Maisie Williams, rebelde con muchas causas: así se ha reinventado la actriz de Juego de Tronos

Maisie Williams (Bristol, Inglaterra, 1997) tenía solo 11 años cuando consiguió el papel de Arya Stark. Durante las ocho temporadas que duró Juego de tronos , la niña creció ante los ojos de millones de fans. Dejó el colegio a los 14, se independizó de sus padres a los 16. A los 21, cuando la serie acabó, ya acumulaba experiencias como para escribir sus memorias.

Mucha presión para un futuro incierto que arrancó frenando en seco. «Solo quería descansar y crear. Y siento que he hecho mucho en estos cuatro años, que los he aprovechado bien. ¿Y lo mejor? Aún me queda mucho por hacer», expresa. Tiene claro que si finalmente le dieron el personaje de Arya fue porque era «tan caradura como ella».

La rebeldía de la pequeña de los Stark ya la llevaba consigo Williams a las pruebas. «En la escuela siempre desafiaba la autoridad de algunos profesores cuando hablaban de «cosas para chicos y cosas para chicas», recuerda. Una convención que sigue desafiando hoy, convertida junto a su novio, el modelo y diseñador Reuben Selby, en un icono de la identidad e imagen fluida propia de la generación Z.

Sus looks no binarios y conjuntados en los front rows de las pasarelas son una de sus formas de activismo. Y, de nuevo, de una rebeldía que cuestiona lo establecido una y otra vez. «No creo que mi voz sea más importante que la de otros, pero soy consciente de que estoy en un lugar en el que llego a más gente y siento que debo emplearla de un modo responsable, utilizarla para denunciar que la humanidad está en un camino sin salida y es importante que todos pongamos nuestro granito para cambiar algo», expresa con una contagiosa convicción.

Esa actitud y la imagen única que ha presentado en sus contadas apariciones públicas en los últimos cuatro años quizá fueron definitivas para que el cineasta Danny Boyle (Trainspotting, Slumdog Millionaire) la escogiera para interpretar a Pamela Rooke, más conocida como Jordan, un icono del movimiento punk londinense de finales de los 70, en la serie Pistol (estreno 7 de septiembre en Disney+).

Basada en el libro autobiográfico de Steve Jones, guitarrista de los Sex Pistols, es la historia de la creación y ruptura de la legendaria banda. Por allí desfilan figuras como la diseñadora Vivienne Westwood, Malcolm McLaren y, por supuesto, muchos músicos: de Sid Vicious a Chrissie Hynde. Es la crónica de un tiempo, que según Williams, «tiene grandes similitudes con el actual. Yo no sabía mucho de la época, pero encontré muchos parecidos en ese descontento político. Los jóvenes hoy también nos sentimos olvidados por los que gobiernan».

La propia Jordan fue una de las asesoras de la serie y la actriz pasó mucho tiempo con ella. «Cuando aparecía en el set, vestida como ella [cejas platino, pelo de punta, maquillaje geométrico, transparencias, cuero], todo el mundo me miraba y sentía mucho poder y control», comparte Maisie. Tristemente, Rooke murió el pasado mes de abril, antes de poder ver la serie terminada. Pistol es el quinto proyecto que Williams realiza desde el final de Juego de tronos.

Ha tenido que reaprender cómo funciona la industria y darse cuenta de que no hay tantos papeles interesantes para mujeres jóvenes. «No sé qué esperaba, pero por ahora está yendo bien, creo que hay mejores oportunidades, aunque aún queda mucho por recorrer», añade. Y mientras llegan los buenos personajes, tiene otros intereses: diseña, lleva un podcast y dirige Daisie, una red para ayudar a otros jóvenes creadores.

«Como casi todo el mundo me conoce como actriz es más directo si me defino así, pero siento que soy muchas más cosas además de eso. Lo que me resulta más estimulante es no estar encasillada por una etiqueta o por alguien, sino tener mucha más libertad y espacio para expresarme».