En el palco, obra de la pintora Helene Fulke. / museo thyssen

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Maestras, la exposición feminista del Thyssen que rescata del olvido a las pintoras borradas de la historia del arte

Muy reconocidas en su época, pintoras como Artemisia Gentileschi, Angelica Kauffmann o Clara Peeters fueron borradas de la historia del arte. Hablamos con Rocío de la Villa, comisaria de Maestras, sobre una muestra única en su especie.

«Es un auténtico hito», explica sin ocultar su emoción Rocío de la Villa, experta en arte moderno y estudios de género y comisaria de Maestras, la exposición que acaba de inaugurarse en el Museo Thyssen de Madrid y que reúne la obra de 70 artistas femeninas como Artemisia Gentileschi, Angelica Kauffmann, Clara Peeters, Rosa Bonheur, Mary Cassatt, Berthe Morisot, María Blanchard, Natalia Goncharova, Sonia Delaunay o Maruja Mallo.

Convertida en una de las citas culturas de la temporada, la muestra repasa diferentes periodos históricos y géneros artísticos y conforma la primera primera gran exposición enmarcada en el proceso de redefinición feminista del museo. «Hacía mucho tiempo que me obsesionaba que la obra de estas artistas apenas se conociera o se hubiera visto en España. Hasta que hace tres años, Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen, me encargó este proyecto, que abarca desde finales del siglo XVI hasta las primeras décadas del siglo XX», explica la experta sobre una muestra articulada en ocho escenas relevantes en el camino de las mujeres hacia su emancipación.

«Las mujeres fueron pioneras y tuvieron mucho éxito en el bodegón. De hecho, se les intentó recluir en ese género, porque se consideraba menor», explica la especialista en arte y estudios de género. «Después, en la Ilustración y durante el reinado de María Antonieta, hubo un periodo en el que la cultura estaba muy feminizada, y las mujeres empezaron a pintar retratos. Es curioso porque, a comienzos del siglo XIX, hay muchas artistas orientalistas que representan a mujeres de una manera muy diferente a la que emplean los hombres. Los pintores sexualizan a las mujeres de otras culturas; las pintoras, en cambio, las tratan con muchísimo respeto», explica la comisaria. De hecho,artistas como Henriette Browne o Alejandrina Gessler, tuvieron acceso a los harenes y sus obras contribuyeron a desmontar los tópicos eróticos popularizados por los pintores masculinos.

La muestra explora temas tan diversos como la incorporación femenina al mercado laboral y el espacio público, con obras de artistas como Sonia Delaunay, Alice Bailly y Maruja Mallo, o la amistad entre mujeres, representada por las impresionistas Berthe Morisot, Marie Bracquemond, Louise Breslau o Cecilia Beaux. «Es una iconografía completamente nueva. Porque, en general, las mujeres han sido representadas solas, aisladas por la historia del arte. Ellas, en cambio, empiezan a representarlas entre amigas, algo que va en contra de la propaganda patriarcal tradicional que decía que las mujeres no podían ser amigas porque rivalizaban por los hombres. Estas obran subrayan esa sororidad», explica la experta.

Ocurre lo mismo con la maternidad. «Se crea una nueva iconografía sobre un tema ancestral que va más allá de las clásicas Madonnas, en las que la madre es una especie de sillón o trono para el niño. Eso cambia de manera radical». Mientras pintoras como Mary Cassatt, Elizabeth Nourse, Paula Modersohn-Becker o Tamara de Lempicka ponen el foco en la relación de ternura entre madres y bebés; otras, como Suzanne Valadon, Helene Schjerfbeck, Elin Danielson-Gambogi, Anna Ancher o la sevillana María Luisa Puiggener, ponen el acento en los cuidados y las cargas domésticas que acompañan a la maternidad.

Maestras se inauguró el pasado 31 de octubre en el Museo Thyssen. / museo thyssen. LAURA MARTÍNEZ LOMBARDÍA

Así fue el borrado de las artistas femeninas

Pese a que todas ellas fueron artistas muy reconocidas en sus respectivas épocas, sus nombres fueron cayendo poco a poco en el olvido. Y no fue algo casual, sino intencionado. «El siglo XIX fue muy, muy misógino, y hubo una oposición muy fuerte a la emancipación de las mujeres. Los cuadros y las esculturas empiezan a llevarse a los almacenes de los museos y las artistas empiezan a desaparecer. La historia del arte es un relato, pero a menudo no se corresponde realmente con lo que ocurrió. Las artistas, como todas las mujeres, sufrieron la dominación patriarcal», explica la comisaria.

Pese a todo, algunas de esas historias han sobrevivido y muestran una realidad que diverge de los estereotipos. «Hay algunas historias fantásticas, como la de Rachel Ruysch, la maravillosa pintora de bodegones holandesa, que era conocida en toda Europa. Su marido, que también era pintor, decide quedarse en casa criando a sus más de diez hijos y ayudando en el taller mientras ella pinta. Esas historias que ahora nos parecen increíbles también sucedieron».

Lady Hamilton como una bacante, obra de la pintora Louise-Elisabeth Vigeée-Le BBrun / museo thyssen

Aunque en los últimos años, museos e instituciones artísticas de todo el mundo están tratando de reparar el agravio histórico cometido contra ellas, para la comisaria los esfuerzos todavía son demasiado tímidos e insuficientes. «Llevamos un enorme retraso. Espero que el público reclame más exposiciones como esta, tanto de artistas individuales como de periodos, estilos o temas. Existe un gran conocimiento acumulado no solo sobre las artistas y sus obras, sino también sobre las relaciones entre mecenas, clientas, creadoras… Pero los museos son como mastodontes a los que les cuesta muchísimo cambiar sus cánones».

Y el problema persiste. «Cuando revisas las adquisiciones recientes de museos como El Prado, es bastante decepcionante ver las pocas obras de artistas femeninas que se adquieren. Y eso repercute en las artistas contemporáneas, que a menudo son tratadas como recién llegadas. Todavía queda muchísimo por hacer», concluye Rocío de la Villa. Maestras se exhibirá en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid hasta el próximo 4 de febrero.

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