La música también se hace con el silencio. Quizá por eso María Lucía Sánchez (Madrid, 1982) ha encontrado en él su liberación definitiva como artista. Primero fue una lesión en el pie que requirió dos operaciones y una larga recuperación, y después el nacimiento de su hija Lucía –«No podía llamarse de otra manera siendo de mi familia», contó a Mujerhoy la madre–, han marcado casi dos años alejada de los escenarios. Su último disco, Mil batallas , ha nacido en ese contexto, el de la oportunidad de mirar atrás para poder hacerlo hacia delante. « Esa mochila que llevaba en la espalda, la he soltado y la he puesto a un lado. Fue mucho tiempo que dejé de salir, que no estuve expuesta y que tuve para mí algo que antes nunca había tenido. Aunque tuviera la pierna en alto, me sirvió para poner los pies en el suelo y tomar perspectiva, valorar muchas cosas», reconoce.
El próximo año Malú celebrará su 25 aniversario como artista. Fue con 15 años cuando tomó la decisión de dedicar su vida a lo que le daba sentido: cantar. Entonces era una adolescente para la que Alejandro Sanz escribía Aprendiz como carta de presentación. Hoy, consagrada como una de las grandes personalidades del pop en castellano, es ella la que tiene la difícil labor de elegir temas para un repertorio que crece con sus propias composiciones. «Hay autores que te lo dicen abiertamente: «He escrito esta canción pensando en ti». Ahora ya es más habitual. Nunca me he fijado en quiénes eran los autores, sino en las canciones. Creo que he dado la oportunidad a algunos de ellos de empezar a labrarse su propio camino».
Permeable a todo tipo de estilos, desde la fuerza del rock a la emoción del soul, o la raíz de la música española de la que es heredera directa, y en permanente evolución, Malú ha construído su personalidad contra viento y marea. «Empecé siendo la cabeza de un equipo formado en su mayoría por hombres, había una falta de respeto apabullante. Fui forjando mi carácter respondiendo a situaciones así, reclamando el mismo lugar que mis compañeros. Ha sido muy duro conseguirlo, pero he aprendido que era yo quien me subía el listón».
20 de enero-18 de febrero
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