En una industria históricamente dominada por los hombres, María Angelicoussis se ha convertido en la indiscutible reina de los mares. La mujer más poderosa del negocio naviero mundial es, de paso, la mayor fortuna de Grecia. CEO y propietaria del Angelicoussis Shipping Group Limited, es dueña de una fortuna estimada en más 6.400 millones de euros, lo que la sitúa entre las 500 personas más ricas del planeta, pero también en la líder de una compañía histórica.
La fundó su abuelo, Anthony V. Angelicoussis, en 1947 después de haber combatido en la Segunda Guerra Mundial y mientras Stavros Niarchos y Aristóteles Onassis , un poco más mayores que él, se disputaban el liderazgo del sector y protagonizaban una icónica rivalidad que alimentó durante varias décadas los titulares de prensa.
Hija única de John Angelicoussis, que heredó el negocio de su padre, en realidad sus planes eran otros. Después de formarse en un prestigioso colegio privado de Londres, se licenció en Medicina en la Universidad de Cambridge y nada más concluir sus estudios, empezó a trabajar como médico en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. Hasta que, en 2009, emprendió el regreso a casa.
La primogénita llegó a la compañía en plena crisis económica, que no solo afectó particularmente a Grecia, sino también al sector naviero. Se convirtió en la sombra y la mano derecha de su padre y, convertida en la vicepresidenta del grupo, aprendió a gestionar a su lado uno de los momentos más críticos de la compañía.
El relevo generacional llegó en 2021 y por sorpresa, cuando su padre sufrió un infarto y, tres semanas después, falleció de manera repentina. «Fue un momento muy difícil para mí. Tuve que navegar por el duelo de mi padre, al que estaba muy unida», explicó el año pasado durante una conferencia rompiendo su silencio casi por primera vez, pues nunca ha concedido una entrevista y no suele hacer declaraciones públicas.
Desde entonces, su gestión, además del empujón que la pandemia supuso para el sector, ha conseguido disparar los beneficios de la empresa familiar, que ha doblado su valoración financiera en los últimos siete años. A ella se le atribuyen aciertos como la digitalización de los buques de su flota, pero también decisiones más políticas y controvertidas como cuando la naviera anunció que no manipularía ningún cargamento ruso tras el estallido de la guerra en Ucrania. Angelicoussis citó entonces razones éticas en su decisión, ganándose el respeto del sector y afianzando su liderazgo.
El naviero sigue siendo, pese a todo, un sector eminentemente masculino donde solo el 2% de las tripulaciones están compuestas por mujeres, pero también es una industria que, por sus objetivos a largo plazo, tiende a conservar la propiedad familiar, pasando de una generación a la siguiente.
Y sin embargo, Angelicoussis no se parece en nada (salvo en la inmensidad de la fortuna familiar) a otros apellidos vinculados a la industria naviera griega y famosos por sus estilos de vida extravagantes y sus agitadas biografías, como los Onassis y los Niarchos .
De hecho, el círculo de Maria Angelicoussis es tan discreto que apenas se conocen un par de datos de su biografía personal. Está casada con Lawrence Frankopan, que además de ser un prestigioso agente deportivo, pertenece a uno de los apellidos más nobles de Croacia y es hijo del príncipe Louis de Frankopan.
El matrimonio tiene tres hijos, viven con un pie en Grecia y otro en Londres y tienen una estrecha vinculación con la familia real británica . La hermana de su marido, Paola, está casada con Nicholas Windsor, hijo de los duques de Kent , ahijado de Carlos III y uno de los pajes de la icónica boda de Carlos y Diana .
Y sin embargo, su discreción es absoluta: apenas existen imágenes suyas (salvo por los correspondientes retratos corporativos) y no es una habitual ni de las fiestas ni de los eventos de la jet. O, al menos, no de manera visible y pública. Lo suyo tiene más que ver con gestionar una compañía con una flota de más de 140 navíos y una plantilla de 4.000 trabajadores. Porque en eso consiste ser la gran armadora griega.
20 de enero-18 de febrero
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