiremos con este problema», repetían los afectados por el incendio a los reyes, quienes asentían a sus peticiones. La reina Letizia no pudo evitar darle un sentido abrazo a una de las mujeres que le relató el horrible trago de salir de un edificio que iba a ser tragado por las llamas. Cómo no conmoverse ante personas que lo han perdido casi todo.

«El encuentro me ha parecido muy entrañable», confesó José Luis Mas, otra de las víctimas del incendio de Valencia que habló con Las Provincias. «Me parece que han sido entrañables con nosotros, muy respetuosos y cercanos y han estado con cada uno todo el tiempo que ha sido necesario. A mí personalmente me parece que han hecho una labor muy positiva».

Tras hablar con la representación de las víctimas del incendio, los reyes Felipe y Letizia saludaron a unos setenta efectivos de distintos cuerpos de emergencias entre bomberos provinciales y municipales, Servicios de Emergencias Sanitarias, Cruz Roja, la Unidad Militar de Emergencias (UME), Policía Nacional, Policía Local o Protección Civil.

En la cara de los monarcas, sobre todo en la de la reina Letizia, se pudo leer claramente el horror que produce la contemplación del edificio quemado, dos torres con 9 y 14 plantas cada una, que ahora se erige calcinado en el centro del barrio del Campanar. Lo que queda de las 143 casas abrasadas aún despide un fuerte olor a quemado que, según los testigos, impregna todo el barrio. El incendio fue tan veloz, que se llevó la vida de diez personas, todas en las últimas plantas.

Fallecieron Marta, Ramón y sus dos bebés, Víctor y Carla; Carmen, que fue vicepresidenta de la comunidad de propietarios; Pilar, profesora de filosofía en el Instituto Malilla; Esther, ingeniera de 35 años, y un matrimonio de jubilados de los que aún no se sabe su nombre. Salieron al balcón, pero los bomberos no pudieron llegar a rescatarles. Además, decenas de mascotas, entre ellas 48 perros y 36 gatos, desaparecieron entre las llamas.

Durante el saludo a los efectivos de rescate, el rey Felipe estuvo largo tiempo hablando con Enrique Chisbert, jefe de los bomberos, encargado de explicar a los monarcas y autoridades cómo se llevó a cabo el rescate y la lucha contra el fuego. «Estáis preparados para todo, pero algo así sobrepasa a cualquiera», le dijo Felipe VI, visiblemente impresionado por su relato.

Antes de dejar la zona cero, el rey Felipe pidió a todos que hicieran un círculo a su alrededor para dirigirles unas palabras de agradecimiento, mientras Letizia asistía en silencio, en el discreto segundo plano que ocupa cuando está presente el monarca. «Nada como estar sobre el terreno y saber lo complicado que ha sido este incendio, lo inusual y lo extraordinariamente virulento y feroz que ha sido», reconoció.

«Queríamos transmitirles a todos nuestra admiración, confianza y gratitud por el trabajo», continuó el rey Felipe. «Para una sociedad, confiar en que tiene los servicios adecuados y los hombres y mujeres dispuestos a darlo todo en estas circunstancias es una tranquilidad». Y concluyó: «Han dado un mensaje ejemplar a la sociedad, a toda Valencia y a toda España».